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Al narco lo pasaron a buscar

Carlos Fiordellino salió de la Alcaidía Mayor de Jefatura hablando por un teléfono celular con quien instantes después llegó a la puerta del penal en un VW Polo. Investigan cómo obtuvo ese aparato.

Caminando a paso tranquilo y con un teléfono celular en la mano, se subió a un VW Polo que lo pasó a buscar por la puerta de avenida Francia, como si fuera un remís. Esa es la punta que se investiga por estas horas tras la escandalosa fuga de un narco en los primeros minutos del lunes de la Alcaidía Mayor, ubicada en los terrenos que ocupa la Jefatura de Policía. El comisario a cargo del penal deslindó responsabilidades de los dos efectivos que estaban con él esa madrugada y ratificó lo dicho luego de conocerse la evasión: que fue amenazado por Carlos Fiordellino.

El comisario Fabio Vega asumió todas las responsabilidades de la evasión y dijo que fue presionado por el narco, quien amenazó con dañar a su familia si no lo sacaba del penal. Sobre el dinero que tenía en su poder, dijo que eran parte de sus haberes mensuales, que había retirado en al menos dos visitas a cajeros, y entregó un ticket donde quedó registrada la mitad del monto encontrado en su poder.

En una declaración que incluyó llantos, el comisario declaró que accedió al pedido de Fiordellino, quien tenía un celular en su poder que utilizó para llamar a un amigo que lo pasara a buscar por la puerta del penal. El jefe policial lo acompañó y dijo que vio cómo subía a un automóvil Volskwagen Polo, que lo pasó a buscar por la puerta de avenida Francia al 5200, que no tomó registro de la patente, y que recién después de su fuga dio aviso de lo ocurrido al 911, por temor a que le pasara algo a su familia.

Los investigadores están tras la pista del celular que Fiordellino tenía en su poder, ya que ninguno de los policías dijo haber extraviado el suyo. Ante esto, investigan cómo fue que el narco tuvo acceso a un teléfono, desde donde llamó a su cómplice para que lo pasara a buscar.

Fuentes allegadas a la investigación dijeron que durante su indagatoria Vega dejó constancias de estar en tratamiento psiquiátrico con antidepresivos recetados.

En tanto, los otros dos policías involucrados en la investigación, el oficial Nelson A. y el agente Pablo L., se desvincularon del hecho. El segundo brindó un pormenorizado relato de los hechos que no se contradijeron con los dichos de su superior.

Según fuentes del caso, Pablo dijo que a las 21 del domingo cambiaron de lugar a los dos policías que lo acompañaban y los mandaron a las garitas. Una hora más tarde, según sus dichos, encerró a todos los detenidos en sus respectivas celdas acompañado de un policía de otro sector. Y justo a la medianoche se presentó el comisario Vega, a quien le notificó que uno de los presos quería hablar con él. Fue entonces que Pablo dijo que vio a Vega tomar las llaves de las tres puertas que conducen a las celdas, ingresar en ese sector, pero que luego no vio ni escuchó nada porque estaba dentro de la guardia, con la puerta cerrada.

Las tres indagatorias fueron tomadas durante la tarde del miércoles, y ayer los abogados defensores tramitaron las excarcelaciones, que podrían concretarse durante la jornada de hoy, según voceros judiciales.

La causa fue instruida por el juez Javier Beltramone y la fiscal Lucía Aráoz y ahora está en manos de la magistrada Roxana Bernandelli, a cargo del Juzgado de Instrucción 1ª, ya que era quien estaba de turno durante los primeros minutos del lunes.

Carlos Manuel Fiordellino, quien había sido detenido en marzo pasado con 55 kilogramos de marihuana en la localidad de Funes y además cuanta con otros antecedentes penales, continúa prófugo de la Justicia.

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