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Benedicto XVI se reúne con los obispos irlandeses

Es por los casos de pedofilia. Están previstos no menos de tres cónclaves. Señalan que es un procedimiento “excepcional” la decisión de convocar a toda la jerarquía episcopal de un país.

Hecho excepcional, el papa Benedicto XVI convocó para hoy y mañana a todos los obispos de Irlanda, indignado por los actos “particularmente odiosos” de sacerdotes de la región de Dublín que, amparados por su jerarquía, abusaron de cientos de niños durante decenios.

Están previstas no menos de tres reuniones: la delegación irlandesa fue recibida por Benedicto XVI el lunes por la mañana, y están previstos otros dos encuentros el lunes por la tarde y el martes por la mañana.

Esta convocatoria de toda la jerarquía episcopal de un país es un procedimiento excepcional, señalan expertos en asuntos vaticanos.

“Vuestras comunidades, que ven a ciertos hombres de la iglesia implicados en actos particularmente odiosos, atraviesan una dura prueba”, declaró el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, durante una misa celebrada antes de la primera reunión con el papa, a la que asistían 24 obispos irlandeses.

Para la Iglesia, “las pruebas que vienen de su propio seno son naturalmente más duras y humillantes”, pero “toda prueba puede convertirse en un motivo de purificación y de santificación, a condición de que sea iluminada por la fe” y que “el pecador reconozca su culpa”, agregó Bertone, segunda autoridad del Vaticano.

El cardenal advirtió del riesgo de “perder la fe en Dios” a raíz de estos casos. “Es en realidad la tormenta más peligrosa, la que toca el corazón de los creyentes, afectando su fe y amenazando su capacidad de confiar en Dios”, dijo.

Según un informe publicado a fines de noviembre, los responsables del arzobispado de Dublín, el más importante de Irlanda, cubrieron los abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la región contra cientos de niños durante varias décadas.

Después de esas revelaciones, cuatro obispos presentaron su dimisión, pero una sola de ellas es efectiva hasta el momento, la de monseñor Donald Murray, ex obispo de Limerick y obispo auxiliar de Dublín de 1982 a 1996. Otro de los dimitentes, monseñor James Moriarty, obispo de Kildare y Leighlin, forma parte del grupo de prelados presentes hoy en el Vaticano.

El primado de la iglesia de Irlanda, cardenal Sean Brady, que dirige la delegación, afirmó que el papa está “muy preocupado” por este asunto, precisando, en una entrevista a Radio Vaticano, que la reunión, preparada “muy cuidadosamente” sólo es “un paso en un largo camino”.

“A nuestro regreso, esperamos que esto se traduzca por un proceso de arrepentimiento, de renovación y de reconciliación, para bien de todos”, añadió.

Al recibir el 11 de diciembre al cardenal Brady, Benedicto XVI calificó de “crímenes abominables” los actos de esos sacerdotes, y anunció que publicaría una carta pastoral. Esta podría ser publicada en ocasión de la reunión con los obispos irlandeses.

Este caso de pedofilia de sacerdotes, revelado luego de otros similares en Estados Unidos y Australia, preocupa sumamente a la Iglesia Católica que, a través del catecismo y las instituciones escolares, tiene a cargo muchos jóvenes.

Tanto más preocupante cuanto otro escándalo de pedofilia estalló recientemente en Alemania, donde tres profesores de colegios jesuitas cometieron abusos sexuales en los años 1970 y 1980.

Durante sus viajes a Estados Unidos y a Australia en 2008, Benedicto XVI condenó firmemente esos crímenes y se reunió con víctimas de los mismos.

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