Las elecciones de la AFA, que se realizarán en junio, encubren una pelea de fondo que es modificar o no el estatuto para que los clubes se puedan convertir en sociedades anónimas. Éste es un viejo proyecto de Mauricio Macri, quien cuando era presidente de Boca lo quiso imponer pero perdió por goleada en una asamblea donde se trató el tema.
Los dos delfines de Macri en ese proyecto son Daniel Angelici y el mandamás de Belgrano, Armando Pérez, y consiguieron un socio inesperado en Matías Lammens, que cada vez está más pegado a Angelici, lo que lo hizo distanciarse de Marcelo Tinelli, con quien dicen tuvo una fuerte discusión y casi llegan a las manos.
Para imponer el modelo tendrían que tener los dos tercios de una asamblea extraordinaria, que tendría que hacerse después que se elija el próximo presidente de AFA, el 30 de junio. Es casi un hecho que el actual presidente, Luis Segura, no sería candidato y se conformaría con su sillón en la Fifa, pero eso no indica que “el candidato de la unidad” sea Marcelo Tinelli. Muy por el contrario, el conductor televisivo está a favor de las “asociaciones civiles sin fines de lucro” y cree que gracias a eso ningún club se fundió como lo hicieron muchas empresas privadas de un siglo a esta parte.
Asociación civil vs empresa
Por eso, el candidato del macrismo es Armando Pérez, que fue el único gerenciador privado exitoso en un club de fútbol, tanto que cuando el club cordobés levantó la quiebra lo eligieron presidente. Los otros casos fracasaron y algunos terminaron en acciones penales contra sus responsables, como en el caso de Blanquiceleste con Fernando de Tomaso y el de Gustavo Mascardi en Ferro. Pero si Pérez no tiene plafón, el plan B a jugar es el propio Lammens, con lo que agudizaría el conflicto con Tinelli y se daría el caso de que los dos candidatos representen a San Lorenzo.
Tercia el massismo
Quien quiere presentarse como “candidato de unidad” es el presidente de Lanús, el massista Nicolás Russo, quien hasta pidió adelantar las elecciones porque “así como están las cosas, a junio no llegamos”, hablando de la economía de la casa del fútbol y de su estrategia de “defender a los clubes chicos y a los del ascenso”, para los que propuso “hacer una vaquita” de 200.000 pesos por club para ayudarlos después de la despareja repartija del dinero de Fútbol para Todos.
Russo no estaría a favor de las sociedades anónimas, pero podría aceptar una asamblea para tratar el tema.
Grondonismo vergonzoso
Por ahora, Angelici y Lammens se desprendieron de los últimos vestigios del grondonismo en AFA despidiendo al director de Finanzas, Rubén Raposo (ex vicepresidente de Lanús), al asesor legal Mario Schmoismann (llegado a AFA de la mano de Fernando Miele, cuando era presidente de San Lorenzo), al asesor administrativo Héctor Domínguez (ex presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata) y a la doctora Liliana Ripoll (ex síndico de la quiebra de Racing), que era la mano derecha de la mujer de Grondona en la Comisión de Damas.
Cúneo siempre está
Angelici y Lammens quieren una AFA “modernizada”, aunque no pueden hacer muchas contrataciones por falta de fondos, pero sí pudieron incorporar al Tribunal de Disciplina ad honorem a dos “abogados pesados”: Mariano Cúneo Libarona (que llega pedido por Víctor Blanco, con el que compitió por la presidencia de Racing) y Diego Pirota (a pedido del propio Angelici). El primero defendió barras bravas de todos los clubes (Racing, River y Boca) y el segundo fue letrado de Amado Boudou en el caso Ciccone y tiene fuertes contactos con la ex Side y con el gobierno de Macri.
Lo cierto es que la AFA está pasando la crisis económica más importante de su historia y según contó el propio Angelici, “hoy tiene más deudas que antes”.
Pelotazos a Marcelo
Además, el mandamás xeneize, en diálogo con radio La Red, aprovechó para pegarle a Tinelli (con el que dijo tener buena relación) por haber ventilado en su programa sus diferencias con otros dirigentes de la AFA antes de la fallida elección de noviembre.
Todavía no hay clima electoral y todo se cocina en silencio, pero prometen ser meses muy movidos en la casa mayor del fútbol.
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