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Acuerdo sin acuerdo por Elisa

Para Binner aún no se sabe si el portazo es definitivo o no. Giustiniani acusó “personalismos” e insistió con llamar a Pino. Cobos habló de “trabajar con afines” y se vio con Saá. Alfonsín dijo que el “baile” ya fue.

Un día después de que la diputada Elisa Carrió avisara por carta que dejaba “en suspenso” su pertenencia al Acuerdo Cívico y Social (ACyS), los restantes socios del novel conglomerado político no consiguieron ayer coincidir sobre cómo afectará el portazo de la chaqueña o si debía interpretarse como transitorio o definitivo. Y aunque todos declamaron que el espacio opositor no peronista sigue en pie para las elecciones de 2011, la dispersión volvió a surgir en los nombres que algunos de ellos barajaron como aliados o interlocutores.

El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, se pronunció a favor de “esperar algunos días o meses” antes de que el ACyS termine de definir su relación con Carrió, y pese a que en los últimos tiempos había protagonizado fuertes cruces con la jefa de la Coalición Cívica, evaluó que habría que armarse de paciencia para saber si el alejamiento era definitivo, porque la misiva de la diputada a cuatro dirigentes radicales –evaluó– “no da la sensación de que sea tan clara”. Es más, expresó su deseo de que Lilita –quien precisamente lo había descalificado a él por “ambiguo”– retorne. Como invirtiendo los papeles, quien se mostró menos condescendiente fue el senador Rubén Giustiniani, presidente del Partido Socialista y segundo en la boleta que encabezó Carrió para los comicios de 2003. Para el santafesino el portazo responde a “una disputa de liderazgo sin sentido”.

Tanto Binner como Giustiniani, con matices, coincidieron sí en que primero hay que avanzar en programas comunes y luego discutir las candidaturas. El titular del PS, con todo, alimentó otra fuente de ruido al reflotar su intención de incorporar el Proyecto Sur que comanda Pino Solanas al ACyS, una postura que incomoda a integrantes del Frente Progresista con el que Binner llegó a la gobernación de Santa Fe.

Desde el radicalismo tampoco hubo una sola voz. El diputado Ricardo Alfonsín –uno de los lanzados precandidatos– recalcó su “mucha pena y preocupación” por los cuestionamientos de Carrió a la UCR, a los que calificó como “injustos” y “equivocados”. Y aunque al hijo del ex presidente Lilita lo considera el “único puente” que la comunica con el ACyS, éste dio por cerrada la relación política con el espacio al ironizar que “como en el tango, cuando dos no quieren, uno no puede”.

El titular de la UCR, Ernesto Sanz, prefirió en cambio ningunear el desplante por “menor” y llamar a “mirar para adelante” de cara a las presidenciales de 2011. “Cada uno tiene derecho a construir con quien se sienta más cómodo. Lo que no se puede es estar detenido en cuestiones accesorias, menores”, sostuvo el senador mendocino.

Su coterráneo y vicepresidente, Julio Cobos, de áspera relación con Lilita, desechó la invitación a sumar opiniones sobre su actitud y en cambio recomendó “replantear cuestiones” dentro del ACyS y “trabajar con los espacios políticos afines”. Contradictoriamente o no, lo dijo tras reunirse en San Luis con el gobernador del distrito, el peronista disidente Alfredo Rodríguez Saá, tras un encuentro con ruralistas.

También habló, sin agotar la lista, la diputada y fundadora del GEN Margarita Stolbizer, otra “enemiga íntima” de Lilita dentro del Acuerdo y que, como Giustiniani, fogonea el perfil de “centro-izquierda” para ese espacio. “Estamos trabajando para que la opción (al gobierno) no se dispare por derecha”, dijo antes de reclamar –en alusión a Carrió– “dejar los personalismos” de lado.

Mientras, quien removió las aguas de la endeble sociedad a la que aún no se sabe si volverá, viajó a Córdoba para acompañar a la ex diputada nacional Laura Sesma que, alejada del socialismo, lanzará un nuevo partido provincial. El martes, Carrió regresará a Buenos Aires con dos objetivos, según sus allegados: acomodar la estrategia legislativa del ACyS –aclaró que en el Parlamento seguiría con sus socios– y fortalecer la Coalición Cívica para las presidenciales de 2011. Y en paralelo, contra las advertencias de Stolbizer, seguirá tendiendo puentes con referentes del Peronismo Federal, particularmente con el bonaerense Felipe Solá y con el santafesino Carlos Reutemann, a quien le cabría en rigor también el reproche de “ambiguo” en lo que refiere a su decisión de postularse o no para 2011. Y con este último posible aliado, a su vez, Lilita complica a sus seguidores en Santa Fe, como Carlos Comi y Pablo Javkin, que orgánicamente al menos integran el gobernante Frente Progresista.

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