Los hinchas de River que llegaron temprano al estadio Monumental, con la expectativa de poder ver la final ante Boca, se mostraron molestos y con insultos a la Conmebol al enterarse que el partido volvió a postergarse.
Desde temprano, incluso antes de las 13.30, cuando se abrieron las puertas del estadio de Núñez, los hinchas de River llegaron sin mucha estridencia al estadio, en un clima mucho más tranquilo que la jornada del sábado, cuando todo tenía otra tónica.
A las 14.09, la voz del estadio anunció que “por decisión de Conmebol el partido ha sido postergado. Se les pide por favor que abandonen en forma ordenada”.
Esto produjo silbidos y insultos contra la entidad sudamericana por lo dispuesto menos de 24 horas de la primera postergación por la agresión al micro que llevaba al plantel de Boca hacia el estadio de Núñez.
Los hinchas debieron sortear cuatro cordones de seguridad, compuestos por efectivos de la Policía de la Ciudad, Gendarmería y Prefectura, y el barrio River fue vallado mucho más que el sábado.
Sin embargo, la demora para el ingreso se produjo porque la gente vino más temprano y debieron hacer colas sobre la avenida Libertador, hasta que se abrieron las puertas del estadio.
Los hinchas llegaron con un aire de mucha más tranquilidad y hasta con la sensación que el partido podía postergarse, algo que se vislumbrara desde el inicio de la jornada.
Casi sin cánticos y más allá del apuro por ingresar y conseguir sus lugares, las pocas ubicaciones que estuvieron ocupadas en el Monumental rápidamente se desocuparon y el público se retiró sin demasiados sobresaltos.
El campo de juego del Monumental lució de manera impecable y el vallado incluso en sus adyacencias fue mayor que el sábado, fecha prevista para que se lleve a cabo el partido.
Los carteles de publicidad y el podio que se iba a mostrar para que el campeón tenga la “foto” consagratoria, quedaron desarmados en un costado de la pista de atletismo, como así también las luces para el festejo previsto.
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