Antes de partir de vacaciones, el presidente del Club Atlético Boca Juniors, Daniel Angelici, formó una comisión que deberá encargarse de solucionar el problema planteado con el futbolista Juan Román Riquelme.
Juan Carlos Crespi, vicepresidente segundo de la institución; César Martucci, secretario general y José Requejo, secretario de actas, son los integrantes de esa comisión que deberá tomar contacto con el jugador.
Tras la derrota en la final de la Copa Libertadores de América 2012 frente a Corinthians en San Pablo, Riquelme asestó a la gente boquense un golpe más duro que la caída deportiva misma, cuando anunció que se alejaba del club.
Con dos años de contrato por delante, el jugador adujo que se sentía “vacío” y que ya no tenía más para darle al equipo.
Si bien esa decisión venía precedida de fuertes versiones –una la había ventilado el hermano del jugador-, el estupor ganó a directivos y simpatizantes por la forma en que Riquelme la hizo pública, en rueda de prensa a la salida del vestuario en el estadio Pacaembú. A partir de entonces se puso en marcha un operativo destinado a retenerlo, que hasta el momento no tuvo éxito.
Los hinchas protagonizaron en la víspera un multitudinario banderazo en el club y en diferentes puntos del país. Pero Riquelme habló a través de su amigo, el ex futbolista Marcelo Delgado, quien planteó su disconformidad con el trato que le dispensa el cuerpo técnico.
Y Delgado -quien ofició como una suerte de vocero- adelantó incluso que el “10” podría jugar dos años más en otra institución que le acercara una propuesta tentadora, o bien decidir su retiro como jugador profesional.
Hasta anoche, Juan Carlos Crespi no había podido contactar al jugador y decía que cada vez que lo llaman, responde el contestador automático de su teléfono celular.
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