El esfuerzo siempre tiene premio. Después de vestir la camiseta de distintos seleccionados nacionales juveniles, además del seleccionado de Rosario como tercera línea, Andrés Bordoy, jugador de Duendes a principios de 2004, tomó la difícil decisión de cambiar de puesto y jugar de pilar derecho, la posición más complicada en el rugby.
Pero el “Dogo”, como se lo conoce desde chico, tenía la mente puesta en progresar y cumplir el sueño de todo jugador de rugby: jugar en Los Pumas. Y gracias al sacrificio este rosarino hace pocos días lo consiguió al jugar para el seleccionado argentino ante Francia. “Disfruté mucho estas tres semanas desde que llegué, ya sea los entrenamientos como los tres partidos; si bien en el primero no participé, lo disfruté mucho, ya que quería ser parte de todo esto, sabía que jugar en Los Pumas iba a ser algo especial, tal vez la única vez que iba a poder vestir la camiseta de Los Pumas. Y poder jugar en Argentina con toda la familia y mis amigos viéndome fue muy emotivo”, dijo el ex Duendes.
Bordoy no dudó en entrenarse mucho más para poder ser primera línea. En silencio y con perfil bajo llegó a ser titular en la primera de Duendes; con dos años como pilar le llegó la oportunidad de emigrar el rugby profesional y su primer destino fue Brive, donde jugó la temporada 2007/08. Después pasó por La Rochelle por tres temporadas, jugando en segunda división y también en el competitivo Top 14 francés. Y en la última temporada y por un año más vestirá los colores de Pau.
El salto de calidad fue posible gracias al profesionalismo. “El rugby profesional me ayudó muchísimo. Había salido del sistema, jugué para Provincias Argentinas a fines de 2004 mi último partido como tercera línea, después cambié de puesto y me fui a jugar a Europa. El hecho de ser jugador profesional, de dedicarle mucho tiempo, te hace avanzar mucho más rápido, pues aprendés más y además jugar en determinado nivel con buenos jugadores hace que todo sea más rápido, y más cuando uno es primera línea ya que se necesita más roce, más entrenamientos y más minutos en cancha, creo que avancé más rápido que si me hubiese quedado en Argentina”, expresó el hooker de Los Pumas.
Sobre si los constantes cambios de puestos atentan, Bordoy aseveró: “No consigo nunca afianzarme en un puesto. Primero pasé de pilar derecho, entonces estuve varios años trabajando la formación en el scrum, que era mi punto más débil, después empecé a jugar de izquierdo, que es un puesto que corresponde más a mi físico y los últimos años pasé a jugar de hooker, entonces tuve que aprender a tirar la pelota en el line, es algo más para trabajar, siento que siempre la vengo peleando de atrás”.
Cuando lo citaron por primera vez no había Pladar, y el hooker de Pau expresó: “Lo hablamos con Eusebio (Guiñazú) y con Álvaro (Galindo), que son de mi camada; no sé si habrían sido diferentes pero sí más fácil porque ahora hay un sistema que te va llevando, y antes era mucho por iniciativa propia, también te hace valorar mucho más las cosas, cuando algo cuesta más después lograr el objetivo se disfruta el doble”.
En Francia, vistiendo la camiseta de Pau, esperará cerca del teléfono una citación de Tati Phelan: “Quedó bien claro que los jugadores que actúan en el exterior y participaron de la ventana de junio no podían hacer la preparación para el Rugby Championship porque se necesitan 4 semanas obligatorias de trabajo. Mi caso es el siguiente: si yo ahora me vuelvo a Pau y llego a estar como reserva empiezo la temporada como siempre, pero si me llaman creo que puedo jugar el Cuatro Naciones. Lo que no puedo hacer es ir a Pensacola, porque estaría sin jugar para mi club más de cinco meses”.
Para finalizar la charla con El Hincha, el tema ineludible es Duendes, su club: “A Duendes lo sigo mucho, y te puedo decir que siempre en el inicio de torneo le cuesta arrancar, ahora empieza la zona Campeonato y de a poco se van a ir aceitando las cosas”.
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