Una nueva pelea en la alcaidía de Jefatura, la segunda en menos de un mes, terminó con un joven de 19 años muerto de un puntazo. La trifulca se originó por causas que se investigan durante la tarde de ayer en el pabellón especial B, donde están alojados los reclusos considerados como “más complicados”. Unas horas antes se había generado otro incidente en el cual media docena de presos terminó lesionado, pero cuando fueron atendidos por el médico policial dijeron que se habían autolesionado.
El hecho se registró pasadas las 17 de ayer, cuando un recluso, identificado como Edgardo Daniel Olivera, de 19 años, se acercó hasta la reja de acceso al pabellón especial B para pedir atención médica ya que había sido apuñalado. Unos minutos después, el joven fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital de Emergencias, pero falleció a poco de ingresar producto de una herida en la zona intercostal derecha, en principio producida por una chuza.
Mientras el herido era llevado al Heca, personal policial ingresó al pabellón especial B donde había hasta ayer 60 personas. Si bien el sector cuenta con capacidad para albergar a 100 internos, por las características de los reclusos nunca se intenta superar la cifra de 60, confió anoche un alto funcionario de la Unidad Regional II, quien describió a los internos de ese sector como “muy complicados y con códigos cerrados”.
En base a este último dicho, el funcionario explicó que nadie vio ni escuchó nada y que tampoco se pudo obtener información del joven que terminó muerto, por lo que a partir de hoy los 59 internos alojados en dicho pabellón comenzarán a ser indagados por el tribunal de Instrucción en turno.
Voceros policiales indicaron que Olivera residía en Einstein al 6000 y que estaba en el penal desde hacía poco más de un año, cumpliendo condena por robo calificado. Además, las fuentes indicaron que durante la mañana de ayer se produjo un incidente dentro de ese pabellón, en el que resultaron lesionados seis internos, quienes al ser atendidos por el médico policial, dijeron que se autolesionaron.
“Ninguna de las heridas era de gravedad, por lo que no hubo que trasladar a nadie, y como son cerrados y manejan sus propios códigos, dijeron que se hicieron solos, cuando seguramente hubo una pelea”, sostuvo un portavoz, quien remarcó que no se descarta que la muerte de Olivera haya sido una continuación de la disputa iniciada en la mañana.
Tras ese primer incidente, se realizó una requisa en el pabellón que terminó en el hallazgo de 5 chuzas. Y tras la muerte de Olivera se procedió a una nueva revisión, donde se encontró una nueva arma punzante, apuntaron fuentes del caso.
El pasado viernes 12 de abril en otra reyerta registrada en la Alcaidía –que está en plena investigación– tres reclusos fallecieron y otros ocho resultaron heridos de distinta consideración.
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