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De estreno

Vanessa Squillaci: “Mi mayor enemigo fui yo misma desde el prejuicio”

La actriz y capocómica trans Vannesa Squillaci es una de las figuras de “Divertidísima”, la nueva revista de Manuel Casino que se conocerá este sábado por la noche en la sala Mateo Booz , donde comparte cartel con Omar Capacci, ambos al frente de un gran elenco


Alejandro Guerrero.

A paso firme, de tacos, ropa ajustada, melena rubia al viento, accesorios y maquillaje que acentúa labios y ojos por igual, Vanessa Squillaci no pasa inadvertida. Ella es una de las artistas trans más reconocidas de la región y acompaña cada paso con su sonrisa, buena onda y espontaneidad.

Con casi 50 años, ultima detalles para debutar en el espectáculo de revista Divertidísima, que se conocerá este sábado por la noche en la sala Mateo Booz, del mismo modo que sigue al frente de eventos privados, entre ellos, celebraciones familiares, poniéndose en la piel de las tres divas argentinas: Moria Casán, Mirtha Legrand y Susana Giménez.

En diálogo con El Ciudadano, Vanessa se mostró relajada sobre la aceptación a las personas trans, aunque remarcó que aún queda mucho por luchar y ganar, al tiempo que aseguró haber sido su propia enemiga a la hora de mostrarse al mundo como Vanessa, cuando toda la ciudad la conocía como Darío, y compartió que ella sí quiere seguir escuchando piropos por la calle.

En la marquesina del teatro de San Lorenzo casi Oroño se puede ver a Vanessa con un vestido blanco y una sonrisa gigante. Brillos, glamour y humor son los pilares de su trabajo en una carrera que lleva 30 años de recorrido.

La ciudad conoció a Darío Squillaci, una marca registrada que los fines de semana se transformaba en las divas argentinas. Desde hace diez años es Vanessa día y noche, y así lo reafirma su documento nacional de identidad, aunque se queja entre risas: “El DNI te cambia el nombre, pero no te cambia la edad”.

Es por eso que en estos últimos años ha luchado contra ella misma porque si bien en junio cumple 50, su mente le pide vestirse como de 20. “Imaginate que me declaré trans al mundo a los 39; hubo muchas cosas de jóvenes que no pude usar, así que hoy me quiero poner esas cosas lindas que usan las adolescentes y me freno”, dijo con humor.

Para este nuevo espectáculo, que dirige Manuel Cansino y que estará en cartel hasta mayo inclusive, Vanessa se prepara para darlo todo junto a al grupo local Amapola, el humorista Omar Capacci, el cantante José María Fontana y un cuerpo de bailarines. “Siempre di lo mejor de mí y en este espectáculo soy la capocómica junto a Omar Capacci. Es la primera vez que vamos a trabajar juntos así que tengo muchas expectativas porque si bien conozco su carrera y ya he trabajado con Manuel Cansino, en los ensayos nos divertimos muchísimo; espero que podamos transmitir esa buena energía y diversión al público”, comentó.

En sus treinta años de carrera, habiendo trabajado en varios espectáculos de revista, Vanessa observó que en la actualidad hay muchos temas que ya no se tocan en los espectáculos vinculados al género, donde las mujeres han sido eternamente los objetos sexuales de cada presentación y los chistes sobre personas discapacitadas o comentarios machistas y discriminatorios eran el plato principal de cualquier menú humorístico.

“Está buenísimo que se traten estos temas, que se tenga cuidado con el otro. Por ejemplo: es un gran logro que deje de tratarse a la mujer como un objeto sexual. Cansino siempre fue muy respetuoso, incluso mucho antes de que surja este debate, así que ya sé muy bien con quién trabajo, pero convengamos que siempre nos hemos reído de los chistes vulgares. En su momento, el único humor masivo era el de las películas de (Alberto) Olmedo y (Jorge) Porcel”, expresó.

Y agregó: “El humor y los sketches siguen siendo pícaros, eso está bueno, pero todos nos hemos tenido que adaptar a estos nuevos tiempos y está muy bien que así sea”.

Por otro lado, se manifestó a favor del piropo: “¡Chicas! ¿Qué es esto?”, exclamó. Y completó: “Los extremos no son buenos, los piropos no deben quedar fuera de moda. Así se pierde toda la seducción en la palabra, y del otro lado (el de los varones) parecen tener miedo de hablarnos. No hablo de acoso, eso es tremendo, pero digo con experiencia que en medio de mi transición con mi nueva identidad muchas veces me sentí marginada y recluida. Hoy soy una mariposa y agradezco cada halago. Es más, me enojo cuando me produzco y nadie me dice nada”.

Sobre la actualidad, y los temas de la agenda presente, la capocómica apuntó: “Es una cuestión generacional, hablamos mucho de la discriminación de la mujer, pero las nuevas generaciones tienen un chip diferente y hasta ningunean el tema de la sexualidad, no hay tanto rollo si te gusta una cosa o te gusta otra, y eso es magnífico. Hay que aprender a convivir entre todos y que nadie se sienta agredido. Es más peligroso que me roben, me peguen o me maten a que me digan que tengo lindo culo”.

