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Aguante Cuffaro

Caraglio a dos minutos del final le dio continuidad a Cuffaro Russo, ya no hay tiempo para un cambio.

Los “ejecutores” estaban preparados para la misión. Iban 40 minutos del segundo tiempo, y la suerte estaba echada. Empatar con San Lorenzo de local, ante incondicionales 40 mil hinchas, y jugando 11 contra 9 era demasiado. La orden llegó vía telefónica, “ahora sí echen a Cuffaro”. Y allá fueron Manuel (Usandizaga) y sus amigos (Hugo Ruggiero y Daniel Terani, tesorero y secretario) rumbo al vestuario para esperar a la víctima en el lugar indicado.

Pero en el momento menos esperado se escuchó un alarido brutal, gol de Central. De Caraglio, y es posible que las lágrimas del pibe hayan salpicado a los “ejecutores” de turno. ¿Y ahora? Alguien murmuró, “se va igual, se debe haber ofendido”. “¿Lo llamamos a Leo (Madelón, con material de estudio fresquito)?”…Y de golpe, con cara de felicidad, y Caraglio todavía llorando, fueron ingresando los jugadores con el cuerpo técnico cerrando fila. Objetivo cumplido. Ariel Cuffaro Russo tuvo su oportunidad, y la aprovechó. Los pibes que él juntó para jugar en la primera de Central no le fallaron y un día volvieron a ganar.

El final del cuento se escribirá más adelante. Ayer, Cuffaro tomó una decisión acertada y no habló con la prensa. Es mejor el silencio que decir cosas desacertadas, Abel Alves está haciendo un culto de esto, Y Cuffaro que venía bien, paró a tiempo. La fiesta siguió a la noche en los hogares de los protagonistas. Guillermo Francella fue homenajeado por el presidente de su club, Racing por fin tiene un Oscar, pero si de fútbol se trata sigue en zona de promoción y el bueno de Guillermo se fue con el premio bajo el brazo, y la canasta llenita con el gol de Pavlovich.

Entonces, con Racing dando pena, Atlético Tucumán casi condenado, Chacarita domina a voluntad pero no le hace un gol a nadie, Gimnasia que se turba en los momentos clave y no logra despegar, está claro que Central tiene vida. Además, Huracán está en franco retroceso y es otro candidatazo para seguir bajando en la tabla de los promedios, ya que es difícil imaginar a quién podrá ganarle un equipo tan malo como el de Rivoira. Lo más lógico entonces sería que Cuffaro siga al frente del equipo, aunque pierda el próximo partido en Avellaneda frente a Independiente. La oportunidad para echarlo ya pasó, ahora tienen que hacerle el aguante. No queda otra.

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