Coronavirus

Informe sobre Chaco y Misiones

El Conicet advierte que la pandemia profundiza la desigualdad educativa de los pueblos originarios

El trabajo analiza comunidades qom y mbyà en las dos provincias. Propone potenciar y modificar el papel de los agentes especializados en Educación Intercultural Bilingüe. Los problemas: carencias alimentarias, falta de materiales didácticos y recursos tecnológicos e infraestructura insuficientes


Un informe elaborado por investigadoras del Conicet concluye que la pandemia de covid-19 está profundizando la desigualdad económica y socioeducativa de los pueblos indígenas de Argentina. El trabajo analiza comunidades qom y mbyà de Chaco y Misiones, y propone potenciar el papel de los agentes especializados en Educación Intercultural Bilingüe (EIB) para garantizar ese derecho a la mayor cantidad posible de población.

Más de 20 referentes de comunidades de las dos provincias fueron consultados para el relevamiento. El estudio está en el marco de la Red de Investigaciones en Derechos Humanos del Conicet, a la que recientemente se incorporaron los temas indígenas. Los resultados del informe, indican las expertas, podrán ser tenidos en cuenta para revisar y mejorar las propuestas educativas destinadas a estos niños y niñas.

Reconocida como una de las ocho modalidades en las que se estructura el sistema educativo argentino, la EIB está destinada a los pueblos indígenas y tiene como meta la enseñanza bilingüe y la revalorización de saberes propios asociados a sus cosmovisiones de cada comunidad. Chaco y Misiones, con poblaciones de más de 31 mil miembros de la etnia qom y 13 mil de la mbyà, son dos de las provincias que la implementan.

Resistencia, la capital chaqueña, es una de las ciudades con mayor incidencia de covid–19 en la Argentina y allí se han registrado focos en barrios de la comunidad qom.

“Las escuelas y los docentes indígenas cumplen un rol importantísimo en este momento. En el caso de los barrios Toba o Mapic, que es la zona en la que trabajo hace más de 10 años, no sólo se encargan de la distribución de alimentos durante esta emergencia, sino que ofician como representantes de la comunidad antes otros organismos del Estado. Es un rol más complejo y que trasciende al del educador que tradicionalmente conocemos”, destaca Mónica Medina, becaria postdoctoral del Conicet en el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (Iighi) y una de las autoras del estudio.

El informe revela que los cambios en los modos de vida ocurridos por la pandemia están incidiendo en el abandono de los estudios por parte de alumnos de la modalidad EIB en el Chaco. Una de las principales causas es la falta de herramientas tecnológicas para mantener la educación a distancia.

Con un menor registro de casos, en Misiones aún no se han reportado problemas de deserción escolar. Sin embargo, las problemáticas en ambas provincias son similares y están vinculadas a las necesidades alimentarias de las familias, la escasez de materiales didácticos, los recursos tecnológicos insuficientes y la falta de infraestructura.

Para la investigadora adjunta del Conicet en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín Noelia Enriz, esta crisis obliga a reformular todos los procesos educativos. “En las instituciones con EIB, notamos que el vínculo entre escuelas y familias cambió muy drásticamente. En general, no se depositaba en la familia la construcción del conocimiento escolar de los niños y las niñas. De eso se encargaban únicamente las instituciones, mientras que se esperaba que la familia aporte otros conocimientos. Pero en este escenario, se pide a la familia que fortalezca la continuidad en la formación pedagógica. Esta instancia nos está haciendo repensar muchas cosas y una de ellas debe ser la transversalidad”, señala.

La principal conclusión que se destaca en el informe tiene que ver con la profundización de la desigualdad social de las comunidades indígenas en Argentina a causa de la pandemia. “Estas desigualdades no son nuevas. Ya existían, pero se están profundizando porque aquellos lugares en los que la educación sucedía por la persistencia de la presencia de los docentes, ahora no están. Hay muchos procesos que quedarán en suspenso hasta que se pueda retornar a las escuelas”, advierte otra de las autoras.

“Si una situación de crisis sirve para revisar cosas, revisémoslas para hacer más justo el sistema educativo, particularmente en estas poblaciones que ya sufren vulneraciones de derechos en tantos otros planos de la vida. Es necesario hacer un esfuerzo para mejorar las propuestas educativas para estos niños y niñas”, propone Enriz.

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