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Justicia

A prisión por tentativa de robo

Tiene 33 años y fue condenado, como reincidente por segunda vez, en juicio abreviado a tres años y seis meses de prisión por intentar asaltar un taller de GNC en Estudiante Aguilar y Camilo Aldao el de 28 de mayo pasado, con un cómplice de 19 años.


Un conocido hampón de 33 años fue condenado a tres años y seis meses de prisión en un juicio abreviado por tentativa de robo calificado y portación ilegal de arma de fuego por un hecho ocurrido en mayo pasado en un taller de GNC  de la zona sudoeste.

El juicio abreviado fue presidido por el magistrado José Luis Suárez y acordado entre la representante del Ministerio Público de la Acusación, la fiscal Cecilia Brindisi, y la defensora pública Nora Gaspire. En esta instancia, el imputado Walter Darío Arriola, de 33 años, fue condenado a tres años y seis meses por el delito de tentativa de robo calificado y portación ilegal de arma de fuego en un taller de GNC cuyas víctimas fueron el dueño Eduardo D., de 51 años, y su empleado. En el acuerdo también se lo declaró reincidente por segunda vez. A pesar de que en una primera instancia las fuentes indicaron que Arriola quiso rescatar a un joven de 19 años cuando lo detenían por el asalto, la investigación determinó que fue protagonista junto con el muchacho del robo frustrado.

El hecho ocurrió cerca de la pasado, medianoche del 28 de mayo, cuando personal de Comando radioeléctrico llegó al lugar y se encontró con el dueño del taller de GNC, ubicado en Estudiante Aguilar y Camilo Aldao, quien tenía retenido a un joven de 19 años, a quien redujo luego de que le robara a él y a uno de sus empleados.

Los uniformados llegaron al lugar y el propietario Eduardo D., de 51 años, contó que momentos antes un muchacho se presentó en el interior de su taller, los amenazó con un arma de fuego y les sacó el dinero que tenía él y la billetera de un empleado. El propietario agregó que cuando el inexperto asaltante se disponía a escapar del lugar pudo reducirlo y así recuperar el magro botín. Tras escuchar su testimonio, los policías esposaron al frustrado ladrón, identificado como Ignacio H., de 19 años, y cuando se disponían a trasladarlo a la seccional 14ª, con jurisdicción en la zona, apareció Walter Arriola para impedir que se lo llevaran. Arriola, quien luego se comprobó que participó del asalto, también quedó alojado en la 14ª y a la dupla se les secuestró un pistolón.

En ese momento, la Justicia dispuso que Arriola transitara la instancia procesal por este hecho con prisión domiciliaria. El beneficio le duró menos de dos meses, porque el sábado 12 de julio pasado, a las 8, fue detenido por un empleado de la Policía de Intervención Barrial (PIB) que lo vio pasar por Pascual Rosas y La Paz a bordo de una moto Yamaha IBR con un acompañante que llevaba un arma de fuego. Según la declaración del uniformado, de quien se preservaron sus datos, al advertir que los motociclistas estaban armados, se bajó, dio la voz de alto, pero los sospechosos intentaron embestirlo y terminaron incrustados en el Renault Clio del policía. Tras la embestida, Arriola sufrió fractura de esternón, luxación de hombro y escoriaciones, lo que hizo un hecho su detención. En tanto, el acompañante, identificado como Héctor B., de 28, tiró el revólver calibre 38 y corrió pero personal de Comando radioeléctrico lo detuvo a seis cuadras, en Río de Janeiro y Cerrito.

Las caídas

Antes de que lo sorprendieran en mayo en el taller de GNC y de que terminara con facturas y escoriaciones por embestir el auto del policía el 12 de julio, Arriola ya había sido arrestado el 17 de marzo cuando iba la misma IBR por Gutenberg y calle 1, también en zona sudoeste. Ese día, llevaba a una joven de 26 años y dos niños de ocho y un año cuando personal de Comando Radioeléctrico le cortó la marcha en un control vehicular de rutina. En la requisa, los policías encontraron un revólver calibre 32 dentro de la cartera de la mujer, identificada como Paula M., de 26 años. Ambos fueron arrestados.

Por esa época, hacía más de una década que Walter Arriola había recuperado la libertad tras estar cuatro años en Coronda acusado de un homicidio. Las pruebas no fueron suficientes y salió por falta de mérito. En abril de 2014, durante su estadía en la cárcel Modelo, una enfermera que tenía a un hijo detenido en la Unidad Penal 1 denunció a Arriola por extorsionarla. Según la mujer, el imputado, que entonces tenía 23 años, le pedía pastillas a cambio de que a su hijo no le pasara nada en la cárcel, una práctica común en los pabellones de ingreso de los penales que sigue vigente.

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