En Londres, Boca sorprendió a Arsenal e igualaron 2-2. El elenco local comenzó con todo el partido logrando ponerse al frente con un gol del holandés Robin van Persie, aumentando al inicio del complemento con el galés Aaron Ramsey, pero se toparon con la magia de Juan Román Riquelme, quien asistió en los goles de Lucas Viatri y Pablo Mouche.
El primer tiempo del equipo de Julio César Falcioni fue un real desastre. La defensa no retrocedía ordenadamente y sufría con la verticalidad de van Persie y Gervinho, quien enloqueció en más de una ocasión al incorporado Franco Sosa.
En un contraataque veloz, comandado por el marfileño Gervinho, llegó un centro desde la derecha que anticipó a Rolando Schiavi y Agustín Orión y acabó en el fondo de la red tras un sutil toque de van Persie.
No sufría demasiado en su arco, pero le dominaban el balón de lado a lado. Y más cuando comenzó el segundo tiempo y apenas unos segundos más tarde del pitido apareció el ingresado Ramsey quien con un certero derechazo puso aún más al frente a Arsenal en el Emirates Stadium.
Con los ingresos de Clemente Rodríguez y Pablo Mouche, Boca ganó más velocidad y explosión. Un intermitente Riquelme asistió con calidad a Viatri, quien aprovechó una de sus pocas ocasiones para rematar con un violento disparo al ángulo local.
La ilusión estaba intacta y tras casi regalar veinte minutos de partido, el sello de la garra xeneize se hizo presente. Una nueva asistencia del enganche dejó a Mouche frente al arquero y tras una confusión entre el portero y defensor, el delantero que tuvo ofertas desde el Calcio definió suave para igualar las acciones.
No hubo mucho más y el segundo tiempo de Boca justificó el empate. Pese a que en el primer período pudo haber sido goleada inglesa, los de Falcioni mostraron su poder de recuperación justo ante un gigante como Arsenal.
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