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Argentina: propaganda alienante 24×7 que desmoraliza e impide pensar críticamente

Mientras en los principales centros urbanos universitarios de Argentina hubo multitudinarias marchas exigiendo la gratuidad de la Universidad Pública, en Estados Unidos los estudiantes marcharon por otras cuestiones


Por Christian Cirilli  publicación de Facebook
Mientras en los principales centros urbanos universitarios de Argentina, no solo Buenos Aires, sino también Córdoba, Rosario y La Plata, por nombrar algunos, hubo multitudinarias marchas exigiendo la gratuidad de la Universidad Pública, que tan buenos resultados a nivel de enriquecimiento profesional ha dado al país, e incluso, como faro de conocimiento en Latinoamérica, en Estados Unidos los estudiantes marcharon por otras cuestiones.
Como si se tratara de un bello reflejo del pasado «vietnamita», gran cantidad de jóvenes estadounidenses, nativos o residentes, decidieron protestar pacífica y organizadamente como parte de un enorme movimiento que exige cortar el apoyo de ese país a la sanguinaria maquinaria genocida de Israel contra el pueblo palestino en Gaza.
En una reveladora apertura de ojos, los más de 34.000 muertos palestinos y la infinidad de heridos, mutilados y tullidos, famélicos y afectados, sin hogar, sin futuro y con cicatrices psicológicas atroces, prácticamente todos ellos civiles inermes, fueron visibilizados en las calles por más de 8 mil actos, que abarcaron unas 850 ciudades y pueblos, a lo largo de los últimos 7 meses, ganando mayor intensidad esta última semana con la afluencia de los jóvenes universitarios.
A la omnipresente censura mediática (¡y hasta legal!) occidental, que contradice el lema – a estas alturas orwelliano – de estar viviendo en condiciones de «libertad», se ha adicionado una contradicción mucho peor, la de estar viviendo bajo el reino de los «derechos humanos», entre los que se incluye la (diversidad de fuentes de) información y la protesta.
En Argentina no se crean que ocurre algo diferente: existe una propaganda alienante 24×7 que desmoraliza e impide pensar críticamente. El presidente de baja estatura (moral y humana, no juzgo el físico) decidió responder a la inquietud popular con un dibujo de un león bebiendo «lágrimas de zurdos» y eso creó «falsa indignación» en los medios, que en la práctica lo siguen apoyando estoicamente. Por ahora, y solamente por ahora, el gobierno no se animó a reprimir, creo yo, porque aun es temprano.
Pero en Estados Unidos pasaron a otra fase. Mayormente y hasta ahora no había palos para los manifestantes, sino un insistente «pedido de orden» y todo el avasallante aparato mediático-cultural-propagandístico para acallar / ignorar la voz «de los inconformistas de siempre», de los «politizados», de los «izquierdistas»… o según todo el mainstream de medios pro-israelíes y su monigote, el Congreso… de «antisemitas».
No obstante, ante la intensificación y masividad de las movilizaciones, donde incluso se han sumado muchos alumnos y profesores judíos y musulmanes, pacíficamente y unidos bajo un mismo signo de humanidad, algo realmente imperdonable para los sionistas – sean judíos o no – que basan su poder en el secuestro y desdibujamiento de la religión judía, el «sistema» ha reaccionado con represión, abundante y desatada.
No solamente hubo palos, gases y golpes, con la intervención feroz de una policía descarnada. Hubo expulsiones, razzias, castigos y clausura de actividades universitarias. Así responde el «sistema» de «libertades y garantías constitucionales» cuando surge una fisura de sensibilidad humana en su alienante entramado de poder: como un antivirus de Matrix.
Los cultores de la ideología imperial estadounidense, léase, las Universidades (especialmente las privadas de alta jerarquía), a través de sus elitistas autoridades, han cercenado de raíz el supuesto derecho de protesta de sus estudiantes, amenazando con amonestaciones, expulsiones, cancelaciones de graduaciones, y por supuesto, con «militarizar» los campus con policías dispuestos a arrestar y encarcelar. Allí también parece que rigen las «lágrimas de zurdos»… que los frutos no caen tan lejos del árbol.
