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La ONU conminó al Vaticano por los casos de pedofilia

La Santa Sede deberá explicar las violaciones y otros abusos cometidos contra niños y qué medidas adoptó ante las denuncias.


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El Vaticano, que dispone de un puesto de observador permanente en la ONU, ha sido conminado por primera vez por Naciones Unidas a dar explicaciones detalladas sobre los abusos sexuales y las violencias cometidos contra niños en la Iglesia católica. Al igual que todos los países miembro de la Convención de la ONU relativa a los Derechos del Niño, la Santa Sede debe responder regularmente por su acción ante los expertos del organismo.

Según este procedimiento, estos funcionarios publicaron el último lunes una lista de preguntas que el Vaticano deberá responder “si es posible” antes del 1º de noviembre próximo. La Santa Sede será luego interrogada por la ONU en enero de 2014 en Ginebra.

Es la primera vez que se plantean preguntas precisas al Vaticano, según indicó ayer una portavoz del Comité.

Según la lista de preguntas elaborada por el Comité de los Derechos de la Infancia, se pidió al Vaticano, “teniendo en cuenta el hecho de que la Santa Sede reconoció casos de violencias sexuales contra niños cometidos por miembros del clero, hermanos y hermanas en numerosos países”, que presente “informaciones detalladas sobre todos los casos”.

La ONU desea conocer las medidas que fueron tomadas por la Iglesia católica para castigar a los culpables de abusos sexuales contra niños. Los expertos también quieren saber lo que hace el Vaticano para que ningún miembro del clero acusado de pedofilia pueda estar en contacto con niños y las medidas tomadas para apoyar a las víctimas.

Igualmente quiere conocer las medidas adoptadas para condenar y prevenir los castigos corporales practicados en algunos establecimientos escolares católicos, así como los progresos realizados para evitar una educación discriminatoria entre sexos en las escuelas religiosas.

La ONU pregunta al Vaticano si realizó una investigación sobre las acusaciones de torturas y tratos degradantes perpetrados en Irlanda entre 1922 y 1996 contra miles de jovencitas y mujeres en lavanderías.

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