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Después de López

“After” triste y melancólico de cinco K desconcertados

Los cinco hombres terminaban con reflexiones las tres horas de debate que se habían autoimpuesto.


“Esto es lo peor que nos pasó desde la muerte de Néstor, pero esa vez salimos fortalecidos, reivindicados por la sociedad y terminamos con el 54 por ciento. Ahora no sé qué va a pasar”. Los cinco hombres terminaban con esta reflexión las tres horas de debate que se habían autoimpuesto. Fue el último miércoles, en un ya clásico “after hour” que los ex funcionarios, más otros que no dieron presente, mantienen desde febrero de este año en un local cool de San Telmo, donde hasta la semana pasada se encontraban para mensurar los efectos del ajuste macrista, reírse de los Panamá Papers y calcular cuánto tiempo falta “para volver”. Siempre los encuentros semanales terminan con risas, brindis y muchas cargadas al gobierno nacional. También se discurre sobre los “traidores peronistas que ya no tendrán lugar en nuestro movimiento” y, a veces, se evalúa (siempre con optimismo) el futuro judicial de los apuntados por corrupción.

El “pelotudo” y el cine

Es miércoles por la noche y los parroquianos (un ex ministro con mucho poder, un encuestador muy cercano al kirchnerismo, un ex secretario del Ministerio de Economía, un ex embajador y un legislador nacional que pasó por varios puestos del gabinete nacional) están abatidos. Algunos de ellos se describen hasta como “vencidos”. Se preguntan una y otra vez sobre cómo “terminamos con un pelotudo revoleando bolsos en un monasterio”. Gritaban pegando a la mesa de madera donde se acumulaban los tragos típicos del after preguntándose: “¿Cinco relojes de alta gama tenía el idiota? ¿Cuántas manos tiene? ¿Cinco?”. Se tomaban la cabeza cuando mencionaban los yuanes y las joyas y hasta sonreían con la voz de la “monjita empastillada”.

Neorrealismo

Alguno intenta describir la situación emulando la historia con una comedia “neorrealista italiana”. Hasta le daba actores a cada personaje. Así, Totó era José López, Aldo Fabrizi, Julio De Vido, Vittorio Gassman, el juez Daniel Rafecas. Y hasta Gina Lollobrigida como Cristina de Kirchner. El guión que ensayaba el ex funcionario y hoy militante terminaba con un final feliz para el ex gobierno: el juez descubría que en verdad Totó era un infiltrado del macrismo y que todas sus desventuras arrojando bolsos negros con dólares, euros, yuanes, riyales, joyas y relojes estaban en realidad planificadas por una enferma mente de las inteligencias del gobierno nacional para perjudicar al “movimiento nacional y popular”. En la tarde del jueves, Hebe de Bonafini repetiría el ensayo intelectual de culpabilidad macrista.

Redes y soledad

Más cerca de la realidad, el ex ministro analizaba el hecho de López y su circunstancia. Mencionaba que el ex secretario de Obra Pública debía sentirse “realmente solo y sin contención para hacer lo que hizo”, y protestó porque desde el kirchnerismo no se haya preparado una “red de acompañamientos legales” para estos casos. Ante la mirada curiosa de sus interlocutores, el ex ministro fue más concreto: “Si López terminó así, es porque nadie en los últimos meses se acercó a ver en qué andaba y cómo cubrir cualquier tipo de disparate. Terminó actuando como una patrulla perdida”.

Wall Street y culos

La reflexión terminó enganchando con una situación “patética”, según su visión. Se refería al hecho de haber contratado a la abogada Fernanda Herrera como su defensora. Ensayó una explicación sobre que no se refería a una situación “sexista” por las fotos hot de la letrada, sino de “imagen ante la sociedad que muestra esta mujer”. El ex ministro mencionó las fotos de los “abogados de los fondos buitre de Wall Street y el miedo y respeto que te dan con sólo mirarlos de lejos” con la “foto de una defensora mostrando el culo con un caballo atrás”.

Final infeliz con TN y el 13

El after termina mal. El ex secretario, cansado de las imágenes que transmite el único plasma del lugar, se levanta y protesta: “Saquen TN, dejen de colonizarse”. El hombre grita mientras el televisor proyecta a Jorge Lanata hablando sobre que “Cristina sabía todo”. Con mala cara, el encargado cambia el canal y sintoniza el 13. Fue peor. Allí, Marcelo Tinelli se reía a carcajadas con una parodia de José López por el actor Sebastián Almada. Minutos después, ingresaron al estudio de Ideas del Sur imitadores de Luis D’Elía (por el humorista Claudio Rico), Alicia Kirchner, Amado Boudou, Fernando Esteche y Máximo Kirchner haciéndole una especie de corte exaltada ante la mismísima Cristina de Kirchner caricaturizada por Martín Bossi. La imagen de la ex presidenta diciendo incoherencias de parte de un imitador por televisión, mientras en el fondo el personaje de López revoleaba bolsos hacia una escenografía de imitación del balcón de la Casa Rosada, fue demasiado para el ex secretario. “Váyanse todos a la mierda”, gritó el hombre, mientras era chiflado por los parroquianos cool del after de San Telmo.

No hubo clima para nada más. El resto de los participantes de la mesa acompañaron desde atrás y salieron del lugar prometiéndose no volver más.

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