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Al Fatah y Hamas sellaron la unidad “por la eternidad”

Las dos principales facciones palestinas se reconciliaron tras un duro desencuentro de cuatro años.

Las facciones palestinas de Al Fatah, en el poder en Cisjordania, y Hamas, que controla Gaza, celebraron ayer en El Cairo su reencuentro y el fin de la “página negra de su división”, mientras Israel lo denunció como “un duro golpe para la paz”.

“Anunciamos que por la eternidad pasamos la página negra de la división”, declaró el presidente palestino y jefe de Al Fatah, Mahmud Abbas, durante una ceremonia que marcó la conclusión de un acuerdo de reconciliación entre los palestinos.

Abbas también advirtió a Israel, muy hostil a este acuerdo, que tenía que “elegir entre la colonización y la paz”.

El jefe del buró político del movimiento islamista Hamas, Jaled Mechaal, declaró por su parte que el “único combate” de los palestinos “es contra Israel”, y que el tiempo de los antagonismos y de las violencias que minaron el campo palestino “quedó atrás”.

El último encuentro entre los dos hermanos enemigos data de abril de 2007, unas semanas antes de que Hamas tomara el control de la franja de Gaza, lo que marcó la ruptura entre los dos movimientos rivales.

El acuerdo fue celebrado con manifestaciones de alegría de jóvenes palestinos que enarbolaron banderas en Gaza y en Cisjordania. Una estudiante afirmó que se trataba “de uno de los días más importantes para la causa palestina”.

El acuerdo, rubricado la semana pasada por el Fatah y el Hamas y firmado el martes en El Cairo por el conjunto de las facciones palestinas, prevé la constitución de un gobierno compuesto por tecnócratas, en la perspectiva de elecciones presidencial y legislativa de aquí a un año.

Desde su anuncio, el acuerdo fue airadamente denunciado por Israel, que dijo significaba un fortalecimiento de Hamas, considerado por el Estado hebreo como una organización terrorista.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, de visita en Londres, denunció un “duro golpe para la paz y una gran victoria para el terrorismo”.

En múltiples ocasiones, Netanyahu afirmó que el acuerdo Al Fatah-Hamas era una amenaza para el reinicio del conversaciones de paz con Israel, actualmente bloqueadas por la cuestión de la colonización israelí en Cisjordania.

Estima también que este acuerdo debe disuadir a la comunidad internacional de reconocer un Estado palestino sin acuerdo previo con el Estado hebreo.

Abbas respondió a esas críticas declarando: “Estamos seguros de tener éxito mientras estemos unidos (…). La reconciliación abre la vía no sólo al ordenamiento de la causa palestina sino también a una paz justa”.

De su lado, Mechaal alegó en favor del “establecimiento de un Estado palestino independiente y soberano en Cisjordania y en la franja de Gaza con Jerusalén como capital, sin renunciar ni un ápice al derecho al retorno” de los palestinos.

La ceremonia se desarrolló en presencia de representantes de una decena de facciones palestinas, además de los de Al Fatah y Hamas.

A pesar de las promesas de unidad, la sesión comenzó con casi una hora de retraso debido, según fuentes palestinas, a cuestiones de protocolo entre Abbas y Mechaal.

La ceremonia se desarrolló en presencia del secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa, y de los dos principales mediadores egipcios, el ministro de Relaciones Exteriores, Nabil Al Arabi, y el jefe de los servicios secretos, Murad Muafi.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció haber enviado su emisario para el Medio Oriente, Robert Serry.

Tres diputados árabes israelíes también participaron en la ceremonia.

Desde Estados Unidos, el ex presidente estadounidense y premio Nobel de la Paz, James Carter, llamó a Washington y a la comunidad internacional a apoyar este acuerdo, estimando que podía conducir a la paz en el Medio Oriente.

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