Sociedad

Un aniversario insoslayable

Por Carlos A. Solero. El levantamiento del Gueto de Varsovia, que se prolongó a lo largo de un mes hasta que fue aplastado por las tropas nazis de ocupación en Polonia, es uno de los momentos cumbre de la lucha por la dignidad humana.


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El Levantamiento del Gueto de Varsovia (en alemán, ghetto) fue la sublevación de personas judías cuando las tropas alemanas comenzaron la etapa de la segunda deportación masiva hacia los campos de concentración y exterminio durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Este acontecimiento se desarrolló en Polonia entre el 19 de abril y el 16 de mayo de 1943 y a la cabeza del alzamiento estaba el comandante Mordechai Anielewicz, miembro del movimiento juvenil judío Hashomer Hatzair, y si bien la rebelión fue aplastada por las tropas de las SS (Gestapo) que obedecían al general Jürgen Stroop este hecho marca un hito insoslayable en la memoria de los pueblos del mundo en sus luchas contra opresión y la dominación.

Todavía en medio de las tinieblas de la Segunda Gran Guerra y la perpetración de matanzas por doquier y el Holocausto (Shoá), al referirse al heroico levantamiento en el Gueto de Varsovia el filósofo Walter Benjamin afirmaba: “La esperanza nos viene aun de los que ya poca esperanza pueden tener”. Al coraje, quería decir, demostrado por un puñado de personas que no estaban dispuestas a perecer a manos de los verdugos del nazismo hitleriano.

Ya en la Guerra Civil Española (1936-1939) las mujeres y los hombres del pueblo ibérico habían demostrado su vocación, espíritu y vocación libertaria enfrentando el alzamiento de los militares nacionalistas y clericales aliados a la burguesía: Francisco Franco, Emilio Mola, José Sanjurjo, Gonzalo Queipo de Llano y demás esbirros artillados de capital.

La invasión alemana de Polonia se inició el 1º de septiembre de 1939 y es considerada por los historiadores e investigadores el detonante de la Segunda Guerra Mundial. Antes de eso la cuestión de Polonia figuraba entre las cláusulas secretas del pacto de no agresión firmado entre Alemania y la URSS, en agosto de 1939. En ellas se estipulaba que el país sería anexionado y dividido en dos áreas: una para los soviéticos y la otra para los alemanes. Pero con la invasión Hitler decidió romper el acuerdo con Stalin.

Una vez concretada la ocupación por parte de la Alemania nazi la población polaca judía comenzó a padecer ataques permanentes. En el año 1940, la cifra de judíos en Polonia era de aproximadamente unos tres millones de integrantes. Los reubicaron en reducidos sectores de las ciudades a los que se denominó “guetos”. El Gueto de Varsovia estaba habitado por 380.000 personas, un 30 por ciento de la población de la capital polaca, que vivían hacinadas en un territorio que significaba el 2,4 por ciento de la superficie de la ciudad. Por las deficientes condiciones sanitarias y alimentarias, aún antes de que los nazis comenzaran a transportar a miles de seres humanos hacia los campos de concentración como el de Treblinka ya habían comenzado las muertes masivas a causa de las epidemias y la hambruna que sufrían.

El 9 de enero de 1943 el jefe de las SS, Heinrich Himmler, ordenó que se reanudaran las deportaciones desde el gueto hacia los campos de concentración y exterminio y al tomar conocimiento de esta decisión un grupo de habitantes decidió resistir la medida, que evidenciaba su muerte segura. De las 60.000 personas que aún permanecían en el gueto de Varsovia la mayor parte carecía de experiencia de combate y uso de armas. Considerando la desigualdad de fuerzas entre las tropas nazis y estas mujeres y hombres sometidos por la barbarie genocida al hambre y las enfermedades debemos destacar su valentía y ansias de resistencia.

Por lo antedicho es que afirmamos que el levantamiento del Gueto de Varsovia es un acontecimiento insoslayable en la historia social contemporánea de los pueblos por su emancipación integral.

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