Sociedad

Al rescate de la edad de oro

La institución funcionará en la zona oeste de la ciudad, en el límite con Pérez. El objetivo es que los chicos aprovechen el momento único de los primeros años para alcanzar aprendizajes rápidos y sólidos.

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Ya Virgilio en la antigüedad se refiere a la niñez como la edad de oro, esos años de vida inocente, sin responsabilidades apremiantes, durante los cuales todos deberíamos sentirnos protegidos. Más cercano a nuestro tiempo, el gran poeta cubano José Martí funda en este continente la revista para niños La Edad de Oro, en cuyas páginas puede encontrarse la siguiente referencia a los chicos: “El niño ha de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso: el niño puede hacerse hermoso aunque sea feo; un niño bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso”.

Sin embargo, esta aceptación de la infancia como la edad protegida se vuelve una mueca irónica cuando vemos a los chicos que deambulan por las calles solos, desprotegidos, mendigando, sin jugar, sin ser niños.

Así lo entendieron las ex alumnas del Colegio Mirasoles, que se preparan para abrir en Cabín 9 el jardín de infantes Surcos, con el que buscan lograr que esas vidas, que ya en sus inicios muy poco se parecen al metal noble de Virgilio y de Martí, tengan la esperanza de llegar a ser más que “dos simples monedas de cobre”.

Porque aun así no es más que una utopía, sigue firme la idea de que la infancia es el pilar donde se gesta una futura vida, una vida todavía a tiempo de ser edificada, rescatada.

Marina Casiello, una de las ex alumnas involucradas con el proyecto, afirma que “un niño que se ha desarrollado de una manera más completa tiene más posibilidades de sobrevivir y prosperar, de participar activamente en los avatares de la vida y de sentirse capaz de cambiar el mundo.”

—¿Cómo surgió el proyecto de hacer el jardín de infantes Surcos?

—El proyecto nació de ver, asombradas, los logros y avances que logran los pequeños de 2, 3 y 4 años en jardines como Manantiales o Los Senderos, donde se implementa un método de estimulación temprana. Maravilladas ante todo lo que aprenden, surgió la idea de darles esta misma oportunidad a niños que viven en situación de vulnerabilidad. Las ex alumnas de Mirasoles empezamos a darle forma al proyecto recordando la calidez y el afecto con que las maestras de jardín nos iniciaron en el camino de la educación dejando surcos imborrables en nuestras vidas.

—¿Qué las motivó a emprender un proyecto así?

—Sabemos que en los barrios Godoy y Cabín 9 hay un gran número de niños y que la infraestructura educativa, pese a los esfuerzos que se realizan, es deficiente. Los chicos de 2 a 4 años no tienen acceso a la educación inicial, ya que las salas se completan con los alumnos de 5 años que tienen que hacer su preescolar obligatorio para entrar a primer grado.  Por lo tanto, el objetivo del jardín de infantes Surcos es ayudar a que estos niños puedan aprovechar el momento único e irrepetible de los primeros años para alcanzar aprendizajes rápidos y sólidos, que sienten las bases para su futuro desarrollo tanto humano como profesional.

—¿Cómo se va a financiar el jardín?

—El proyecto se financia principalmente con el aporte mensual de particulares que donan becas de 100 pesos, con los que se cubren los gastos fijos por alumno en sueldos y materiales didácticos. También contamos con el apoyo de un grupo promotor, que busca aportes de instituciones oficiales, de particulares y de empresas.

—¿Cuál es la relación que tienen con el Centro Educativo Cuatro Vientos?

—El Centro Educativo Cuatro Vientos, fundado en agosto de 2005, es el proyecto más ambicioso que hoy está llevando adelante la Asociación Rosarina de Ayuda Solidaria (Aras). Es una institución educativa para la formación integral de los jóvenes ubicada en el límite entre las localidades de Rosario (distrito Oeste) y Pérez (barrio Cabín 9). La idea del Jardín Surcos es comenzar las clases el año que viene con una salita de 3 y otra de 4 años en las aulas del edificio que Cuatro Vientos está terminando de construir, mientras conseguimos fondos para comprar el terreno lindante y levantar allí nuestro edificio propio.

Los interesados en sumarse a este proyecto pueden escribir a surcos.informes@aras.org.ar.

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