Actualmente las autoridades federales impulsan el despliegue de la Guardia Nacional (nuestro equivalente a la Gendarmería) en algunos campus universitarios, y el Congreso de «la mayor democracia del mundo» analiza la aprobación de un proyecto de ley para clausurar toda organización no gubernamental (ONG) que apoye a los palestinos, todo ello, mientras Antony Blinken habla de un supuesto «genocidio uigur» en Xinjiang (pero no lo reconoce en Palestina, donde ya es pornográfico) para extorsionar a China.
Si no fuera dramático sería hilarante. Sin embargo, la torpeza de la reacción contra los universitarios provocará más activismo antiguerra y antigenocidio.
Y ello repercutirá en la campaña presidencial…
Joe Biden y sus miserables guerreristas trasvestidos de pacifismo y woke-ismo, pueden que tengan que tomar de su propia medicina: el homicidio de George Floyd en mayo de 2020, que hizo florecer el llamado «Black Lives Matter» contra la violencia policial hacia las poblaciones afroamericanas, fue sin duda incentivado en época electoral y «matcheado» con la imagen de «WASP» construida alrededor de Donald Trump. Recuerdo a los pollos de Biden hincados con una rodilla en tierra en aquellas épocas… en una (im)postura de reconciliación nacional ¿por qué no lo hacen ahora con los palestinos cuyo asesinato masivo incentivan impunemente?
Es revelador que al asumir Joe Biden y su «team» de ideólogos y asesores straussianos, el movimiento perdiera fuerza y prácticamente nada se sepa de él… lo mismo con los «ANTIFA», aun cuando la violencia policial no haya disminuido y se hayan conocido casos de «excesos» que llevaron a la muerte a detenidos negros, sospechosos muchas veces por mera «portación de cara» (y ni hablar de qué grupo racial sigue integrando mayoritariamente las cárceles norteamericanas…)
Ahora bien ¿Qué hacer con estos jóvenes mayormente blancos y de buena posición que en vez de gozar de sus mieles privilegiadas están hartos de las injusticias del mundo y se solidarizan a miles de kilómetros con semitas de piel aceitunada, sacrificados espantosa y gratuitamente en aras del odio exacerbado y los intereses económico-políticos de un grupúsculo dirigencial supremacista y racista? ¡Es como si los hijos del Senado romano se hubiesen revelado contra el Sanedrín por inocular odio contra los filisteos! ¿What the fuck…?
Los estudiantes han pasado ahora a otro plan de acción: empezaron a promover que las casas de estudios superiores anulen sus inversiones en empresas que de alguna manera apoyan la guerra de Tel Aviv en el enclave palestino. O sea, intentan presionar a la máquina financista del Estado hebreo… la que compra el armamento. Todos sabemos que Israel, sin el «contribuyente americano», estaría en serios problemas de financiamiento (como los filonazis de Kiev, dicho sea de paso…)
También ya están planificando realizar manifestaciones monumentales ante la Convención Nacional Demócrata en Chicago, en agosto, mientras continúan presentándose en casi todos los actos públicos del presidente Biden y su equipo para exigir que Washington llame al cese el fuego inmediato (al que nunca ha votado positivamente en el Consejo de Seguridad, sino que se ha abstenido en una única ocasión so condición de que sea «temporal»).
De todas formas la coacción del poder – que unifica a la élite – fue transversal a la politiquería: el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, desplegó a policías estatales antimotines para arrestar con suma violencia a estudiantes… lo mismo ocurrió en Los Ángeles, California, donde el gobernador demócrata Gavin Newson, autodefinido progresista, tomó idéntica posición, haciéndonos recordar la extrema mano dura empleada contra las protestas antisegregacionistas de 1960 y contra la guerra en Vietnam en 1969.
El caso más paradójico fue el de Minouche Shafik, la presidenta de (renegado) origen árabe de la Universidad de Columbia, en New York, que violando los procedimientos universitarios, autorizó a la policía a arrestar a docenas de estudiantes acampados. Shafik, más conocida por plagiar estudios de otros académicos, ser ex vicegobernadora del Banco de Inglaterra, ex subdirectora gerente del FMI, ex secretaria permanente del Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido, es una baronesa egipcia que ahora forma parte de la junta directiva de la Fundación Bill y Melinda Gates, o sea, del «feudalismo corporativista» que tanto ama por estos lares Milei y sus «Pogos» de turno. Seguramente «no adoctrina» como las autoridades públicas de la UBA… (por supuesto, estoy siendo sarcástico…) y me la juego que se considera «gente de bien».

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