Los funerales de diez campesinos masacrados en una finca de Colombia se cumplieron ayer en la población de Santa Rosa de Osos, mientras cerca de 200 personas de la zona rural se desplazaban a este casco urbano ante el temor por la violencia en la zona. El miércoles pasado en la noche, un grupo de hombres, al parecer ex paramilitares pertenecientes a una banda criminal del narcotráfico, lanzó una granada contra campesinos que terminaban sus labores en una finca productora de tomate de árbol y después los remataron con ráfagas de fusil.
Cientos de personas se congregaron en la catedral del municipio de Santa Rosa de Osos, Antioquia, para asistir a las honras fúnebres en recuerdo de las víctimas. “Es terrible, es dolorosísimo. No tiene uno palabras para rechazar eso, sólo pedirle (a los victimarios) que cambien”, dijo a periodistas el obispo de la población, Jorge Ossa.
Cinco de los cuerpos fueron trasladados seguidamente a San Isidro, el caserío donde residían, mientras que otros dos serán llevados a otros lugares de Antioquia y los restantes serán sepultados en Santa Rosa, dijeron autoridades civiles.
La masacre provocó el desplazamiento de unos 200 campesinos, temerosos de que el grupo criminal retorne al lugar, denunció el defensor del Pueblo, Jorge Otálora.
Según autoridades civiles de Antioquia, la masacre obedece a que el dueño de la propiedad se negó a pagar una extorsión a la banda criminal.
De acuerdo con el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, esas bandas se disputan el control del territorio, un corredor para la salida de drogas hacia el Caribe.
Las autoridades señalaron a la banda criminal Los Rastrojos o Los Renacentistas. Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos aseguró que las acciones no cesarán hasta lograr la captura de los responsables. “Quiero ratificarles a esos responsables que eso es lo que vamos a hacer, como lo hemos venido haciendo con todos los eventos y asesinatos, masacres y actos de terrorismo que infortunadamente hemos tenido que afrontar”, dijo.
Las bandas criminales son grupos al servicio del narcotráfico, integrados en su mayoría por miembros de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, paramilitares de extrema derecha) que no se sumaron a la desmovilización llevada a cabo entre 2003 y 2006 durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe (2002-2010).
El ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, encabezó un consejo de seguridad en Santa Rosa para reforzar los dispositivos de la fuerza pública en la zona y dar con los autores de la masacre.
De acuerdo con cifras oficiales, más de 3,7 millones de personas han sido desplazadas en Colombia en los últimos años como consecuencia del conflicto armado interno, en el que han participado guerrillas izquierdistas, paramilitares de extrema derecha y narcotraficantes.
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