Cultura

Triste despedida

A los 61 años, murió la destacada escritora española Almudena Grandes

Autora de novelas muy reconocidas como es el caso de “Las edades de Lulú” y “Malena es un nombre de tango”, del mismo modo que la saga "Episodios de una guerra interminable", padecía cáncer, enfermedad que había dado a conocer hace apenas unas semanas


La escritora española Almudena Grandes, autora de títulos como Las edades de Lulú y Malena es un nombre de tango en el marco de una larguísima lista, falleció este sábado a los 61 años como consecuencia de un cáncer, enfermedad que había dado a conocer hace apenas unas semanas, según confirmaron este mediodía medios españoles.

Grandes se dio a conocer en 1989 con la referida Las edades de Lulú, novela que consiguió el premio La Sonrisa Vertical, y desde entonces no dejó de recibir el aplauso de los lectores y de la crítica. Llegarían después otros títulos como Te llamaré viernes, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, El corazón helado y Los besos en el pan, así como también los exitosos volúmenes de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso.

Algunos de estos libros fueron llevados a la pantalla grande y merecieron, entre otros, el premio de la Fundación Lara, el Premio de los Libreros de Madrid y el de los de Sevilla, el Arzobispo Juan de San Clemente, el Cálamo, el Rapallo Carige y el Prix Méditerranée. Incluso, Grandes era patrona de honor de la Fundación Academia de Cine.

En los últimos años, la escritora había puesto en marcha los Episodios de una guerra interminable, una ambiciosa saga de novelas en las que repasa lo peor del trágico siglo XX.

Su último libro publicado es La madre de Frankestein, en el que novela la vida de Aurora Rodríguez Carballeira, quien mató a su propia hija, Hildegart Rodríguez Carballeira. Lo hizo para evitar perder su control sobre ella, a quien había “moldeado” para convertirla en un modelo de mujer ideal. Aurora, quien terminaría internada en el psiquiátrico de Ciempozuelos, sedujo como personaje a la escritora, quien la eligió para narrar la década del 50.

“La que lleva por título La madre de Frankenstein me parece la mejor de las cinco novelas aparecidas de la serie Episodios de una guerra interminable, destronando a la hasta ahora mi preferida, El lector de Julio Verne (2012)”, escribió el teórico y crítico literario español José María Pozuelo Yvancos.

“No resulta casual que, siendo ambas novelas largas, sean las dos en las que Almudena Grandes ha contenido más su proverbial gusto por la amplitud de los meandros narrativos, consciente como es de su habilidad de narradora nata, en la estirpe de la novela decimonónica mal llamada realista”, añadió el crítico acerca de la obra de Grandes, galardonada con el premio Nacional de Narrativa en 2018.

En horas de la mañana de este sábado, apenas conocida la noticia, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, subrayó que las letras españolas están de duelo tras la muerte de la escritora Almudena Grandes. “Hoy las letras españolas y los progresistas estamos de duelo”, destacó en su perfil en Twitter. En esa larga lista de recuerdos y evocaciones, se sumaron importantes figuras de la cultura y la política de España.

Nacida en el barrio de Chamartín de Madrid, en 1960, Grandes fue una de las escritoras más relevantes de las últimas generaciones y esposa del poeta Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. Según publica el diario El Mundo, “Grandes había estudiado geografía e historia y se licenció de lo mismo. Los primeros pasos en el oficio los dio escribiendo textos para enciclopedias, a la vez armaba relatos breves. Desde la adolescencia mostró un apetito extremo por la literatura. Lo mantuvo durante cuarenta años de novelas, de cuentos, de artículos en el diario El País, de compromiso político y cívico en favor de quienes no tienen sitio en la historia. O en la memoria”.

Póstuma saldrá en breve la última novela de la saga Episodios de una guerra interminable, titulada Mariano en el Bidasoa, que dejó terminada y que fija el argumento en 1964. “Mis lectores y lectoras, que me conocen bien, saben que son muy importantes para mí. Siempre que me preguntan por ellos respondo lo mismo, que son mi libertad, porque gracias a su apoyo puedo escribir los libros que quiero escribir yo, y no los que los demás esperan que escriba. También saben que la escritura es mi vida, y nunca lo ha sido tanto, ni tan intensamente como ahora. Durante todo este proceso he estado escribiendo una novela que me ha mantenido entera, y ha trazado un propósito para el futuro que me ha ayudado tanto como mi tratamiento. Ahora necesito devolverle todo lo que me ha dado, encerrarme con ella, mimarla, terminarla, corregirla. Por eso voy a seguir desaparecida una buena temporada, y no devolveré mensajes, no contestaré llamadas, no daré noticias. Imagino que muchas personas lo comprenderán. Supongo que otras quizás no lo hagan, pero confío en que respeten mi decisión. Hasta que vuelva, aunque sólo sea para mirar frente a frente el cielo de Madrid una vez más, antes de volver a esconderme”, escribió hace un tiempo en su popular columna en la que contaba su dura enfermedad.

Comentarios