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Abren nuevo mercado para cultivadores de marihuana

El negocio ofrece insumos para los que fabrican aceite de cannabis y surgió después de la aprobación de la ley que habilita el uso terapéutico.

 

Con 52 años José Luis Cortez se cansó de buscar un nutriente especial para sus plantas de marihuana. Visitó el único grow shop de la ciudad –donde venden todo lo necesario para el cultivador– y otros en Buenos Aires. Aprendió que la demanda de los productos había crecido en los últimos dos años. Hace dos décadas que Cortez cultiva y desde hace años vende los insumos para cultivadores por internet. Convencido de que una ciudad como Rosario necesita más puntos de ventas habilitados, habló con un amigo que quería invertir en un nuevo negocio. Alquiló un local en una esquina céntrica y tramitó una habilitación municipal. La que más les cuadró fue la de vivero.

Hoy Cortez abre la persiana de Kultivators Grow, el segundo grow shop de la ciudad, tiene un empleado y está esperanzado en llegar a fin de mes ayudando a cultivadores de cannabis del sur santafesino a hacer crecer las plantas cuya flor es de venta ilegal. “Rosario es una gran ciudad. Quise traer el nivel que tienen los negocios de Europa. El mercado va creciendo. Vamos al tono con la ley de cannabis medicinal y apostamos al futuro”, explicó Cortez a <El Ciudadano<.

 

Para el cultivo

Kultivators Grow está en la esquina de San Martín y 9 de julio. Ambientado con luces verdes y estanterías cargadas de productos que miran a las vidrieras, el negocio de Cortez ofrece todo tipo de insumo para el cultivo de cannabis, desde carpas para interiores, luces led, ventiladores, macetas biodegradables, bolsas de tierra orgánica, hasta germinadores. También hay humidificadores con sistema de riego automático, semillas para otras plantas, frascos con cierres herméticos, alcohol para hacer aceite de cannabis, nutrientes nacionales e importados, relojes digitales, entre otros accesorios.

El kit básico para un cultivador primerizo de indoor (cuando la planta no va a la tierra de un patio, por ejemplo) está cerca de los seis mil pesos. Depende de la calidad de los materiales. En Kultivators Grow no venden ni semillas, ni plantas de marihuana.

“Vamos a la par de la ley de cannabis medicinal. Cuando aprobaron el uso pensamos que las personas podían aprender a fabricarlo. Es fácil, sale más barato que comprarlo (hoy solo es posible importarlo) y te asegurás que no esté contaminado. Esperamos que el Estado siga avanzando en la reglamentación”, contó el emprendedor.

 

Los inicios

Cortez empezó a cultivar a los 21 años en el patio de su casa de Villa Constitución. Lo hacía a escondidas de su madre y le decía que estaba plantando pinos irlandeses. La mentira duró poco y la madre usó las plantas en su contra. Cada vez que él volvía tarde, ella le cortaba las plantas. En ese entonces, Cortéz visitaba a otros cultivadores para conseguir los insumos que hoy vende. Después empezó a comprar y vender por internet, donde conoció a parte de su clientela actual. Antes de abrir el grow shop, Cortez trabajaba en la construcción. Por casi tres décadas viajó por el país soldando cañerías de alta presión, un oficio que aprendió de su padre. Hace cuatro años renunció porque el salario era bajo y el trabajo muy exigente. Mientras tanto, siguió en contacto con otros cultivadores en las redes sociales. Uno de ellos es Jonatan que hoy es su empleado y asesora a los clientes. Tiene 30 años y cultiva desde los 14. Hace tiempo colabora con la organización Mamá Cultiva que agrupa a madres de chicos con epilepsia refractaria, cáncer y otras enfermedades combatidas con aceite de cannabis. Jonatan les enseñó a hacerlo. “Está comprobado que ayuda a mejorar ciertas patologías. Me alegra ver que las personas fabrican su propio aceite y mejoran”, contó.

Cortez contó que cuando abrieron el grow shop muchas personas entraron a pedir información sobre cómo hacer el aceite. “Un vecino de la cuadra nos preguntó sobre los nutrientes. Nos dijo que era un médico jubilado que quería investigarlo. Otros nos preguntan cómo hacerlo porque tienen hijos con epilepsia o autismo, o también para mayores con artrosis”, dijo. “Apuntamos al futuro. Esperamos que avance la ley y que el autocultivo sea legal como en Uruguay”, agregó.

 

En alza

Córtez abrió el negocio al año siguiente de que la provincia y la Nación autorizara el uso de cannabis medicinal que llega de afuera. Santa Fe pidió fabricarlo y abastecer a los casi 40 afiliados de Iapos que desde 2016 lo usan para luchar contra la epilepsia refractaria. A nivel nacional la idea de producir está lejos. En el medio quedaron los familiares de pacientes que cosechan y fabrican aceites caseros. Más de 200 eligieron testearlos en la UNR para saber qué concentración tenían los aceites y así mejorar los tratamientos.

El problema para los cultivadores sigue siendo el mismo: plantar y tener marihuana encima está penado por la ley de Drogas. La Justicia, a pesar de que el fallo Arriola despenalizó la tenencia para consumo (poca cantidad que no indica venta), sigue persiguiendo a los consumidores y cultivadores. Como ejemplo, a principios de abril, la Procuraduría de la Narcocriminalidad (Procunar) informó que entre 2011 y 2016 la Justicia federal de Rosario inició 200 causas por tenencia para consumo por año. El delito está penado con entre uno a seis años de prisión.

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