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Alfredo “Perita” Bilanzone: un verdadero artista arriba del ring

Haciendo del deporte de los guantes un arte, el rosarino logró la conquista del segundo título argentino ante 23 mil espectadores en el Luna Park, donde Carlos Gardel lo consideró su ídolo


Considerado uno de los primeros estilistas del pugilismo sudamericano, Alfredo Bilanzone, para todos “Perita”, supo marcar una época importante en la historia nacional con su boxeo académico y científico. Este fino esgrimista nació el 30 de diciembre de 1905 e hizo en Rosario toda su campaña amateur y parte del profesionalismo bajo las órdenes de Oscar Nardi.

Luego se radicaría en Buenos Aires bajo la tutela del prestigioso entrenador Nicolás Prezioza, quien tenía en claro las virtudes del rosarino y así lo manifestaría en una entrevista periodística: “Entre muchos boxeadores, puedo hablar de famosos y de los mejores que me hicieron ganar dinero. Pero ninguno de ellos se puede comparar con Alfredo Bilanzone. Para mí, en su momento, fue el mejor liviano de todas las épocas. Además de gran persona, un amigo hecho y derecho, un señor”.

Reventó el Luna Park

Legítimamente ubicado como el mejor peso liviano, Bilanzone fue en busca del título argentino que ostentaba Víctor “El Jaguar” Peralta y con quien finalmente se midió en el Luna Park el 16 de septiembre de 1933, bajo la dirección de Nicolás Preziosa.

Eran dos hombres con modalidades antagónicas y así lo describiría el diario La Capital: “El match por el campeonato argentino de la categoría liviano reunió indiscutiblemente dos de los valores más fuertes del pugilismo nacional. Víctor Peralta, de carácter extraordinario y tenacidad inquebrantable para el ataque, tendrá como adversario a un maestro de esgrima pugilística. Un diestro en esquives que se ha ganado los aplausos de más de un estadio por la habilidad precisa de su técnica eficaz para golpear y oportuna para evitar castigos”.

La extraordinaria convocatoria provocó que la boletería colapse rápidamente y la gran cantidad de público presente que no pudo conseguir entradas trató de forzar una de las puertas, obligando la intervención policial, tanto que la mayoría debió conformarse con seguir el desarrollo de la pelea por los altos parlantes ubicados en la entrada del recinto.

En destacada performance Bilanzone conseguiría la ventaja necesaria como para esperar la decisión favorable del jurado, pero cuando se proclama un escandaloso empate, miles de espectadores interrumpieron alentando a Perita con un grito ensordecedor. Posteriormente, tanto Peralta como Bilanzone, preocupados, intentaron abandonar el cuadrilátero, pero el público tomó por asalto el ring y llevó en andas a Bilanzone, proclamándolo vencedor. Esto provocó que dos de los jurados huyan del lugar y poco después los siguió el referee, lo que obligó a otro de los jurados y miembros de la Comisión Municipal de Boxeo adviertan el error y procedieran a proclamar vencedor y campeón argentino a Bilanzone.

Revisadas debidamente las tarjetas, se comprobó que el juez había incurrido en un error al leer rápidamente la decisión, pues esta acordaba dos votos favorables para el rosarino y uno por empate: no había duda alguna de que Bilanzone era el vencedor y así se lo coronó.

De inmediato los medios confirmaron la noticia. No menos de cinco mil personas habían permanecido en las afueras del Luna Park, haciéndole el aguante al rosarino, sumando el segundo título nacional para la ciudad cuna de la bandera. El título logrado despertaría en Rosario una alegría sin precedentes: movilizaciones espontaneas nacerían en todos los barrios y centros deportivos para ir a recibir a Perita en la Estación de Trenes Rosario Norte, donde coreaban su nombre y festejaban el éxito.

Apodos, premios y anécdotas

El rosarino poseía un rasgo característico en su rostro del cual le valió el apodo “Perita”, por su alargado mentón que llamaba mucho la atención. En el transcurso de su carrera fue ganándose otros epítetos, como cuando incursionó por Uruguay y lo bautizaron como “Pepe el Tranquilo” o el “Torero de los Golpes”.

Como amateur ya se destacaba con caracteres netos, por su clase, inteligencia y habilidad, la cual fue aumentando progresivamente dado a su constante afán de aprender y dedicación al deporte. Paso a paso y con firmeza, Bilanzone fue encaminándose en la dura senda de la popularidad, acreditando siempre su gran corazón e innegables dotes de boxeador.

En su etapa profesional logró mantenerse invicto en 46 combates de 59 realizados. De esta manera, sus logros nunca les fueron negados y tras ser considerado como uno de los mejores peso liviano de Sudamérica, también se consagró campeón argentino y recibió un prestigioso cinturón británico en manos de Mr. E. MIllington Drake, quien le hizo entrega en una ceremonia formal que se realizó en el ring del Club Atlético Newell’s.

La leyenda

Años más tarde, como una paradoja de la vida, a quien sus adversarios no pudieron castigarlo sobre el ring, una situación económica difícil de afrontar le asestó un tremendo golpe, de esos que dejan a uno al borde del nocaut. Pero enseguida la ayuda tocó a su puerta, como el sonar del gong que a veces acompañan a los campeones que merecen un respiro para poder recuperarse: la salvación a esa situación apremiante había llegado y su tañido se hizo sentir con la llegada de mánagers, ex boxeadores, árbitros, jurados, boxeadores en actividad, autoridades y público en general, quienes organizaron un gran evento solidario en el Sportivo América.

Fue una verdadera noche de narices chatas y un lleno completo para tenderle una mano al viejo amigo, quien cubrió páginas de gloria dentro del boxeo argentino y ahora necesitaba una ayuda. Víctor Galíndez y Juan Domingo Suárez galardonaron la jornada con su presencia. Y con lo recaudado pudo instalarse en un pequeño departamento, atenuando esa delicada situación económica. Fue algo que “Perita” llevó clavado muy hondo en su ser, el mejor homenaje en vida que se le pudo ofrecer a quien dio tanto en favor del deporte de los puños. Testimonio de una lección bien aprendida gracias a un maestro como Bilanzone.

Especial para El Ciudadano de Ever Palermo, ex boxeador amateur y autor de “Rebeldes de uniforme” y “Puños Rosarinos: tierra de campeones”, libro declarado de interés Municipal y Provincial.

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