Edición Impresa

Apuestan a suba del dólar oficial antes de octubre

La divisa estadounidense, para muchos, debe también aumentar, difieren en cuándo.

Esperaban que el gobierno escondiera la apreciación cambiaria bajo la alfombra, al menos hasta las elecciones. Y que a partir de entonces se viera obligado a implementar el irremediable y postergado ajuste sobre el tipo de cambio oficial. Pero el escenario, parece, cambió en poco tiempo. Y los inversores empezaron a considerar que, quizá, la Argentina deba apurar algo más esa devaluación y acelerar el ritmo del dólar más temprano de lo previsto.

La intuición quedó reflejada en estos días en los contratos de dólar a futuro que se negocian en Nueva York: los precios de los plazos más cortos y previos a octubre (de entre uno y seis meses) se dispararon notablemente más rápido que los que vencen más allá de las elecciones legislativas (a un año). Y esto hizo que, por primera vez en mucho tiempo, la tasa de devaluación que espera el mercado para el tipo de cambio se ubicara por encima del 43 por ciento anual para todos los plazos. Si se confirmara este pronóstico, el gobierno terminaría llevando el dólar oficial a los 6,29 pesos en septiembre próximo; y a los 7,29 pesos en febrero de 2014 (muy cerca de lo que hoy vale el “blue” en la City).

Hace sólo quince días, la realidad era completamente distinta. El mercado apostaba por un ritmo de depreciación de entre el 24 y el 30 por ciento anual para los contratos menores a los seis meses. Y sólo uno más alto, del 35 por ciento anual, para los de doce meses.

Hubo dos cosas que, según estiman los analistas, terminaron por convencer a los inversores: el temor (ahora más latente) a un posible default en el que podría caer la Argentina si fracasa en el litigio que mantiene con los bonistas que no aceptaron el canje y el rumor (cada vez más fuerte) de un posible desdoblamiento del dólar a nivel local.

“Claramente la perspectiva empeoró. Hoy hay mucha especulación con respecto al fallo en Nueva York, y todo está gobernado e influido por este tema, por lo que la volatilidad va a seguir hasta que no haya resolución. En las últimas semanas se percibió que aumentaban las probabilidades de default, y en un escenario adverso obviamente la tasa de devaluación esperada es mayor”, comentó el economista Eric Ritondale, de la consultora Econviews.

En los contratos a futuro que se negocian a nivel local, sobre los que suele intervenir el Banco Central para apaciguar la voracidad de los operadores, el tipo de cambio también se disparó el viernes: unos 7 centavos a tres meses (a 5,295 pesos), y casi 11 en los que son a seis meses (a 5,60 pesos). La tasa de devaluación, que era del 17,7 por ciento el jueves, pasó a ser del 22 por ciento este viernes. “Evidentemente prevén que un eventual default podría complicar el financiamiento externo y obligar al gobierno a devaluar antes de las elecciones. O que termine decidiendo un desdoblamiento cambiario durante estos meses”, comentó el economista Hernán Lacunza, de Empiria Consultores. “De todas maneras, no me parece que haga falta una devaluación de esa naturaleza, y hasta me parece poco probable. Sería un experimento raro en un año electoral, con un electorado que es muy sensible frente a estas variación del dólar”, agregó.

En el mercado creen que esta devaluación esperada que hoy replican los contratos a futuro puede estar incluyendo, también, la dificultad que tiene el Banco Central para sumar reservas y domesticar al dólar, tanto en el mercado informal como en el formal. El organismo tuvo en este bimestre su peor comienzo de año desde la crisis de 2002: no sólo mantiene hasta ahora un saldo prácticamente nulo, en términos netos, de compra de divisas; sino que lleva perdidos más de 1.700 millones de dólares en reservas sólo durante enero y febrero.

“Quizá esto también esté influyendo en la percepción de los inversores, y que frente a esto esperen hoy una mayor devaluación a corto plazo”, completó Ritondale. Al organismo se le complicó sumar ahorros en un bimestre en el que debió lidiar con una escuálida liquidación de exportaciones, una fuerte salida de los depósitos en dólares y una estampida de la demanda de ahorristas y turistas argentinos en el dólar “blue”. Sólo en este bimestre, el billete pasó de los 6,85 pesos a los 7,83. Y los bancos perdieron más de 1.100 millones de dólares en moneda extranjera. Una curiosidad exhibe el sistema, finalmente, tras dos meses de “intervenciones amigas” en el mercado informal: dos de cada tres dólares que salieron de las entidades fueron retirados por el sector público.

Comentarios

10