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Binner 2011, la última esperanza de Kirchner

Por: Ezequiel Rudman

Ni pago de deuda a los bonistas, ni desendeudamiento con organismos de crédito internacionales ni festejos por los 200 años de la Revolución de Mayo. Por ahora, el único resultado tangible del Fondo del Bicentenario es la fractura del Acuerdo Cívico y Social, principal bastión opositor que tiene como cabezas visibles a Hermes Binner, Elisa Carrió y Julio Cobos.

  El gobierno de Cristina de Kirchner también sufrió daños. Profundizó su enfrentamiento con el Poder Judicial por el DNU 2010/09 que crea el polémico Fondo, expuso a sus bloques en el Congreso a una embestida opositora y generó un escandalete en el Banco Central que derivó con en la difusión de una lista de compradores de dólares donde figuraba Néstor Kirchner adquiriendo dos millones. La crisis, política y nerviosa, culminó con la operación de carótida del ex presidente.

Pero el control de daños en el kirchnerismo encuentra un atenuante en la feroz interna opositora que disparó en el Congreso el proceso de remoción de Martín Redrado como presidente del BCRA. La historia ya es conocida: Carrió ordenó a su diputado Alfonso Prat Gay recomendar la continuidad del jefe de la autoridad monetaria, no porque no hubiese motivos para desplazarlos, sino para aislar a Cobos, quien recomendó la remoción del jefe de la autoridad monetaria junto al oficialista santafesino Gustavo Marconato.

El resultado de ese proceso fue el colapso del Acuerdo Cívico y Social. Si las diferencias entre Carrió y Cobos ya eran notorias hasta ese momento, finalizado el mecanismo legislativo de destitución de Redrado la sociedad opositora terminó de volar por el aire. Tanto que la jefa de la Coalición Cívica descartó definitivamente al vicepresidente como socio para 2011 y ultimó a la UCR a desprenderse del compañero de fórmula de Cristina de Kirchner.

En ese contexto, y con las candidaturas de Carrió y Cobos fragmentando el caudal de votos opositores, una eventual postulación de Binner a la presidencia se convirtió en la principal esperanza de Kirchner para llegar con chances a la próxima elección nacional. El gobernador de Santa Fe dejó trascender a través de sus operadores que no será candidato a vicepresidente de nadie, ni de Cobos ni de Carrió. Tampoco de Kirchner.

Por eso en la Casa Rosada imploran que Binner se decida y encabece una fórmula en 2011 junto a otros sectores progresistas de la centro izquierda, como Martín Sabatella. Es el mejor escenario para el oficialismo. En ese esquema de candidaturas tripartitas en el desmembrado Acuerdo Cívico y Social, calculan en la sede del Poder Ejecutivo Nacional, Binner, Carrió y Cobos se dividirían el electorado anti kirchnerita en franzas del 15 por ciento de los votos cada uno. Todo ganancia para el ex presidente que, en el peor momento del matrimonio presidencial, obtuvo poco más del 30 por ciento cuando se postuló como diputado.

Una eventual candidatura presidencial de Binner no sólo tendría efectos inmediatos en Acuerdo Cívico y Social sino también en la interna peronista. El lanzamiento del gobernador santafesino podría ser un catalizador para desactivar la indefinida campaña presidencial de Carlos Reutemann en su propio territorio tras el golpe que le propinó Eduardo Duhalde, al confirmar que no declinará su postulación aunque el ex piloto intente suceder a Cristina de Kirchner.

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