José Odisio
Todo pasa. Aquel anillo que Noray Nakis le regaló a Julio Grondona es una perfecta y dolorosa síntesis del fútbol argentino desde hace tiempo. Y esta vez no se podía suponer que iba a ser una excepción. Apenas pasaron 48 horas del bochorno. La triste noche platense, con hinchas reprimidos sin sentido por la policía bonaerense y la dolorosa muerte de César “Lolo” Regueiro, todavía golpea. El ruido de las balas de goma aún retumba en el Bosque platense y el pedido de justicia de los simpatizantes triperos tiene el apoyo de todos. Hay dolor, bronca, decepción, resignación, una sensación de vulnerabilidad que asusta.
“El fútbol pasó a segundo plano. Ya no importa el torneo ni cuándo se juegue el partido”, era el discurso casi unánime en los medios mientras de fondo de veían imágenes de hinchas llorando, asustados, golpeados por un operativo policial deficiente, como sucede cada fin de semana en las canchas argentinas.
Todo pasa. La hipocresía volvió a ganar por goleada, y mientras en La Plata una familia despedía a un abuelo que fue a la cancha a ver un partido de fútbol y encontró la muerte, el fútbol argentino siguió su marcha, como si nada hubiera sucedido. Hay que apurar porque se viene el Mundial, y los directivos no quieren perderse ese lugar en el avión al lado de Chiqui Tapia para disfrutar de la Scaloneta.
“La AFA dispuso que se realice un minuto de silencio en los partidos de todas sus categorías por el fallecimiento del simpatizante del club Gimnasia César Gustavo Regueiro”. El mensaje en redes publicado por AFA tiene la misma insensibilidad de todo un sistema que rápidamente pasó de la indignación a la algarabía sin escalas.
Y mientras familiares y amigos del hincha de Gimnasia fallecido acompañaron el cortejo fúnebre con los colores azul y blanco desde el estadio Juan Carmelo Zerillo, Barracas Central y Sarmiento iniciaron la fecha. Casi como una burla, el equipo del presidente de AFA fue el primero en jugar.
Eso sí, cada equipo de `Primera que juegue este fin de semana se sacara una foto con una frase que causa gracia. “Disfrutemos el lado bueno de nuestras pasión y démosle la espalda a la violencia. Debe ser el compromiso de todos”, reza el mensaje de la Liga Profesional. Suficiente para que el show continúe.
Y para que las miserias queden aún más expuestas, la Liga ya tiene programada la fecha de continuidad del partido entre Gimnasia y Boca, para el miércoles 19, ya que ambos equipos tienen chances de quedarse con el título y AFA no quiere correr la finalización del torneo por nada del mundo, ni siquiera una muerte.
Aprevide ya dio el visto bueno para esa fecha. La Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte estuvo lejos de justificar su nombre, pero estuvo rápida para acordar con la Liga ponerle día y hora al partido. Y para que la hipocresía sea aún mayor, el organismo bonaerense considera que el partido debe jugarse en San Nicolás a puertas cerradas, lo que causó rechazo en Gabriel Pellegrino, cuestionado presidente de Gimnasia, y el propio Pipo Gorosito. “Lo de ayer fue una cosa de locos. Ahora, yo les digo una cosa: nosotros estamos peleando para salir campeones. ¿Qué culpa tenemos, con lo que pasó afuera de la cancha, para que nos clausuren el estadio? ¿Qué culpa tiene Gimnasia? Nosotros queremos salir campeones y nos cagan la vida jugar sin público. ¿Por qué nos sacan de nuestra cancha?”, disparó indignado el técnico del Lobo para que la hipocresía supere cualquier expectativa previa.
Así, las imágenes de desesperación de los hinchas triperos por salvar sus vidas en una cancha de fútbol empezarán a perder rating. Y el show seguirá su curso porque “el producto” que promociona Chiqui Tapia necesita cumplir con los plazos impuestos por la TV. Todo pasa, aunque Don Julio ya no esté.
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