El Hincha

Opinión

AFA: cuando pase el temblor

La que pasó fue una semana movida para la Asociación del Fútbol Argentino, cuya dirigencia deberá bajar un cambio para evitar a los que quieran privatizar al fútbol argentino


Por: Alejandro Duchini ( @aleduchini ) / Especial para El Ciudadano

Tesorero de la FIFA y presidente de la AFA durante 35 años, Julio Grondona hizo de su “todo pasa” un sólido estilo de gestión. Fallecido hace diez años, los dirigentes que le sucedieron quedaron bajo su sombra. Aún con otros modos, ninguno escapa a la comparación. Claudio Tapia tal vez se le parezca algo más que el resto: fue campeón del mundo con la selección y su equipo preferido, Barracas Central, ascendió meteoricamente. Igual que Arsenal, de Sarandí, fundado por los Grondona.

Pero a Tapia no le importan los métodos. Lejos del perfil bajo grondoniano, Chiqui se incluyó en las banderas celebratorias de Qatar junto a las imágenes de Messi y Scaloni. Se coló en todas las fotos posibles, aprovechó el efecto Messi. Y no dudó en fomentar el ascenso de su Barracas con escandalosos arbitrajes. Le gustan las luces y las vidrieras y tal vez por eso haya minimizado los insultos de los hinchas en partidos de la Selección y encuentros por el torneo local. Ferro, Quilmes, San Lorenzo, Sarmiento de Junín y Gimnasia y Esgrima La Plata son algunos de los que padecieron sus sospechosos arbitrajes. La televisión llegó a cortar transmisiones en vivo justo cuando había una jugada determinante para Barracas. Los partidos de Barracas se llegaron a jugar a horarios fuera de lo común. A veces hasta sin VAR. Todo ante el silencio de los ¿inocentes? Claro que hubo otros beneficiados: a veces Racing, otras River y muchas Deportivo Riestra, recientemente ascendido a la Primera desde lo más profundo del fútbol. ¿La pelota no se mancha?

El plan Barracas venía bien hasta que estalló Carlos Tevez cuando el árbitro Pablo Dóvalo inclinó la cancha en contra de Independiente. O a favor de Barracas. 2 a 2. Partido caliente adentro y afuera. Tevez decía que sabía que iban a perjudicar al Rojo. Ante la duda, se ignoró al VAR. Luego se difundieron los números de Dóvalo arbitrando al equipo de Tapia. El favoritismo es innegable. Meterse en el barro tiene sus riesgos. La imágen de Dóvalo quedó por el suelo. Ni siquiera le sirvió el envío de Carta Documento a Tevez por injurias y calumnias. La respuesta del DT de Independiente -fiel a estos modos, por redes sociales- lo dejó peor parado: con foto de la carta escribió: “Hay Pablito, Pablito… No hagamos perder el tiempo a los abogados y decime donde te mando el sobre”.

Nadie sospechaba que ese Barracas-Independiente desencadenaría una pelea política que incluyó el plan del gobierno nacional en favor de las sociedades anónimas en el fútbol. El presidente Milei participó de la polémica y Tapia convocó a poner paños con un almuerzo dirigencial en el predio de AFA en Ezeiza.

La macana inicial la ejecutó a poco del partido el tesorero y mano derecha en AFA de Chiqui Tapia, Pablo Toviggino, quien le recriminó a Tévez -siempre por Twitter- por cuestionar el arbitraje de Dóvalo. No lo hizo caballerosamente sino al modo mafioso. Si lo suyo era el perfil bajo, la respuesta del Apache fue letal. La guerra estaba declarada. Google se convirtió en el archivo para saber quién es Toviggino. Así varios se enteraron de que, según esta nota de Infobae, es, además de mano derecha de Tapia, un poderoso brazo ejecutor y armador judicial de la AFA y conocido de Daniel Angelici y de Gerardo Zamora. Política y deporte, siempre van de la mano.

Hay que privatizar el fútbol para limpiarlo, se pidió en redes sociales, como si ésa fuese la solución a los negociados. Desde la AFA se pegaron un tiro en el pie. A veces el abuso de exposición es un arma en contra. El sábado, en el clásico entre Independiente y River, Tapia fue insultado sistemáticamente, tal como había ocurrido en partidos de la Selección con la presencia de Messi. También hubo insultos en Avellaneda para la dirigencia del Rojo, encabezada por el referente del PRO Néstor Grindetti y un nutrido grupo que fue parte de la debacle histórica del club.

Caído el regreso de Macri a Boca tras las elecciones de fin de año, Independiente es una suerte de laboratorio para fomentar las sociedades anónimas, más allá de que Grindetti lo haya negado. Sus socios deberán estar atentos. Los clubes son de los socios.

Tal vez Tapia y sus allegados aprendan la lección antes de que también se privatice el fútbol argentino.

Habrá que defender más que nunca al fútbol de los socios como único camino

 

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