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En Cartagena, Colombia

Alarma en el Caribe por la presencia de un pequeño animal marino que puede causar hasta la muerte

Se trata de la llamada fragata portuguesa, conocida también como agua mala. Recomiendan no internarse en el agua ante su presencia. Su solo roce puede ocasionar desde una intensa irritación hasta problemas cardíacos por la fuerte toxina que desprende


Es la fragata portuguesa (Physalia physalis), también conocida como carabela portuguesa, barquito portugués, agua mala, botella azul o falsa medusa. La filmación de la picadura a una turista y su viralización en redes renovó este viernes la alarma en la playa  Boca Grande, de Cartagena, en Colombia, sobre la presencia de estos animales cuyo roce con la piel de una persona puede ocasionar desde una molesta irritación hasta afectaciones cardíacas que, en el peor de los casos, pueden conducir a la muerte.

El Establecimiento Público Ambiental (EPA) de Cartagena ya había tomado medida ante la presencia de estos animales en las costas de la ciudad. Además, comenzó una campaña pedagógica en colaboración con salvavidas, Policía y Guardia Ambiental para educar a los bañistas y visitantes sobre cómo evitar el contacto con la Physalia physalis.

La Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique también emitió una alerta sobre la presencia de fragatas portuguesas en las playas de Cartagena. Su director, Ángelo Bacci, director de Cardique, hizo un llamado urgente a la población para reconocer las características de esta especie y tomar precauciones adicionales durante la temporada de avistamientos, especialmente con los niños, quienes suelen ser las primeras víctimas de los filamentos de las Fragatas Portuguesas.

Entre las recomendaciones emitidas por las autoridades se encuentran evitar tocarlas, lavar la zona afectada con agua de mar en caso de contacto con los tentáculos, y buscar atención médica de urgencia si persiste el dolor. Y se reforzaron los mecanismos de protección de la tortuga carey, que es una depredadora natural de las fragatas portuguesas, como medida para mantener el equilibrio ecológico marino.

Con apariencia de medusa, la fragata portuguesa es en realidad un organismo colonial formado por numerosos individuos que se especializan en sus funciones y colaboran entre sí. Es una agrupación de animales acuáticos conocidos como hidroides que se dividen el trabajo: el neumatóforo (parte que flota o vela), los gastrozoides (digestión), dactilozoides (detección y captura de presas, y defensa) y los gonozoides (encargados de la reproducción).​

 

La colonia está formada por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 centímetros ​que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, un cuerpo central del que emenan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 20 metros o más,​ aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.​

Estos tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominadas cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Estas cápsulas, ante el estímulo apropiado, liberan un filamento hueco espiralado de un único uso llamado nematocisto, que puede ser de distintos tipos: simples ventosas, prolongaciones largas de los tentáculos que se enrollan alrededor de la presa, y púas o espinas que pueden inyectar una toxina proteica que paraliza a la presa.

Suele vivir en aguas cálidas en regiones tropicales y subtropicales del océano Pacífico e Índico y en la corriente del Golfo del Atlántico Norte. Los temporales de viento, el cambio climático, así como la pérdida indiscriminada de uno de sus principales depredadores, la tortuga carey, hacen que muchas de ellas lleguen a las costas.

 

Qué hacer si se entra en contacto con una 

 

Según el portal de la Clínica Universidad de los Andes, ante una picadura o incluso con el simple contacto, la persona puede experimentar un intenso dolor parecido al de una quemadura. También, se pueden presentar síntomas como dificultad para respirar, con sensación de falta de aire y hasta colapso. Además, dolor abdominal, náuseas y/o vómitos, calambres, cefalea, confusión, broncoespasmos (disnea), dolor al pecho y arritmias.

 

Ante un contacto, lo primero que debe hacer es neutralizar el efecto: interrumpir el contacto y retirar inmediatamente todo restos de filamentos.

Hay que retirar a la persona del agua y, en caso de presentar síntomas como dificultad para ventilar o falta de aire, pedir auxilio inmediatamente.

Interrumpir el contacto de la piel del afectado con cualquier parte de la fragata portuguesa. Si aún tiene la fragata en el cuerpo, retirar con guantes o con agua de mar.

Aplicar vinagre blanco sobre la zona afectada en forma tópica por unos 30 segundos. El vinagre inhibe la descarga de nematocistos.

Lavar la zona con agua de mar (no usar agua corriente). El agua dulce aumenta la reacción local de la toxina.

En el caso de sentir picazón, no rascar ni frotar la piel, pues podría producir heridas y aumentar el efecto local.

No usar ningún líquido o ungüento sobre la zona, porque puede activar la acción tóxica o alérgica, agravando los síntomas y aumentando los efectos.

La persona puede recibir analgésicos corrientes y se puede aplicar hielo sobre la zona afectada, pero no directamente sobre la piel.

Si hay mucho dolor, no se recomienda el hielo y es preferible sumergir la zona afectada en agua caliente (40° a 45°C) o una ducha caliente por 20 minutos.

En personas con alergias conocidas o anafilaxia, se recomienda la autoadministración de epinefrina si presenta síntomas de alarma.

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