Ciudad

Otra cosmovisión

Astronomía basada en saberes ancestrales de los pueblos qom

Una muestra del Complejo Astronómico Rosario refleja el conocimiento de cielo y estrellas que desarrollaron al margen de la ciencia.


Hay algo democrático en el cielo. Desde un balcón céntrico o de entre las chapas de una casilla, amontona estrellas cuando baja el sol. En Rosario conviven al menos dos formas de interpretar este espectáculo diario que buscan medirse en un espacio común: el Complejo Astronómico Municipal (CAM). Hace semanas que al entrar al edificio una muestra sobre la cosmología del pueblo qom recibe a los visitantes. Ayudados por dioramas hechos a mano por la comunidad con décadas en la ciudad, cuentan cómo se formó el Camino del Ñandú (la Vía Láctea, según su denominación científica ) o de dónde viene la luz de los cuerpos celestes. Las historias pasaron de boca en boca entre los qom y hoy se sumaron a los recorridos educativos que tiene todas las semanas el CAM. Miles de alumnos visitan y aprenden de astronomía con las escuelas cada año. En 2016, y por el esfuerzo compartido entre municipio y la comunidad toba del sudoeste de la ciudad, se contarán las dos formas de mirar el cielo. “Llegar a la educación formal (con la muestra incorporada al complejo) hace que seamos menos extraños a los ojos de quienes viven en la misma ciudad”, dice Ruperta Pérez, una de las históricas trabajadoras del centro cultural El Obrador, epicentro de la iniciativa.

La muestra se llama Astroludoteca. Ganó como proyecto educativo del CAM en 2011 dentro de una convocatoria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Con la idea de recuperar la tradición astronómica qom, entró en la categoría de Fomento a Patrimonio Inmaterial y peleó entre más de 500 otras propuestas de 26 países. Años más tarde y con el concurso ganado, miembros de la comunidad qom en Rosario fabricaron tres módulos físicos de la muestra que reciben desde hace 15 días a visitantes. Lo hicieron en el edificio del El Obrador, pasando el puente de Vía Honda en Rouillon al 4300.

El nombre del ahora espacio cultural que aloja talleres de expresión y cursos de oficio, vino porque su estructura era pivote de un plan de urbanizaciones descontinuado. Alrededor, argentinos, bolivianos, paraguayos de las comunidades qom, guaraní y mocoví levantaron sus hogares.

Una de las actividades del centro cultural es la fábrica de juguetes coordinada por Elsa Albornoz y Mariela Mangiaterra. Se llama Periférico. Objetos Lúdicos. Es la responsable de los dioramas de la muestra del CAM. Uno de los más logrados es el ñandú, que está a pasos de la puerta principal del edificio en el parque Urquiza. Hecho con un cuadro de moto se puede montar como una bicicleta. Al accionar unos pedales a los costados cobra vida en un diorama uno de los tres relatos principales en la cosmovisión qom, El Mortero. El relato explica que el brillo de las estrellas nace de las manos de una abuela que en el cielo muele algarrobo.

Completan la mitología expuesta el Rapiche’n, un cuento sobre una constelación con un mensaje de armonía entre hombre y naturaleza; y el relato del Mañec, que traducido al castellano es ñandú, protagonista de una historia de niños perdidos y brujas, que remite al cuento de los hermanos Grimm, Hansel y Gretel.

Usos y costumbres

Como en todas las culturas los fenómenos astronómicos –desde el cambio de luna hasta un eclipse– y los meteorológicos son cargados de sentido por las comunidades para entender y relacionarse entre ellos y el entorno. Los qom no son la excepción. La intención de la muestra es que los paralelismos entre su astronomía y la occidental acerquen a los visitantes. Y más, echen luz sobre una comunidad que hace décadas comparte la ciudad.

“Leemos el cielo como astrónomos. Siempre fue de transmisión oral. Recién con estos proyectos (por la muestra) hemos escrito las enseñanzas que nos dejan esas historias”, cuenta Ruperta Pérez. Ninguno de los tres relatos de la cosmología qom tiene autonomía. Se aprenden cantando y bailando las canciones del pueblo.

“Eso es lo que más me gusta. Nada va por separado”, agrega Pérez, y deja entrever la principal diferencia entre la cultura occidental y la qom respecto cómo se carga la herencia ancestral. Consultada por la importancia de las historias para la vida diaria, Pérez ejemplifica: “Por la observación de los últimos dos inviernos, que fueron muy secos, sabíamos que esta temporada iba a tener muchas lluvias (con relación al fenómeno El Niño)”. Eso, insiste la mujer, lo aprendieron de sus abuelos.

Ruperta nació en la zona de El Impenetrable, en Chaco. Llegó a la ciudad a mediados de los 90 como gran parte de la continua migración interna. Hizo de su misión revindicar la figura del qom en Rosario. Manos a la obra, impulsó la capacitación y producción de objetos artesanales en El Obrador. “Poder charlar con científicos (astrónomos) no es muy distinto de compartir el saber natural y ancestral. Ayudamos a pasar el mensaje de cuidar al medio ambiente que tenemos”, agrega Pérez.

La mujer refuerza el concepto detallando cómo producen canastos para bicicletas con botellas plásticas. Satisfecha en parte por la inclusión de su comunidad en la vida académica con esta muestra, Pérez admite que todavía falta mucho por hacer. “Los esfuerzos deben estar en aprender a respetarnos en nuestras diferencias y ver nuestras similitudes”, concluyó.

Museo experimental

Además de las funciones de divulgación científica del planetario, el CAM cuenta con el Museo Experimental de Ciencias. Los visitantes pueden experimentar con rayos láser, mezcladores de sonido, radios de diferentes tipos, computadoras, celdas fotovoltaicas, telescopios y microscopios, entre otros dispositivos. Está abierto los sábados, domingos y feriados de 17 a 19. La última visita ingresa a las 18.15. La entrada general cuesta 15 pesos, 10 para jubilados y los menores de 5 años no pagan. De miércoles a domingo, de 20.30 a 22 al igual que los feriados nacionales, el observatorio abre sus puertas dentro del complejo para los interesados en utilizar el telescopio y aprender de astronomía.

Turnos

Desde principio de mes las escuelas pueden gestionar un turno vía web para visitar el CAM. Deben ingresar a www.complejoastronomico.gob.ar. Podrán pedir un turno para visitar las tres patas del complejo: el planetario, el Museo Experimental de Ciencias y el Observatorio, más el agregado reciente de la Astroludoteca. Deben completar un formulario con los datos de la institución, los datos del responsable a cargo y seleccionando un rango de fechas de al menos 7 días, se le asignará un turno dentro de las fechas seleccionadas. Desde la web se puede descargar material para docentes, ver la propuesta educativa y ver las novedades del Complejo Astronómico.

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