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Batalla a piojos y liendres

Comenzaron las clases y la pediculosis es una de los desafíos a enfrentar. Si bien los chicos fueron poblados de “visitantes” durante el verano, hay algunos tips para comenzar el año libre de picazón.

Por Luciana Sosa

Tras el inicio de clases y ya el vago recuerdo de las vacaciones, los padres se calzan los guantes para una nueva batalla: la pediculosis. Si bien los chicos que participaron de colonias de verano, sobre todo si las actividades incluyeron jornadas en la pileta, pueden haber tenido piojos, ante el inicio del ciclo lectivo la situación suele empeorar. Los médicos pediatras dejan en claro la fórmula para combatirlos: lavado diario y peine fino.

“Es importante que más allá de lo que anuncien las publicidades, no se exponga a los chicos a los tratamientos químicos clásicos para combatir la pediculosis, por más que nieguen su toxicidad, a largo plazo esto termina afectando la salud del niño o la niña”, sostuvo a El Ciudadano Alicia Orellano, presidenta de la Sociedad de Pediatría de Rosario.

La profesional aclaró que los padres ya pasaron por un ataque a los bichos pequeños durante el verano: “Sabemos que muchos chicos han tenido piojos debido a sus tardes en la pileta, ni hablar de las colonias de vacaciones que reúne a muchos chicos al mismo tiempo. Pero ahora, que comenzaron las clases, la situación preocupa mucho más a los padres porque es un mal que se suele extender a toda la familia y al no estar de vacaciones, por ende, se cuenta con menos tiempo para todo, habrá que reforzar el plan de lucha, o el trabajo de prevención, en el mejor de los casos”, afirmó.

La infestación con piojos produce irritación de la piel y prurito, pero también el riesgo de infecciones secundarias como consecuencia del rascado.

Los piojos son insectos parásitos que miden de 3 a 4 milímetros; son aplanados y no tienen alas, toman el pelo como su hábitat natural y se alimentan de la sangre del cuero cabelludo. De hecho, Orellano afirmó que se suelen encontrar a un centímetro del cuero cabelludo, por ende es importante que el pelo se mantenga atado y trenzado, para que estos insectos no puedan habitar la cabeza del niño o la niña en cuestión.

Se supo también que la hembra puede depositar hasta 10 huevos al día. De éstos saldrán las liendres, piojos en estado larvario, que son las más fáciles de ver por su color blanco, forma ovalada y porque se adhieren firmemente al pelo, cerca de la piel cabelluda. Mientras quede alguna liendre en la superficie del organismo, la enfermedad no estará erradicada. Es por eso de la importancia del tratado permanente con el peine fino.

“La mejor receta para combatir los piojos es el lavado diario con shampoo regular y luego el peinado con el peine fino”, explicó la doctora. A su vez, agregó: “Las niñas de pelo largo deben llevarlo atado y, en lo posible, trenzado, para que los bichitos no entren a su cabellera”.

Por otra parte, una de las vías de contagio es la ropa que se utiliza, por ende, la doctora aconsejó “guardar las prendas enana bolsa de nylon bien cerrada, y dejarlas unas 24 horas para que la falta de oxígeno mate a los insectos”. Como los piojos pueden sobrevivir hasta un día fuera del ser humano, se transmiten por compartir objetos como toallas, gorras, cascos, peines, cepillos y ropa.

El estar infestado de piojos genera inflamación y enrojecimiento de la piel en la zona afectada, acompañada de escoriaciones, por el constante rascado, ya que la comezón es el síntoma fundamental de esta infección.

Precisamente el rascado, muchas veces con las uñas sucias, puede dar origen a complicaciones en el cuero cabelludo, como una infección bacteriana por estafilococos y/o estreptococos. Este tipo de pediculosis afecta principalmente a niños y adultos jóvenes, sobre todo aquellos que prefieren el cabello largo, pues es más difícil cuidarlo y mantenerlo limpio. La infestación, además, puede extenderse a cejas y pestañas, pudiendo ocasionar conjuntivitis y en los adultos que la lleven, hasta la barba.

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