Para Vanessa, encabezar el elenco de este music hall es “volver al circuito mayor”.

“La verdad que pisar un escenario como el de la sala Mateo Booz o en su momento El Círculo, es volver a jugar en primera división. Aparte no olvidemos que Cansino tiene un aparato publicitario importante y eso me da mucha más visibilidad, me reposiciona. Porque hay mucha gente del público que vendrá a estas funciones que no me ha visto nunca. Por eso estoy muy agradecida por esta oportunidad”, destacó.

La misma persona

Desde las redes sociales de Vanessa se puede seguir su cotidianidad y su exitoso presente, más allá de que durante 39 años se la conoció como Darío y ella no reniega de su pasado. “Mi mayor enemigo fui yo misma desde el prejuicio. Ese nombre era mi marca, era ya una etiqueta a la que la gente estaba acostumbrada. Me llevó un tiempo procesar todo, pero en realidad soy la misma persona, sólo cambié a nivel legal”.

Y agregó: “No estoy de acuerdo con que el DNI diga que soy mujer, porque soy una persona trans. Mujer era mi mamá, que me dio la vida, mujer sos vos y tantas otras. Por otro lado, debo decir que agradezco que mi público jamás cuestionó mi sexualidad y en Rosario la cosa es corta: el rosarino te acepta o no te acepta”.

Tanto es así que la actriz y humorista es una gran referente en las fiestas familiares y evento privados. “En mi carrera, la gente me abrió muchas puertas y me ha invitado a formar parte de su familia por un rato y eso es maravilloso. Porque para un evento familiar se piensa muy bien a quién contratar, no contratan al primer artista que se les cruza”, enfatizó respecto de su altísimo nivel de aceptación y empatía con el público rosarino y de la región.

Y así como dice Mirtha Legrand que el público se renueva, Vanessa pudo comprobarlo hace poco cuando participó del cumpleaños número 60 de un espectador a quien ya había conocido cuando festejó los 40. “Fue muy loco y hermoso, porque más allá de que todos estaban veinte años más viejos (risas), había muchos jovencitos que ni se acordaban de ese cumpleaños anterior. Tal vez habían ido pero eran muy chiquitos y esta vez estaban a full con sus teléfonos y yo me sentía toda una estrella (risas). Hay que estar atenta a los millenials, es gente que te está descubriendo. Mi espectáculo es para todo público, aunque lo puedo aggiornar a cualquier evento. La gente paga para divertirse y yo les doy esa ilusión, esa magia, esa alegría. De hecho, el año pasado (en diciembre) fui distinguida por el Concejo Municipal así que siento que estoy yendo por el camino correcto”.

En medio de esa ilusión de la que habla, recordó el cumpleaños número 90 de una señora que recién comenzaba a padecer los síntomas del Alzheimer. “Tenía la misma enfermedad que se llevó a mi mamá hace poco y recuerdo que esa señora me tomaba de la mano mientras yo era Moria, Mirtha y Susana. Fue muy emotivo. Tiempo después me encontré con su hija, que me había contratado, y me dijo que su mamá había muerto, y que siempre creyó que esas tres divas de la Argentina habían estado en su cumpleaños. Fue muy fuerte y me llenó el corazón de paz y de felicidad”, recordó con emoción.

“Soy una afortunada, porque cada vez es más grande el abanico de artistas que hay, entre humoristas, standuperos, cantantes, imitadores y todos me dicen que se quieren dar el gusto de verme y hacen un esfuerzo y me contratan. De mi parte está el compromiso de estar siempre aggiornada a la actualidad; mi show debe estar siempre vigente y eso es lo que vale, porque cada uno tiene su estrella propia, pero el público es siempre el que elige”, destacó.

Asimismo, y fuera del ambiente artístico, Vanessa ve con buen tino que la comunidad trans vaya ganando terreno en el ámbito laboral, y en la calle misma, donde la discriminación ya no es tema de todos los días. “Está bueno el avance que se está viendo, hemos ganado un lugar muy importante en la sociedad, y te confieso que hace veinte años no me hubiera imaginado poder ver todo esto; es hermoso. Falta mucho por hacer con el cupo laboral trans, pero creo que de nuestra parte se logró también salir de lo caricaturesco de la mujer. Hoy hay trans más cerca de la mujer 2020 y puede que no llamen la atención como antes, tienen un look más simple y eso es lo que ayuda, a mi entender, a ser parte y no ser una caricatura de la sociedad”.

Para agendar

Divertidísima, la nueva revista del director Manuel Cansino, con la destacada presencia de Vanessa Squillaci y Omar Capacci al frente de un gran elenco, se conocerá este sábado, a partir de las 21, en la sala Mateo Booz, de San Lorenzo 2243, donde seguirá en cartel hasta fines de mayo

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