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Reflexiones

Blanqueo hormiga: monto promedio es de u$s 80.000

Cambio de actitud. El secretario de Finanzas, Luis Caputo, había advertido inicialmente que los bancos mostraban poca colaboración con el blanqueo. De a poco flexibilizaron los trámites y el proceso se aceleró.


Cambio de actitud. El secretario de Finanzas, Luis Caputo, había advertido inicialmente que los bancos mostraban poca colaboración con el blanqueo. De a poco flexibilizaron los trámites y el proceso se aceleró.

En los primeros lugares de la fila para blanquear están en estos días los argentinos que durante los últimos años resolvieron “salvar” sus ahorros de una altísima presión fiscal en el país y una historia turbulenta sobre el sistema financiero. El “dinero negro” llega a los bancos de manos de clientes que pertenecen a la clase “media alta”, en montos promedio de 80.000 dólares por persona –cuando es en divisas– o de 500.000 pesos cuando es en moneda local.

La mayor parte estaba ya guardada dentro del país. Y proviene, muchas veces, de profesionales que alcanzaron a “subfacturar” sus ingresos en los momentos de abundancia y aprovecharon para acumular ahorros en alguna caja de seguridad o “debajo del colchón”. Es un patrón que los banqueros ven que se repite en los trámites que llegan a sus sucursales: monotributistas o cuentapropistas que durante estos años no se mantuvieron completamente al margen del mercado formal, pero que lograron mantener en negro una buena parte de sus negocios. La convocatoria del gobierno los seduce ahora a salir de la situación irregular con el fisco, frente al temor de que la Afip empiece a mostrarse más activa y efectiva en el combate a la evasión.

En los bancos ya se habían abierto hasta ayer más de 50.000 cuentas especiales para traer los fondos en efectivo, antes de que el 31 de octubre venza el plazo para hacerlo. Pero en algunas entidades apenas entre un 25 por ciento  y un 40 por ciento de los clientes habían hecho ya el depósito. En total, el monto captado hasta ahora está por encima de los 2.000 millones de dólares, según estimaciones sobre la base de los datos de los principales jugadores del sistema.

Los pronósticos del sector para esta primera etapa ya se ubican en un rango que está entre los 4.000 millones de dólares que predicen los más conservadores, y los 10.000 millones de dólares que arriesgan los optimistas.

Un dato sugestivo: hoy la mayor cantidad de blanqueadores aparece en los bancos privados. En los números se ve que la gente es más reticente para reconocer la evasión cuando la entidad pertenece a alguna administración pública, sea estatal o provincial. La cantidad de cuentas abiertas tanto en el Santander como en el Galicia era ayer tres veces más alta que la del Nación, a pesar de que entre ambos tienen casi el mismo tamaño de depósitos que el banco estatal; y cinco veces superior a las que se dieron de alta, en conjunto, en el Provincia de Buenos Aires y el Ciudad de Buenos Aires.

El proceso se aceleró fuertemente en estos días. Los ejecutivos cuentan que los llamados de clientes que reciben en estos días ya no son consultas para pedir consejo o conocer las conveniencias de la operatoria sino, directamente, pedidos para iniciar el trámite. Desde principios de octubre, el ingreso diario de divisas que perciben los bancos se duplica semana a semana: el jueves pasado –último dato del Banco Central– el saldo de las cajas de ahorro en dólares se disparó 300 millones. Siete días atrás había crecido 132 millones y catorce días atrás, 77 millones de dólares.

“No vemos un crecimiento significativo de las transferencias del exterior ni una mayor compra de divisas de nuestros clientes por ventanilla o homebanking que justifique este avance de los depósitos en dólares. Con esto puede decirse que prácticamente todo el aumento que hoy se ve en las cajas de ahorro en dólares está relacionado con el blanqueo”, comentaron desde una mesa de cambios. Los bancos no realizaron por ahora ningún reporte de operación sospechosa a la Unidad de Información Financiera (UIF) por un movimiento que tuviera que ver con el sinceramiento fiscal. Tienen, de todos modos, un plazo generoso de 150 días para hacerlo.

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