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Los tapó el agua

El partido fue suspendido a los 20 del complemento por falta de visibilidad. Peratta era figura.

Arg-Newell's

Mariano Faurlín

Un diluvio se quedó con el partido cuando se jugaba el minuto 20 del complemento. Mientras el juego transitó por los caminos normales, durante todo el primer tiempo, Sebastián Peratta fue la razón más importante del empate en blanco. Al menos tuvo tres intervenciones precisas para abortar lo que Argentinos por dominio merecía.

Roberto Sensini pensó el partido con doble línea de cuatro, y la cosa no cambió demasiado. Ortigoza y Mercier fueron más que Bernardi y Barrientos, y el Bicho rápidamente se constituyó en dominador del juego. Pero, cuando le tocó definir, tanto Pavlovich como Oberman, arrancando desde el medio, y el viejo Calderón, se toparon contra la seguridad de Peratta.

Apenas un intento del paraguayo Achucarro, y algo de Formica bastante recostado sobre la derecha, fueron las opciones que tuvo el rojinegro para inquietar a Peric. Otra vez se lo notó aislado al grandote Joaquín Boghossian, mientras el paraguayo Estigarribia no aportaba demasiado en la generación de fútbol.

El empate con que se cerró la etapa fue un premio grande para Newell’s, que tuvo como principal mérito contar con Peratta en sus filas.

El complemento duró apenas un ratito, pues un diluvio acompañado de un fuerte viento fue desvirtuando la esencia del juego. Algo parecido a lo que sucedió en la derrota de Newell’s ante Huracán, aunque ayer le vino bien. Argentinos empezó a dividir la pelota, mientras la cancha se iba mutando en pileta de agua y barro. La pelota no picaba, ni corría; además la cortina de agua impedía tener una nítida visión.

Los arqueros se hacían viseras con sus manos para tratar de ver mejor, todo fue un descontrol, por cierto que peligroso para la integridad física de los jugadores, hasta que Favale entendió con buen criterio que no se podía jugar más. Antes, Argentinos llegó al gol por medio de Calderón, pero el tanto fue anulado por fuera de juego, aunque Vangioni habilitaba (por dos metros) cerca de Sergio Cagni, quien sin embargo no dudó en levantar la bandera. Un detalle en una jornada que empezó al ritmo del Bicho y terminó en el diluvio universal.

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