Más de 300 jóvenes santafesinos –en su mayoría de Rosario– lograron insertarse el año pasado en el mercado laboral local a través de los programas de entrenamiento, certificación o terminalidad educativa, entre otros, que propone el Ministerio de Trabajo de la Nación. Pero el sistema, además, ofrece beneficios a las empresas involucradas y así unas 50 firmas del sur de la provincia –15 de ellas de la ciudad– recibieron 5 millones de pesos en crédito fiscal por participar de los planes de capacitación. En cuanto a los trabajadores, las ventajas fueron desde la contratación definitiva con competencia a un aumento de sueldo debido a la calificación técnica.
Muchas empresas favorecidas por el crédito fiscal están ubicadas en los cordones industriales de siete departamentos del sur santafesino. A cambio de la inversión del 8 por ciento de su masa salarial en el armado de cursos y sueldos de técnicos o docentes, las firmas reciben “certificados de crédito fiscal” cuya aplicación, percepción y fiscalización se encuentre a cargo de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip)”.
Trabajo y compromiso social
“La capacitación permanente de los trabajadores es una de las herramientas más valiosas para cumplir el objetivo de defender el trabajo y de crear más puestos laborales”, señaló el titular de la Gerencia de Empleo nacional, sede Rosario, Cristian Recchio. En este sentido, remarcó que “cada vez son más las empresas santafesinas que asumen el desafío de la capacitación laboral y acceden a estos programas”.
Para participar del programa de entrenamiento laboral, las empresas deben presentar un proyecto en la cartera de Trabajo de la Nación mediante el cual se comprometen a brindar capacitación, ya sea a sus propios empleados como a aspirantes que se encuentren actualmente desocupados.
Una de las empresas que participó del programa de entrenamiento es la metalúrgica Crespo SRL, ubicada en el parque industrial Alvear y con oficinas administrativas en Rosario. Su titular, Daniel Crespo, destacó a El Ciudadano la importancia de capacitar al personal, sumado al incentivo fiscal que reciben por ello.
“Nosotros llevamos adelante dos tipos de capacitaciones, una es un taller a través del que se capacita a los empleados en el manejo de distintos tipos de maquinarias, en especial del pantógrafo para corte y plegado, que es lo que más necesitamos”, reseñó, y reiteró acerca de la ventaja de contar con más de un operario especializado ya que “en caso de enfermedad o licencia, otro puede ocupar el lugar del que falta”.
Otra de las capacitaciones que lleva a cabo Crespo SRL trata sobre seguridad e higiene, ya que muchos trabajos como cortes de chapas o armado de estructuras metálicas se realizan en altura, por lo que les brindan a sus empleados herramientas y manejos de sistemas de protección. “Tener un operario calificado le brinda al empleado la posibilidad de adquirir más eficiencia y una suba en el sueldo, justamente, por estar capacitado técnicamente”, concluyó el empresario.
Aspirantes y contratados
El sistema de entrenamiento laboral forma parte del plan Proemplear que, entre otras cosas, dispone que la cartera de Trabajo de la Nación contribuya con 2 mil pesos por mes por cada joven contratado para que el empleador complete el sueldo que establezca el convenio colectivo de trabajo correspondiente.
Algunas de las empresas que contratan en base a las listas de aspirantes registrados en la Gerencia de Empleo sede Rosario son el bar Rock &, Feller, Congelados del Sur, Ombú Las Parejas, Inalpa y supermercados Beltrame en Firmat y zonas aledañas.
Cómo opera el programa de adiestramiento
Susana Serrano, de Matriz Consultores, una firma que opera en todo el país y se dedica a la gestión de proyectos de inversión para empresas, explicó que la línea de crédito fiscal que propone el Ministerio de Trabajo de la Nación reconoce que las empresas tomen el 8 por ciento de su masa salarial para destinarla a capacitación.
Respecto del entrenamiento laboral, las firmas pueden adiestrar a personas desocupadas y también a las que ya están contratadas. “A quienes no tienen trabajo, que por lo general son jóvenes sin experiencia, se los capacita y el Estado paga parte de su sueldo. Estos chicos se ven beneficiado porque tienen algún entrenamiento que pueden poner en su curriculum vitae”, acotó.
Otro de los aspectos que contempla el programa de crédito fiscal es la “terminalidad educativa”. Tal como señaló Serrano, este punto afecta a los empleados que están cursando carreras terciarias o universitarias. Así, una vez recibidos, el programa les reconoce hasta 1.000 pesos por mes y, mediante la presentación de las facturas, el dinero se les reintegra en crédito fiscal
La “certificación de competencias” también está incluida dentro del programa y está dirigida a los recursos humanos que están calificados técnicamente en base a la experiencia de trabajo. “Estos certificados les cuestan dinero a las empresas y mediante el crédito fiscal se les reconoce”, agregó la especialista.
Una modalidad que se integró el año pasado está relacionada con higiene y seguridad. “Las superintendencias junto con las ART supervisan los lugares en donde los empleados realizan sus tareas y suelen decirles a las empresas que deben modificar ciertas cosas para evitar riesgos. El Crédito fiscal también reconoce estos gastos por modificaciones y colabora con el gasto operativo de las firmas”, explicó Serrano.
La profesional dijo que desde Matriz Consultores tratan de generar vínculos entre las empresas y el Estado para que sepan de las herramientas que tienen a su disposición. “El proceso lleva aproximadamente un año, las firmas que más los toman son las grandes y medianas porque a las pymes les cuesta bastante ya que suelen ser muy conservadoras, aunque una pequeña empresa como Shark hidromasajes o Frecom (fábrica de condensadores con una planta de poco más de diez personas) han participado de la línea de crédito fiscal”, concluyó.
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