Economía

Primera semana de Milei

Bono para importadores: ¿reordenamiento de las cuentas o guiño a investigados por maniobras irregulares?

La medida fue anunciada con el objetivo de que los importadores regularicen sus deudas con el exterior y reordenar los desequilibrios, pero en algunos casos terminará beneficiando a quienes sobre facturaron operaciones con sus casas matrices


En una semana atravesada por anuncios económicos que ratificaron un fuerte ajuste en lo que el gobierno considera como gasto, y que tendrá severas consecuencias para trabajadores activos y pasivos, también se conocieron medidas que tienden a, ordenar desbalances preexistentes, pero también a enviar guiños a sectores que estuvieron en la mira de Aduana. Se trata de la emisión de un bono para importadores, con el objetivo de que regularicen sus deudas con el exterior, pero que en algunos casos terminará beneficiando a quienes incurrieron en maniobras irregulares junto a sus casas matrices y que podrán acceder a una cuantiosa ganancia en dólares en algunos años.

A través de una comunicación el Banco Central de la República Argentina (BCRA) detalló en qué consiste este nuevo instrumento, que apunta básicamente a que los importadores accedan a esa herramienta, pagando en pesos al Central y luego cancelando sus deudas con proveedores del exterior a través de ese bono. La promesa a los proveedores es que ese bono se actualizará atado al dólar y lo podrán cobrar en 2027 con divisas del BCRA.

La deuda comercial que las empresas mantienen con sus proveedores del exterior ha sido tema de discusión en los últimos meses. Por caso, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham) estimó semanas atrás que el pasivo superaría los US$55.000 millones considerando compras de insumos o servicios recibidos. En tanto, la consultora Analytica señaló que “la deuda flotante con los importadores solo en bienes alcanzó en octubre USD 47.528 millones, unos USD 25.000 millones más respecto a su valor promedio de los últimos años”.

La escasez de dólares y la necesidad de no frenar las cadenas productivas llevaron a la gestión del Frente de Todos a una encerrona, que derivó en un endeudamiento comercial creciente y un desorden en las cuentas. Según estimaciones privadas, en octubre se pagaron menos de la mitad de las importaciones realizadas. Este panorama dio lugar a que la gestión entrante avance con un plan de reordenamiento que permita darle curso a operaciones que estaban frenadas por falta de pago.

Esta nueva decisión generó repercusiones de todo tipo, incluso las que afirman que se trata de una estatización de la deuda. Al respecto, el economista de Fundación Pueblos del Sur, Esteban Guida, aseguró: “En rigor el importador fue autorizado a importar y va a tener que usar pesos al tipo de cambio oficial ($820) para comprar ese bono. Puede ocurrir que esas importaciones aprobadas con sus casas matrices, se hayan registrado con sobre facturación de importaciones. Si eso ocurrió y no se investiga, se le va a pagar con dólar oficial por una operación que no fue”.

Cabe recordar que durante los últimos años, Aduana investigó innumerables maniobras irregulares de comercio exterior, entre las que se destaca la sobre facturación de importaciones. Esto consiste en el comercio entre filiales de una misma firma que inflan el precio de un producto, lo traen a Argentina, y la sucursal local usa dólares oficiales para pagarle a sus socios y dejar la diferencia de dinero en el exterior.

Durante los últimos años esa maniobra estuvo incentivada por la amplia brecha cambiaria entre el oficial y el blue y posibilitada a partir de una triangulación entre una empresa local y uno o dos extranjeras. Consiste en declarar el ingreso al país de mercadería a valores sensiblemente superiores a los reales, con el propósito de acceder ilícitamente a una mayor cantidad de dólares a precio oficial, para luego ser transferidos al exterior y, finalmente, convertirlos al valor del dólar financiero. Esto también fue utilizado para generar un impacto negativo en la contabilidad de las empresas y tener que afrontar menor carga tributaria.

Si bien hubo casos que se detectaron y se sancionaron, o fueron analizados en su momento por el gobierno anterior, todas aquellas firmas que incurrieron en operaciones irregulares pero que ya fueron aprobadas, ahora tendrán la posibilidad de acceder al bono y cobrarlo en dólares (que pondrá el Estado) en 2027.

Más allá de esta particularidad, para Guida “hay casos de importaciones que se autorizaron y no se pagaron porque el Banco Central no tenía los dólares y es una manera de saldar esa deuda”. Sobre la posible estatización de deuda, señaló: “En principio no veo una estatización de deuda, porque eso es cuando el Central se hace cargo de la deuda de un privado. En este caso los privados tienen que usar sus pesos para acceder a las notas y luego cancelar sus deudas”.

El detalle del nuevo bono

Los importadores comprarán los bonos con pesos pero, al venderlos o al vencimiento, recibirán dólares, con los que podrán ir saldando sus deudas.

La cancelación anticipada, por su parte, sólo podrá ser en pesos “dollar linked”; es decir, en moneda nacional pero atada a la cotización y variación de la divisa estadounidense.

La tasa nominal anual (TNA) máxima del bono será del 5%.

“Devengarán intereses sobre la base de un año de TRESCIENTOS SESENTA (360) días integrado por DOCE (12) meses de TREINTA (30) días cada uno, a una tasa anual máxima del 5% a definir en el anuncio de la licitación, que podrá ser pagadera en forma trimestral o semestral en dólares estadounidenses”, precisó la comunicación oficial.

Respecto a la posibilidad de operar los títulos en el mercado secundario, la entidad informó que “en el anuncio de la subasta se definirá si estos instrumentos se negociarán o no en los ámbitos de BYMA/MAE, y mercados euroclearables. Al igual que si podrán o no ser utilizadas como colaterales para operaciones de REPO”.

Asimismo, se podrá considerar “la alternativa de incluir cláusulas de rescate anticipado en favor de los Titulares. En ese caso, de manera simultánea a la licitación del título se incluirán derechos de rescate sobre dichos instrumentos en los plazos y en las proporciones que defina oportunamente el BCRA”.

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