Silvia Altavilla, directora del jardín de infantes Nº 296, de Cullen y Génova, estaba abatida. “Es lo que nos faltaba, el desánimo es total, ya no sabemos más qué hacer”, dijo al relatar el robo a mano armada que sufrieron ayer, minutos antes de las 8 de la mañana, la vicedirectora, dos maestras y dos porteras de la institución que hace poco más de un mes fue saqueada y destrozada “por pibes del barrio”. Por la tarde, fue detenido Darío D., de 25 años, en una casa de Barra al 1400, sospechado del asalto.
A cara descubierta, un hombre irrumpió antes de que llegaran los niños. “Fue todo muy rápido: las encerró en un aula, les sacó los celulares, el dinero y las amenazaba; ya estamos cansadas”, siguió Altavilla mientras asistía a su compañeras, algunas con ataque de nervios. Por ese motivo, mandaron de vuelta a sus casas a los chicos y no dieron clases. “Y no habrá hasta que nos garanticen seguridad”, avisó la docente.
El pasado 30 de marzo, el jardín ubicado en Empalme Graneros, zona noroeste de la ciudad, sufrió un ataque vandálico con destrozos del mobiliario y robo. “En esta zona no vemos a los gendarmes. Ellos circulan por Juan José Paso y llegan hasta la cuadra anterior a la nuestra; en teoría, tenemos protección de la seccional 20ª”, se lamentó Altavilla.
Por testimonios que reunieron las docentes, el hombre que las asaltó había intentado atacar antes al personal del Centro de Salud Juana Azurduy, ubicado en Fraga 1087 bis, a 100 metros del jardín. “A una mamá que había llegado con su hijito le agarró un ataque de nervios porque escuchaba los gritos. Llamamos al 911 y tardó bastante en llegar. A media mañana vino personal del Ministerio de Educación y la Policía”, agregó la directora, quien trabaja hace 16 años en el barrio y reconoce que “en los últimos cuatro o cinco años la situación de violencia viene empeorando”.
La directora dejó una reflexión angustiante: “Ya es una cuestión que no podemos manejar; hoy decimos que plantamos bandera acá. Si alguien no nos da una solución verdadera esto no va a seguir funcionando. Uno no puede exponer la vida, más allá de todo lo que quiera hacer por la educación”.
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