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Berlusconi se bajó de su candidatura

El premier italiano anunció que no se presentará en las elecciones de 2013.

El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi confirmó ayer que no se presentará como candidato para la reelección en las elecciones legislativas del 2013, en una charla publicada ayer con el diario de oposición La Repubblica. “En las próximas elecciones no entiendo lanzarme como candidato a la presidencia del Consejo”, aseguró el multimillonario político, de 74 años, quien sufrió en mayo un grave revés electoral tras un año de escándalos sexuales y procesos judiciales por corrupción que afectaron negativamente su popularidad.

“El candidato de centroderecha será Angelino Alfano”, subrayó Berlusconi al indicar como delfín al actual ministro de Justicia y recién elegido secretario nacional de su partido, Pueblo de la Libertad, de 41 años.

“Voy ayudar a su elección”, aseguró Berlusconi, quien asumirá la figura de “pater nobile” (padre noble) de su heredero político, dijo.

“A los 77 años, no puedo ser más jefe de gobierno”, admitió.

Berlusconi había anticipado en abril pasado durante una cena con un grupo de corresponsales extranjeros que no quería tener un papel “operacional” en las próximas elecciones.

El magnate de las comunicaciones descartó que aspire llegar a la presidencia de la República, como sostienen sus enemigos. “No es un cargo para mí. Es más para Gianni Letta”, su asesor personal y mano derecha desde hace años. “Es la persona adecuada, porque es una gran persona y tiene buenas relaciones con todos, inclusive con la centroizquierda, que lo apoyaría”, agregó.

Berlusconi no se priva de atacar a su influyente ministro de Economía, Giulio Tremonti, quien acaba de elaborar el plan de ajuste económico.

“Se cree un genio y considera cretinos a los demás. Lo soporto porque lo conozco desde hace muchos años. Es el único que no juega en equipo”, comentó.

Para tranquilizar el clima, Berlusconi almorzó ayer con Tremonti y prometió que el plan de ajuste, que prevé el equilibrio presupuestal antes de 2014, será adoptado por el Parlamento antes de que concluya el verano boreal. Hasta ahora, Tremonti ha controlado con mano dura las cuentas públicas  y su eventual caída pondría en dificultad a Italia.

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