Ciudad

A pesar del juicio de desalojo, Giros expande sus actividades

Por Laura Hintze.- El movimiento asentado en Nuevo Alberdi presentó un aula, canchas y ampliación de la radio.

A lo largo del día de ayer, el Movimiento Giros caminó por el territorio de Nuevo Alberdi, recorriendo e inaugurando lo que se construyó durante enero y febrero de 2012, en la Misión Nuevo Alberdi Crece, Produce, Trabaja. “Venimos a la inauguración del polideportivo, de la escuela, de la radio, de casi todo. ¡Mmmm! No me acuerdo”, dijo Ludmila, aunque de atrás enumeraban las inauguraciones entre cuatro o cinco chicas. Todas tenían cerca de diez años, hablaban de los novios de la escuela y de que esa tarde habían ido a jugar al club nuevo. En efecto, los más chicos, junto a los militantes de Giros, vecinos, trabajadores de Nuevo Alberdi, fueron protagonistas de la tarde de ayer: bajo un fuerte sol de siesta se realizó la Segunda Marcha de Autoentrega organizada por el Movimiento Giros y que consistió en pasar una tarde jugando, recorriendo e inaugurando las nuevas construcciones llevadas adelante durante el verano.

La jornada de sábado arrancó con todo el calor del mediodía. En la esquina de Suárez y Bouchard comenzaron a reunirse los que iban a formar parte de la caminata. Jóvenes con sus remeras rojas de Giros, niños y niñas de Nuevo Alberdi y Empalme Graneros, docentes y, ante todo, gente que habita y trabaja el barrio. “La caravana de hoy recorrerá las obras en las que se laburó todo el verano en la búsqueda de continuar dignificando el barrio Nuevo Alberdi. Vamos a pasar por la Casamblea, para inaugurar la obra de la radio y ampliación de la cooperativa textil; la Escuela del Territorio Insurgente Camino Andado, inaugurando la segunda aula; y luego nos vamos al Club Social y Deportivo Ciudad Futura, donde se van a inaugurar canchas, compartir mates y tortas asadas, jugar al fútbol, al vóley, jockey, baseball, etcétera”, señaló Gabriela, militante del Movimiento.

La Marcha de Autoentrega, denominada así porque “nos entregamos a nosotros mismos lo que de alguna manera soñamos y construimos”, arrancó cerca de las 15.30. Había banderas, gente a pie y también en autos. Desde una chata se llevaban parlantes y micrófono, y a la cabeza del recorrido iban pibes con bombos y redoblantes. Los que no se habían sumado a la caminata estaban en la puerta de su casa y miraban sin asombro dejando en claro que el barrio ya está acostumbrado a la movilización de gente, a la presencia de jóvenes que van allí a depositar lo aprendido en las universidades. La mayoría levantaba los brazos, tiraba un chiste, un beso, se acercaba a repartir abrazos, para luego volver a la reposera y el mate.

El espacio está habitado por Giros y se nota entre tantos carteles (algunos de ellos señalando “zona inundable”, “periferia en disputa” y hasta cuán lejos se está de Caracas, Chiapas o La Habana) y las relaciones humanas de amistad y compromiso que allí se han generado.

Por eso, preparar estos espacios fue trabajo a puro pulmón. Una de las cosas que más se escuchaban entre los murmullos de los amigos y compañeros que más se encontraban eran las exclamaciones acerca de cuánto había costado y cuánto habían aprendido. A manejar herramientas, a soldar, a levantar paredes y techos, a hacer conexiones eléctricas y a generar, de todo eso, un espacio y logro colectivo.

“Estas son las obras que hicimos desde enero a partir de la misión Nuevo Alberdi Crece Produce Trabaja, que nació después de que se haya votado la ordenanza marco para el proyecto Parque Habitacional Bouchard, el plan que tienen las empresas privadas con intereses en la zona. Visto eso, decidimos responder al modelo de privatización de las tierras de Nuevo Alberdi con obras concretas y espacios públicos comunes para el territorio”, explicó Alejandro, también miembro del movimiento.

Además, agregó que la misión está en relación al proceso de judicialización que está afrontando el Tambo de Giros, que también funciona en el denominado Territorio Insurgente, y que quiere ser desalojado por los titulares dominiales de la tierra. Los jóvenes militan afirman que buscan “dignificar el espacio a través de la desnaturalización de la falta de servicios públicos, la generación de nuevas relaciones y de un sentimiento de pertenencia y apropiación del barrio”.

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