En horas de la mañana, en vuelo chárter procedente de Nelspruit arribó al aeropuerto de Santiago la delegación chilena que disputó el Mundial de Sudáfrica que significó la vuelta a la máxima cita futbolística después de doce años (Francia 1998 había sido el último Mundial disputado).
La “Roja” quedó eliminada en octavos de final tras el cruce con Brasil el lunes pasado, pero esa derrota no cambió en nada la identificación, la admiración y devoción que el pueblo chileno siente por su selección encabezada por el rosarino Marcelo Bielsa.
En el aeropuerto fueron recibidos por una decena de personas que con banderas y vuvuzelas vivaron a cada uno de los integrantes de la delegación. Desde allí, en autocar se trasladaron escoltados por la Policía hacia el Palacio Presidencial de La Moneda para ser recibidos por el presidente Sebastián Piñera.
En la Plaza de la Constitución cerca de diez mil personas colmaron el lugar para vivar a sus ídolos y verlos en los balcones del Palacio Presidencial. Para ingresar al recinto, una alfombra roja se había dispuesto desde el ingreso a la Plaza. Por la misma transitaron jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Al grito de “Chi,chi,chi,, le, le, le.. Viva Chile”, los aficionados armaron la recepción.
El capitán Claudio Bravo, “Chupete” Suazo y Alexis Sánchez fueron los jugadores más vitoreados. Mientras que el “Bielsa, Bielsa, Bielsa” también se hizo sentir para endulzar los oídos del entrenador.
Uno a uno, todos los integrantes de la delegación recibieron la Medalla del Bicentenario, aunque Piñera sólo lo hizo al capitán Claudio Bravo y a Mayne-Nicholls. Niños invitados las repartieron al resto de los integrantes del ‘Equipo de Todos’.
El técnico Marcelo Bielsa, acostumbrado al culto del perfil bajo, siempre se mantuvo en segundo plano y volvió a tener un distante saludo de manos con Piñera. De hecho, el DT ni siquiera estrechó la mano del subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, en una notoria situación.
Comentarios