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Crimen del Pájaro Cantero ya tuvo una fatal secuela

Diego Demarre fue atacado a tiros ayer al mediodía por dos personas cuando regresaba a su casa en bulevar Seguí al 900.


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Mientras familiares y allegados velaban los restos de Claudio Ariel Cantero en una casa de barrio La Granada, dos hombres en un auto blanco persiguieron y acribillaron ayer al mediodía al propietario del boliche Infinity Night, en bulevar Seguí al 900, cuando volvía de hacer una presentación ante el magistrado de Instrucción 11ª por el asesinato del líder de la banda Los Monos. Se trata de la primera de las muertes que, tras el homicidio del Pájaro, auguraban algunos allegados a la causa. Sin embargo, los investigadores de este último homicidio tomaron recaudos para dar por sentada la vinculación entre ambos crímenes, aunque no descartaban esta hipótesis. Al cierre de esta edición, los pesquisas analizaban las imágenes que tomaron las dos cámaras de seguridad que posee un local de ropa ubicado en el lugar donde fue asesinado el dueño del local nocturno.

Según las fuentes policiales, el hecho ocurrió ayer alrededor de las 12.20 cuando Diego Oscar Alberto Demarre, de 32 años y conocido como Tarta, transitaba junto a su esposa Betiana Q., de 33 años, a bordo de una Peugeot Partner color gris por bulevar Seguí hacia el este y, al llegar a la altura del 900, dobló en “U” para estacionar en el frente de su vivienda, que queda sobre la mano par.

En ese momento, al menos dos hombres a bordo de un automóvil color blanco le cerraron el paso y –sin bajarse– abrieron fuego contra la pareja, reconstruyeron los uniformados.

Producto de la balacera, Demarre quedó herido con cinco impactos de bala en tórax, brazos y muslos, y fue trasladado por su pareja en el mismo utilitario hasta el Heca, adonde falleció alrededor de las 13 como consecuencia de las lesiones que presentaba.

“El médico forense constató en un examen preliminar que el cuerpo de Demarre tenía orificios de bala en pectoral y costado izquierdo, axila derecha, brazo derecho e izquierdo y en las caras externas del muslo derecho y el izquierdo”, explicó un vocero.

“La esposa del fallecido, quien no sufrió heridas, dijo a los uniformados que como todo pasó muy rápido no pudo ver el rostro de los atacantes. A su vez, los pesquisas analizaban las imágenes que tomaron las dos cámaras de seguridad del local de ropa cercano a la casa del fallecido, en bulevar Seguí al 900, para intentar identificar a los agresores”, detalló una alta fuente policial para agregar que el auto de la víctima contaba con varios impactos de bala y que algunos de ellos hicieron estallar los vidrios de las ventanillas del conductor y del acompañante.

En ese sentido, los vecinos de las víctimas contaron a El Ciudadano que los asesinos circulaban a bordo de un Volkswagen Bora color blanco, desde el cual partieron los disparos.

Además, algunas personas reunidas ayer minutos después de las 13 en la cuadra donde ocurrieron los hechos, aseguraron que hace un año, la vivienda de dos pisos donde desde hace cuatro años vivía la víctima había sido baleada.

Respecto a la vinculación del crimen de Demarre como respuesta a la ejecución de Cantero, los uniformados sólo dijeron que lo que une a los dos hechos es que Demarre era el propietario del boliche adonde lo emboscaron al Pájaro.

“Este hombre volvía de hacer una presentación espontánea ante el magistrado que investiga el homicidio de Cantero porque era el dueño del local nocturno, que a su vez lo tenía alquilado a un tercero para su explotación”, explicaron las fuentes relacionadas a la causa para aclarar que no se brindarán detalles debido a que el juez Gustavo Pérez de Urrechu, a cargo de la investigación de este crimen, impuso el secreto de sumario.

El dueño del boliche ubicado en Colectora 1645 a la altura de Circunvalación y San Martín, de la localidad de Villa Gobernador Gálvez, contaba con varias causas penales, entre las que se destacan encubrimiento de robo, robo calificado y tentativa de robo.

Investigación silenciosa

Claudio Ariel Cantero, asesinado el domingo en la puerta del boliche Infinity Nighy –propiedad de Diego Demarre– fue enterrado ayer a las 16 en el cementerio de Villa Gobernador Gálvez. Sus restos habían sido velados durante la noche anterior en la casa de su familia, en barrio La Granada.

Ayer, la investigación de la muerte del Pájaro –apodo por el cual era conocido Cantero– seguía tres líneas diferentes. Esto fue lo que aseguraron los pesquisas, aunque se negaron a decir a quién apuntaba cada una de las hipótesis.

Hasta ahora, la información que los investigadores decidieron hacer pública es escasa. Ayer, por el Juzgado de Instrucción de la 11ª Nominación, que investiga el caso, desfilaron cinco testigos: un cuidacoches que estaba en la zona del homicidio de Cantero, un barman y un mozo del boliche, el dueño de un auto que estaba estacionado en la zona y terminó baleado, y el propio Demarre, que se presentó de forma espontánea a declarar. De hecho, éste último fue asesinado cuando volvía de Tribunales.

Respecto del arma homicida, los pesquisas remarcaron que no se trató de una ametralladora, sino que las pericias revelaron que fueron utilizadas dos armas cortas calibre 9 milímetros.

Además, una alta fuente policial deslizó que, al cierre de esta edición, buscaban una Ford Eco Sport que habría sido utilizada en el crimen del Pájaro.

En Rosario falta “El Muchachito” ( Por Carlos Duclos)

En los recordados cines de barrio, esos que han desaparecido por obra y gracia de los complejos y el “desarrollo”, los western eran las clásicas películas que los chicos no se querían perder en las matiné de los domingos. Las historias del Far West, de los forajidos y “El Muchachito”, ese héroe que al fin llegaba poniendo las cosas en su lugar desenfundando más rápido que el delincuente, eran tan importante para los chicos de aquella generación como el familiar de mortadela y queso que se comían mientras los disparos iban y venían a discreción en la película, y silbaban en toda la sala.

¿Quién no recuerda “El tren de la 3.10”, con Glen Ford? Bueno, el asunto es que si seguimos así Rosario se convertirá en un fenomenal western en vivo y en directo, lleno de bandidos, pero eso sí… sin “Muchachito”, como les llamaban los pibes de entonces al héroe de la historia.

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