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Grooming

La Justicia condenó a 20 años de prisión a acosador y abusador serial de niñas y adolescentes

El tribunal compuesto por los jueces Mariano Aliau, Isabel Más Varela y Alejandro Negroni sentenció a Juan Manuel González, de 41 años, por ocho hechos donde el acusado, a través de un perfil falso, contactaba a chicas de entre 12 y 16 años para pedirle fotos íntimas, y luego las extorsionaba


La Justicia condenó a Juan Manuel González, de 41 años, a la pena de 20 años de prisión por los delitos de grooming y abuso sexual. La fiscal Alejandra Raigal, de la Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual, le atribuyó ocho hechos ocurridos entre 2014 y septiembre de 2017, por los que había pedido la pena de 40 años de prisión.

Raigal lo acusó de contactar menores de edad, de entre 12 y 16 años, mediante la red social Facebook o Whatsapp, con perfiles falsos, para solicitarle imágenes íntimas y después amenazarlas con divulgarlas a sus familiares.

Mediante otros perfiles también falsos, González les ofrecía ayudarlas a borrar el material a cambio de tener relaciones sexuales y filmarlas. Con este engaño abusó en dos ocasiones de dos menores de edad.

Este viernes, a las 13, en el Centro de Justicia Penal de Rosario finalizó el juicio oral que había comenzado el pasado 27 de julio. El tribunal compuesto por los jueces Mariano Aliau, Isabel Más Varela y Alejandro Negroni responsabilizó a González, oriundo de Pinto, Santiago del Estero, por los delitos de grooming con amenazas coactivas y abuso sexual con acceso carnal en dos hechos; grooming con amenazas coactivas en cinco hechos, y grooming con divulgación de imágenes con contenido pornográfico infantil en un hecho.

El hombre había sido detenido en barrio La Cerámica, en la zona noroeste de Rosario.

Al comienzo del juicio, la Fiscalía explicó que la investigación arrojó que González usaba sofisticadas técnicas de engaño. Con una de sus víctimas de 15 años utilizó cinco perfiles de Facebook en los que se hacía pasar por “su prima”, en otro por un hacker y en uno por la propia víctima.

“Contamos con las respuestas de la empresa Facebook Inc. que aportó los datos de dichos perfiles, tales como sus ID (identificación), nombres de usuario, cuentas de correo electrónico asociadas y, fundamentalmente las direcciones IP con mención de días y horarios para acceder a ellos”, explicó la fiscal sobre el comienzo de la pesquisa.

Además de las evidencias informáticas, el hombre también fue identificado en rueda de reconocimiento por una de sus víctimas menores de edad, luego de que ella diera testimonio en Cámara Gesell de lo que había padecido.

Los perfiles y los engaños

A otra víctima, de 14 años, amenazó con arruinarle el cumpleaños de 15 si no accedía a encontrarse con él. Y también la puso en contacto con los demás perfiles simulados de Facebook –todos suyos– entre los que estaba el supuesto hacker dispuesto a ayudarla a borrar las imágenes íntimas a cambio de sexo. Así también la envolvió en la misma telaraña. En este caso también hubo reconocimiento.

Con una tercera víctima, que tenía 12, el abordaje fue más violento y personal: el acusado le dio su número de teléfono y el contacto pasó de Facebook a Whatsapp. El acoso y las amenazas para que le pasara fotografías íntimas era por estas dos vías de contacto. Pero, en este tercer caso, ante la negativa de la niña a sus pedidos, intentó forzarla a través de extorsiones contra su hermana mayor. De nuevo la empresa estadounidense y la telefónica entregaron datos clave para corroborar la autoría del hecho.

A la cuarta víctima, de 13 años, el acoso y la extorsión la hizo a través de Whatsapp. Con la quinta, de 16, simuló tener 17, y durante cuatro meses se fue ganando su confianza en diálogos virtuales hasta que intentó acordar un encuentro. Rechazado, montó un ardid en el que incluso exigió dinero a la mamá de la adolescente con la que había podido contactarse y convirtió en otra víctima.

A estos casos se sumaron tres denuncias de los familiares de las adolescentes donde los mecanismos eran los mismos: una tenía 13, la otra 14 y la tercera, 15. Y en uno de los casos intervino la ONG National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) que montó una investigación privada que llegó al mismo acusado.

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