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Bagnis disfruta representar al país

El tenista nacido en Rosario y radicado en Armstrong se prepara para participar por primera vez en el evento continental.


Uno de los nombres con experiencia y recorrido en su deporte que entrega la delegación santafesina en Toronto es el de Facundo Bagnis. El tenista nacido en Rosario pero residente en Armstrong llega con el antecedente palpable de su gran actuación hace un año atrás en los Juegos Odesur de Santiago de Chile donde se quedó con la medalla de oro en singles y dobles. “Disfrute de los dos Odesur que jugué y las tres medallas (a las de Chile se le suma el oro en dobles en Buenos Aires 2006), pero los Panamericanos son otra cosa. Compiten todos los países de América y el nivel seguramente será mucho más exigente pero llego con las mejores expectativas y esperando representar a Argentina lo mejor posible”, dice en el inicio de su charla con El Hincha.

Bagnis hace años que está en el circuito profesional pero hoy a los 25 parece haber adquirido la madurez que todo deportista necesita para potenciar sus condiciones naturales. Actualmente en el puesto 137 del ATP, supo estar no hace muchas semanas entre los cien mejores (fue 90 el 20 de abril, su mejor ranking) y aspira volver prontamente a ese grupo para seguir mejorando: “El objetivo es volver a tocar el mejor ranking que tuve y subir más también. Ojalá se dé, pero no es fácil. Es la elite del tenis mundial y todos juegan muy pero muy bien. Siempre eso es lo más difícil, llegar y mantenerse. Pero estamos trabajando en eso”. Y agrega: “Jugar un Masters 1000 y ni hablar un Gran Slam, es increíble. Ahí están los mejores del mundo, compartís todo con los ídolos que veías en TV, te tratan de lo mejor que puedas imaginar. Por eso hay que seguir trabajando para poder estar con continuidad en esa clase de torneo. Cuando estas ahí, sabes que vale la pena todo el esfuerzo que se hace”.

Facundo comenzó a jugar a los siete años en el club Argentino de la ciudad de Las Parejas y hasta los doce compartió su tiempo con el fútbol, momento en el que decidió apostar definitivamente por la raqueta. Esos inicios no fueron para nada sencillos: “Al comienzo es durísimo, a esa edad viajar todo el tiempo para entrenar y competir es bravo. Todos tus amigos están en tu ciudad y viajar solo se siente. El apoyo incondicional de la familia es importantísimo; me acompañaban donde y cuando podían”, recuerda sobre aquellos días.

El zurdo espera con ansias volver a representar a la Argentina y en un evento de esta magnitud: “Nosotros durante el circuito vivimos en un deporte muy individual entonces se disfruta mucho poder compartir con tus compañeros 10 días en la Villa, ver ondear tu bandera y si se puede subir a un podio. Alentar a competidores amigos de otros deportes, hacer amigos de tu país y de otros es una experiencia muy linda que se vive pocas veces y hay que aprovecharla”.

En cuanto a lo deportivo que espera para su participación en la cita canadiense, comenta: “Es un orgullo jugar con la celeste y blanca y lo tomo con la mayor seriedad. Las expectativas son las mejores y aunque sabemos que es duro, tenemos confianza en nosotros. El objetivo lógicamente son las medallas, mientras más doradas mejor para poner al país lo más arriba posible”.

Admirador en sus comienzos del australiano Patrick Rafter y luego del español Rafael Nadal, uno de sus sueños máximos es jugar algún día la Copa Davis. “Sueño jugar por mi país. La Davis tiene un sabor especial. Jugas en equipo, tenes hinchada (a favor o en contra)”, dice al respecto. Fuera de su deporte, no duda a la hora de elegir un referente: “Emanuel Ginobili es sin dudas a quien más admiro de los argentinos. Un deportista increíble al cual disfrutamos todos los días. Un tipo humilde y excelente persona. Un grande de verdad”.

Para todo deportista, su círculo íntimo es fundamental para poder desarrollarse. En el final de la charla, Facundo menciona y agradece al suyo: “Mis viejos Fabiana y Enzo, mi hermana menor y muchos amigos son mis pilares y en quien me apoyo permanentemente. Sin ellos sería muy difícil. Y por supuesto mi cuerpo técnico que integran mi entrenador Martín Vasallo Arguello que siempre viaja conmigo; el físico Cristian “Dogo” Elseser, mi psicólogo Fernando Vázquez, el kinesiólogo Mariano Seara y algunas personas más”.

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