Nahuel Santamaría, el joven de 20 años que llegó a juicio oral y público acusado de robar junto a otras personas a un automovilista y causarle la muerte, fue absuelto ayer. El tribunal compuesto por los jueces María Isabel Más Varela, Georgina Depetris y Rubén Bissio libró de culpa y cargo al acusado de la autoría o participación en el delito por el beneficio de la duda, y dispuso la remisión de copias a las Fiscalías que estaban de turno al momento del hecho para evaluar una posible investigación de delitos que no fueron achacados al acusado. El 26 de junio, el tribunal dará a conocer los fundamentos de la sentencia.
La jornada estaba anunciada para las 9.30. Poco antes de esa hora, cuatro familiares del acusado ingresaron a la sala de audiencias y comenzaron a esperar ansiosos el veredicto del tribunal que presidió el juicio oral contra Nahuel Santamaría. Del grupo sobresalía un joven muy nervioso quien, con una Biblia en la mano, atravesó una especie de berrinche infantil cuando el personal policial que custodiaba la sala le pidió que se sentara en el lugar asignado a los familiares del imputado, y no entre el público en general. El muchacho se negó en forma caprichosa y sus allegados decidieron cambiarse de asiento para acompañarlo.
Luego ingresó a la sala el acusado y la presidenta del tribunal, María Isabel Mas Varela, quien junto a sus pares tomó su lugar en el estrado y comenzó la lectura de la parte dispositiva del fallo.
La sentencia fue dictada en forma unánime y el tribunal resolvió la absolución de Santamaría por el beneficio de la duda. A su vez, los magistrados dispusieron la remisión de copias a las Fiscalías para evaluar la posible investigación de delitos de acción pública que no han sido objetos de acusación contra Santamaría.
La palabra absolución desató una reacción contenida del joven que se encontraba entre el público quien, Biblia en mano, rompió en llanto. De esto se hicieron eco el resto de los familiares de Santamaría, e incluso el propio imputado, quien agradeció con un abrazo la labor de su abogado.
“¡Para que vean que sos inocente! ¡Se hizo Justicia! ¡Te amo mucho!”, dijo entre lágrimas a Santamaría su familiar, que entre lágrimas se le acercó antes de que el muchacho absuelto fuera retirado de la sala. Luego, toda la familia del acusado se fundió en un abrazo en los pasillos del primer piso de los Tribunales provinciales. Ahora, los jueces deberán exponer los fundamentos de la sentencia anunciada ayer, lo cual harán el próximo 26 de junio en la misma sala.
Santamaría estaba siendo juzgado por el homicidio de Claudio Frutos, ocurrido la madrugada del 31 de enero de 2010, cuando la víctima circulaba en un auto junto a su familia por Uriburu y Acceso Sur y fue sorprendido por un grupo de ladrones que le arrojaron un adoquín que impactó en el parabrisas del vehículo. La piedra lesionó en la cabeza al conductor, quien falleció tras 10 días de agonía.
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