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Hijo de una de las víctimas reconstruye la historia de su padre

El testigo, Martín Mozé reconstruyó la vida de su padre, Miguel Ángel Mozé, asesinado  el 17 de mayo de 1976 en un supuesto intento de fuga, y precisó que lo mataron por ser “cristiano, peronista y montonero”

Martín Mozé, también indicó que pudo empezar a rearmar su historia el año pasado a través del trabajo realizado junto a Abuelas de Plaza de Mayo.

Mozé (37), brindó esta mañana su testimonio en el marco del juicio que se le sigue a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez, junto a otros 29 acusados de cometer delitos de Lesa Humanidad durante la última dictadura militar.

Al iniciar su declaración recordó que “hace un año recuperé mi identidad gracias al trabajo que realicé junto a Abuelas”, y añadió que cuando era niño “no tuve acceso a poder compartir todo el dolor de mi abuela Ángela que fue la que reconoció el cuerpo de mi padre. “De a poco -añadió-, fui descubriendo mi historia, porque tuve que esperar largos 34 años para que este juicio sea posible. Hoy me pregunto por qué secuestraron, torturaron y asesinaron a mi papá, si fue porque era presidente de la Juventud Peronista, que buscaba la justicia social y también me pregunto si por ser cristiano y montonero tuvo que ser asesinado”.

Recordó que Miguel Ángel Mozé, fue seminarista en Jesús María y posteriormente en Córdoba y “por militar en el Partido Peronista, abandonó la iglesia o la iglesia lo abandonó a él”, y recordó que formaba parte del “movimiento cristiano enrolado en la Teología de Liberación”.

Mozé indicó que durante muchos años “una pesadilla dio vueltas por mi cabeza que era de una cárcel fría” a la que había ido cuando tenía meses de vida para visitar a su padre, y cuando de la mano de “Abuelas recorrí la Unidad Penitenciaria (UP1), me di cuenta que no era una pesadilla. Hoy vengo a buscar justicia, sin venganza y sin odio, a eso me lo enseñó mi madre (Olga Acosta), y las abuelas. Transformé el dolor en lucha y búsqueda por la verdad y la justicia”.

Precisó que fue inscripto con el apellido Acosta, porque “mis padres hicieron un pacto de amor y no me pusieron el apellido de mi padre, para protegerme, por la militancia que llevaba adelante” y añadió que su madre “tardó muchos años en contarme quien era mi padre, después estuve muchos años reconstruyendo mi historia, -puntualizó-, y por qué no tenía mi apellido y descubrí que era fruto de un pacto para poder protegerme, por eso en marzo del año pasado pude recuperar mi apellido”.

Dijo que su padre fue asesinado “por sus convicciones sociales y políticas. Llegó a presidir la Juventud Peronista y fue uno de los que vinieron con Perón en el vuelo desde España”, en junio del 73’.

Mozé detalló que “buscando mi historia me contaron que mi padre estaba dentro de la UP1, y en septiembre de 1975, preguntó por mi en la cárcel, y en un arrojo de valor, mi madre me llevó al penal a visitar un preso común, y de ahí me fueron pasando de celda en celda hasta donde estaba mi papá, así fue como una navidad del 75’, y escondido en mi pañal con caca, para que no me la sacaran en la requisa, puso una tarjeta que apareció hace cuatro años, ya que mi mamá la había guardado y cuando se acordó dónde estaba, me la entregó y vi que decía luchamos por un país mejor, por justicia y me deseaba Feliz Navidad, te quiero mucho”.

Previamente uno de los imputados, Carlos “Tucán” Yanicelli, amplió su declaración indagatoria, en la que reiteró sus denuncias contra la justicia federal por su complicidad con los militares durante la dictadura, y desestimó las acusaciones que le hizo el ex policía, Luís Urquiza que lo señaló como uno de sus torturadores.

Fuente: Télam

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