Espectáculos

Asesinaron al cineasta brasileño Coutinho

El autor de "Santa Marta, dos semanas en el Morro" fue asesinado de varias puñaladas y el principal sospechoso es su hijo.  Coutinho fue un realizador de películas militantes que reflejan el Brasil oprimido. Fue además guionista de "Doña Flor y sus dos maridos".


eduardo-coutinhonotaEl reconocido cineasta brasileño Eduardo Coutinho, de 80 años, apareció muerto en su casa de Rio de Janeiro con marcas de varias puñaladas en su cuerpo. Según las primeras investigaciones, su hijo Daniel, que padece trastornos mentales, es el principal sospechoso.

Documentó a lo largo de su trayectoria al Brasil marginal y oprimido, dándole a sus protagonistas, los pobres, en su inmensa mayoría negros, voz propia para relatar sus difíciles realidades.

Considerado uno de los mayores -el mayor, para algunos- documentalistas brasileños, el también guionista y productor nacido en 1933 en Sao Paulo dejó a lo largo de su obra que sus personajes, reales o ficticios, hablaran en primera persona, logrando de esa forma que brillara con luz propia el lado más humano de cada uno.

Así fue con su documental “Santa Marta – Dos semanas en el Morro”, (1987). Coutinho y su equipo permanecieron durante ese tiempo en la favela Santa Marta, en Río de Janeiro, donde convocaron a quienes viven en el lugar a que contaran sus historias.

Similar metodología aplicó en otro documental, “Boca de Lixo” (Boca de Basura), de 1992, en el que los protagonistas reales son personas que viven en un basural de la localidad de Sao Gonçalo, también en Río de Janeiro.

En la obra, personas que para la sociedad son un grupo sin rostro o identidad propios, revelan a través de sus relatos espontáneos sus distintas, complejas y humanas individualidades.

Esa marca registrada del cineasta, quien también se desempeñó como periodista destacado en el programa “Globo Reporter” de la TV Globo, donde trabajó entre 1975 y 1984, esa forma particular de ser fiel a la realidad sin por ello dejar de aportarle a sus obras la veta del artista, atraviesa otras obras memorables, como la exitosa “Cabra Marcado Para Morrer” (1985), una narrativa semidocumental sobre la vida de un líder de las luchas de los campesinos, Joao Pedro Teixeira.

Por haberse comenzado a filmar en 1964, cuando ocurrió el golpe militar que se prolongaría hasta 1985, el rodaje de la obra, que obtuvo el premio de la crítica internacional en el Festival de Berlín, mejor película en el Festival du Réel, en Paris, y en La Habana, entre otros, fue interrumpido y se terminó en 1985, año en que fue estrenada.

Buscando ampliar los sectores retratados en su vasta obra, en la que se cuentan 22 películas, Coutinho, quien en 2007 recibió el premio Kikito de Cristal, la más importante premiación del cine brasileño, por el conjunto de su obra, abordó su renombrada película “Edificio Master”, filmada en el seno de un edificio del barrio carioca de Copacabana, habitado por la típica clase media brasileña.

Pese a que su obra, por su énfasis en los sectores oprimidos, podría considerarse como tendiente a buscar igualdad social, Coutinho, quien fue guionista de a famosa película “Doña Flor y Sus Dos Maridos” (adaptación de la novela homónima de Jorge Amado), supo renegar del cine como “instrumento político de intervención en el que el público piensa o debería pensar”.

“La película militante es una tragedia porque ya está escrita antes. Convencer lo ya convencido es terrible, hacer una película para convencer a alguien también”, sostuvo el cineasta, quien en 2013 fue el gran homenajeado en la Muestra Internacional de Cine de Sao Paulo.

En junio pasado, el autor de otras memorables obras como “Faustao” (1971), “La Ley y la Vida” (1992), “Babilonia 2000” (2000) y “Juegos de Escena” (2007), entre otros, fue invitado para integrar la Academia de Artes y Ciencias Cinematrográficas, responsable del Oscar.
La película “As cançoes” de Eduardo Coutinho fue la encargada de abrir la edición 2012 del Festival Latiniamericano de Video, que se realiza en Rosario, com un homenaje a su vasta producción documental.  En el filme, hombres y mujeres cantan y cuentan qué canciones marcaron sus vidas, entre amor y desamor, nostalgia y pérdidas, encuentros y desencuentros. Todos los personajes cantan a capela, lo que realza la esencia corporal. Las canciones de Roberto Carlos son las más cantadas junto con melodías del repertorio popular de todo tipo, así como clásicos del cancionero brasileño.

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