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Acribillan a tiros a adolescente en barrio Empalme Graneros

Recibió 29 disparos minutos antes de la medianoche del viernes, en la puerta de un quiosco donde se vendían estupefacientes. Ya son 128 los homicidios en lo que va del año en el departamento Rosario.

“Lo mataron con mucha saña: parece que había una bronca espectacular”, dijo ayer un alto jefe policial en relación con los 29 disparos que recibió un chico de 17 años en la puerta de un quiosco de drogas de Empalme Graneros, pasada la medianoche de ayer. Elías Gabriel Bravo fue acribillado a balazos en calle French, entre Felipe Moré y las vías, apenas estacionó su moto frente al “búnker”, como los habitantes de esa cuadra denominan construcción con paredes de 30 centímetros de ancho donde se comercializan estupefacientes, y que tras el brutal crimen fue derrumbada a mazazos por los mismos vecinos. Por los antecedentes del pibe y el ensañamiento en los disparos, los pesquisas enmarcaron el homicidio como otro “ajuste de cuentas” que suma la ciudad.

Elías visitaba con frecuencia el búnker de la cuadra, siempre a bordo de su Honda Tornado negra, que solía estacionar cruzando el paso de la angosta calle French al 2100, que desemboca en las vías férreas.

Anteanoche no fue la excepción, según relataron vecinos del lugar que vieron la llegada del adolescente, unos quince minutos después de la medianoche. “Fue una ametralladora, porque sonaron decenas de disparos parejos”, dijo un señor del barrio que escuchó las detonaciones y que al igual que otros vecinos remarcó la velocidad con la que llegó la Policía.

“Apenas terminaron los disparos ya estaban los patrulleros en la puerta, ni que lo hubiesen seguido”, comentó una mujer entrada en años que observó aterrada desde su hogar el amplio despliegue policial que siguió a la balacera.

Oficialmente, la Policía informó que el joven recibió 29 impactos de bala en distintas partes del cuerpo, la mayoría en la zona posterior, por lo que especulan que bajó de la moto, le dispararon de frente y una vez en el piso lo remataron por la espalda.

El mismo parte informa que en el lugar del hecho fueron secuestradas 31 vainas servidas 9 milímetros y 11 ojivas del mismo calibre. La Honda Tornado en la que se desplazaba el menor era de su propiedad y no recibió ni un solo raspón.

Sin embargo, un jefe policial descartó que el arma utilizada haya sido una ametralladora, y se inclinó más por la hipótesis de dos o más tiradores que vaciaron los cargadores de pistolas 9 milímetros sobre el muchacho.

“Los primeros en llegar fueron agentes de la subcomisaría 24ª, que está ubicada a pocas cuadras del lugar, y que se acercaron por la cantidad de disparos que escucharon desde la seccional”, dijo un vocero del caso que remarcó: “Escucharon tiros hasta cansarse, no terminaban nunca”.

Pese a la celeridad con la que llegaron los uniformados, el o los autores de los disparos desaparecieron del lugar.

Según trascendió, los atacantes habrían llegado a bordo de un vehículo por calle Felipe Moré, del que descendieron al menos tres personas, que luego ingresaron a pie por calle French, a esa altura tan angosta que parece un pasillo.

El juego de la droga

La construcción destruida a mazazos luego del homicidio de Bravo está ubicada del lado impar de calle French al 2100 y ayer los vecinos se turnaban para describir su funcionamiento desde hace tres años: “Los narcos no nos molestan, el problema es toda la gente que entra y que sale sin parar, porque muchos vienen relocos a comprar”.

La veracidad del relato del vecino quedó plasmada en la tarde de ayer ya que no cesaban de ingresar al pasillo personas que caminaban hasta la puerta del búnker, y al verlo destruido volvían sobre sus pasos y se retiraban en bicicletas, motos, autos y a pie.

“Hace tres años que funciona este quiosco, siempre vienen pibes de otros barrios, en general menores que salen de estar presos. La Policía ya lo allanó como ocho veces, pero es puro circo, porque son ellos los que lo manejan y pasan a cobrar. Hay una mafia muy grande atrás de los quioscos de drogas”, dijo una mujer tras remarcar que en Empalme Graneros funcionan más de 20 quioscos y que ya se cansaron de juntar firmas y denunciarlos.

“Si te cuento te ponés a llorar. El otro día encontré a mis hijas pequeñas jugando al búnker de venta de drogas. Una le decía: «Vendeme una de 10» y la otra le contestaba: «Sólo me quedan de 20», entonces la más chica le ofrecía dejarle el buzo o el celular a cambio. Ya no podemos convivir con esto como si fuera natural”, lamentó.

Muerte con olor a ajuste

Pero los pesquisas no quieren reducir el homicidio de anteanoche como un ajuste entre traficantes y apuntan a problemas en el barrio.

Ayer, un jefe policial remarcó que el nombre de Elías Bravo estuvo mencionado en el tiroteo que el 5 de agosto pasado hirió a tres alumnos en la puerta de la escuela Ortolani, de Génova al 3200.

Pero otro pesquisa no tardó en desvincular ambos hechos, y dijo que nunca se recolectaron pruebas de que el chico asesinado haya estado involucrado en ese episodio.

El vocero dijo también que el antecedente más común en el extenso prontuario de Elías era como arrebatador de carteras a bordo de motocicletas. Y, como ejemplo, mencionó que a comienzos de este año fue allanada la vivienda de su madre, ubicada en Olavarría al 1200 bis. Aunque en su prontuario también hay hechos teñidos con sangre, entre ellos uno de enero último, ya que el pibe estuvo involucrado en una pelea a tiros que dejó un herido grave.

“La iba de intocable y lo agarró gente del ambiente”, resumió un vocero policial tras sostener la hipótesis del ajuste.

El crimen número 128 en lo que va del año en el departamento Rosario es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno, con la comisaría 12ª, la Inspección Zona 2ª y la brigada de Homicidios.

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