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Bonos atados a inflación: se pagan altas sobretasas

En los mercados bursátiles, se paga caro la inflación.

Pese a que los bonos atados al CER, índice que refleja la evolución de la inflación oficial, subieron un 30 por ciento en febrero, los precios continúan por debajo de la cotización de títulos de otros países que emiten este tipo de productos. Así, mientras que para plazos cortos los bonos ajustados por inflación poseen una sobretasa de entre el 1 y el 2 por ciento anual, en el caso de la Argentina se acerca al 7 por ciento.

La situación de los bonos argentinos en pesos no difiere mucho de lo que sucede con los títulos en dólares, donde también se produce una fuerte sobretasa. El impacto es muy negativo, ya que impide al país financiarse en el exterior, mientras que el resto de las naciones latinoamericanas consigue recursos a tasas muy baratas, que no superan el cuatro por ciento anual en dólares para plazos de diez años.

En el caso de los bonos en pesos, hasta hace pocas semanas la sobretasa que pedía el mercado se ubicaba entre un 18 por ciento y el 20 por ciento anual por encima de la inflación oficial. Como este índice estaba muy subestimado (apenas un 10 por ciento anual contra más del 25 por ciento real), la manera de compensarlo era a través de una mayor tasa de interés. Esto significaba que el precio de estos títulos se encontraba muy deprimido, elevando así la tasa.

Sin embargo, con el nivel del 3,7 por ciento informado por el Indec en enero (en lo que fue el debut del nuevo índice de inflación) el panorama cambió drásticamente. Con la expectativa de una medición mucho más creíble de la inflación, se produjo una fuerte suba de los precios y la reducción de la tasa de interés.

Como resultado, los bonos más cortos como el Bogar 2018 quedaron con un rendimiento del 6,60 por ciento anual, además de la inflación. Este título subió un 15 por ciento en febrero. “En un notable cambio de humor, los nuevos precios de los bonos en pesos ajustados por el IPCNu serán creíbles de ahora en más”, graficó un analista.

Pero, ¿qué rendimiento muestran los bonos ajustados por inflación en otros países, a plazos relativamente cortos? Un informe elaborado por la consultora Quantum Finanzas, que dirige Daniel Marx, muestra que las sobretasas en relación con el ajuste de la inflación son realmente muy bajas. En países desarrollados como Japón, Inglaterra y Estados Unidos, la tasa es directamente negativa. Es decir que el inversor recibe menos que la inflación anual.

En el caso de Chile, la tasa por encima de la inflación se ubica en el 1,7 por ciento, mientras que en Brasil se ubica en un 6 por ciento. En este caso, el incremento de la tasa se debe a la expectativa de mayor devaluación que se produjo sobre todo a principio de 2014. Pero la estabilidad que ha mostrado el dólar contra el real este mes presagia que esa tasa bajará notoriamente.

Para plazos más largos se mantiene la tendencia. Para bonos a diez años, la sobretasa en mercados desarrollados se ubica entre el 0,2 por ciento y el 1,5 por ciento más la inflación. Y en países emergentes se paga un poco más, pero el salto no es significativo: en Sudáfrica es un 1,9 por ciento más el índice de precios para plazos de diez años y en México llega hasta el 2,4 por ciento. Eso sí, no todos los países emergentes emiten a plazos tan largos en moneda local.

En el caso argentino, hay que ir a 2033, que es el plazo al que fue emitido el bono Discount, correspondiente a la reestructuración de la deuda de 2005 y la reapertura de 2010. Este título presenta una sobretasa del 8 por ciento sobre la inflación. En febrero, la suba de este bono llegó a casi el 30 por ciento, un extraordinario rendimiento considerando la caída del dólar.

La tasa adicional que paga la Argentina está relacionada con dos factores: en primer lugar, la incertidumbre que subsiste en relación a cómo medirá la inflación el Indec en el futuro. Si se vuelve a la subestimación del índice, obviamente repercutirá en contra del poder adquisitivo del inversor.

Y el otro factor está relacionado con el dólar. Si se mantiene cierta estabilidad del mercado cambiario, la sobretasa que pedirán los inversores es mucho menor, ya que alcanzaría para ganarle a la evolución del tipo de cambio. Es evidente que una tasa mayor en pesos lo que refleja es que subsiste una importante incertidumbre en materia cambiaria, que va mucho más allá de la tranquilidad de las últimas semanas.

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