El custodio del galpón donde descansaban ayer cerca de las 5.30 de la madrugada miles de litros de gaseosas en la zona oeste se asustó al ver una sombra que venía a toda velocidad desde la esquina de calle Nicaragua. Como si fuera un maratón, la persona dobló por Casilda al 7300 hacia el este e intentó entrar por el portón de la empresa, ubicada sobre el extremo oeste de barrio Belgrano y a metros de la villa La Fanta. El vigilador se levantó rápido y le cortó el paso: “Esto es propiedad privada”, dijo y lo llevó del brazo hasta la vereda. Sin embargo, el corredor nocturno no emitió sonido y al llegar a la sombra que da el tanque con una leyenda decolorada por el sol, se desvaneció. En ese momento, el hombre que se encarga de la seguridad de los camiones que transportan gaseosas vio que el supuesto corredor tenía el cuerpo lleno de sangre, por lo que llamó al 911. Para cuando llegó el personal del Sies, el hombre de 34 años había muerto a causa de tres tiros: dos en el abdomen y uno en su brazo, indicaron fuentes policiales.
Los vecinos dijeron no saber nada, incluso un par de personas decidieron elegir otra cuadra; la de Nicaragua al 100 y no la del 100 bis para asegurar que el hecho había pasado en una zona más despoblada. Pero hubo algunos que entre dientes y con cierta resignación contaron que en el barrio pasan cosas: “Donde Nicaragua se corta por las vías del ferrocarril van y vienen autos y hay tiroteos todas las noches producto de la venta de drogas”.
Temerosos por el destino de sus hijos todos sostuvieron que no vieron, ni escucharon nada. Aunque por lo bajo, algunos se animaron a mencionar algo: “Le dispararon tres veces en esa casa que tiene la puerta y la ventana de chapa. Es una pieza sola. El que se murió no era del barrio pero le dispararon allá al 100 bis y fue a pedir auxilio hasta donde salen los camiones. Pero ya estaba puesto”, dijo una fuente que pidió mantenerse en el anonimato.
En tanto, un chofer de unos de los transportes de bebida contó que vieron pasar al desconocido anteanoche a las 23 por la esquina de Casilda al 7300 en dirección a Nicaragua al fondo.
Varias versiones surgieron luego que los uniformados encontraran el cuerpo de este hombre, que anoche fue identificado por la Policía como Sebastián Adolfo Oronaz, de 34 años. Una de ellas señaló que era un soldado (término utilizado para referirse a las personas que están encargadas de cuidar los denominados quioscos donde comercializan estupefacientes) que estaba en el lugar y que un grupo de personas lo atacó. El aspecto de la casa donde aseguran que le dispararon tiene todas las características que poseen los quioscos de droga. Es un lugar pequeño con puerta de hierro y una ventana también sellada por el mismo material donde se puede ver un pequeño cuadrado del lado izquierdo por el que en general se entrega la mercancía.
Otro de los trascendidos que surgieron a lo largo del día fue que la Policía encontró en el lugar una vaina servida calibre 32. Pero los investigadores fueron cautelosos a la hora de brindar información, no corroboraron el hallazgo como tampoco descartaron la hipótesis de una pelea de bandas por el control de la venta de estupefacientes en villa La Fanta.
Según voceros policiales, Oronaz poseía varios antecedentes, tenía prontuario abierto en la ciudad de Santa Fe por delitos contra la propiedad y un pedido de captura de la Justicia de la provincia de Entre Ríos, por tentativa de robo.
De acuerdo con la investigación, los uniformados agregaron que cuando arribaron al lugar, la víctima fatal estaba tendida sobre una mancha escarlata en la vereda justo enfrente del tanque que tiene la leyenda Sprite de la embotelladora ubicada en Casilda al 7300, sin signos vitales.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 13ª Nominación, la intervención de la oficina fiscal 10ª y de personal de la Sección Homicidios de la URII, junto a la comisaría 17ª, por razones de jurisdicción.
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