Edición Impresa

Procesan a un joven por el asesinato de un policía

Walter M., de 20 años, irá a juicio por el crimen de Ramón Agustín Flores, ocurrido en diciembre pasado.

Un joven de 20 años fue procesado por el asesinato del policía Ramón Agustín Flores, un agente del Comando Radioeléctrico que en diciembre pasado recibió un disparo letal cuando intentó frustrar un robo en un negocio de Funes. Walter Matías L. fue detenido poco después del crimen en cercanías del lugar mientras que otros tres muchachos lograron huir sin ser identificados. El juez de Instrucción de la 3ª Nominación, Luis María Caterina, procesó a L. por los delitos de robo calificado, privación ilegítima de la libertad y homicidio criminis causa, figura que se aplica cuando el asesinato se lleva a cabo para asegurar otro ilícito y cuya expectativa de pena es la prisión perpetua.

Según los testimonios recolectados en la causa, había seis personas dentro del local cuando irrumpieron tres hombres armados con fines de robo, mientras una cuarta persona se quedó en la puerta, como campana. La banda encerró en el baño y maniató a un proveedor, cuatro empleados y la dueña, quien antes de ser atada logró apretar el botón de alarma.

Los asaltantes no se dieron cuenta de esta maniobra y siguieron recorriendo el interior del local de venta de sanitarios. Cuando el trío se aprestaba a salir del local con algo de dinero y objetos de valor, ingresaron al comercio otros cuatro clientes que también fueron reducidos, atados con precintos y encerrados en el baño.

Fue cuando los ladrones intentaron huir por segunda vez cuando llegó Flores, a bordo de su moto particular y en respuesta al alerta emitido por el botón de pánico. El joven oficial se bajó de su rodado y recibió un certero disparo en la cabeza.

Un testigo presencial del hecho declaró ante el juez Caterina que vio al imputado dispararle en la cabeza al suboficial Flores y luego huir con el arma en la mano. Luego contó que siguió al ladrón desde su auto y lo vio ingresar a una vivienda, lugar que señaló instantes después a la Policía, que logró apresarlo. También sostuvo que antes de esconderse en la casa intentó subirse a un Megane oscuro con vidrios polarizados que continuó la marcha y se esfumó. Se presume que el conductor del vehículo era el cuarto sospechoso que hacía de campana, mientras que los otros dos muchachos que cometieron el robo junto a Walter huyeron a pie y todavía no fueron identificados.

Una de las hipótesis que acompañó toda la investigación judicial es que el policía ultimado y el joven procesado eran vecinos, y que la ejecución se habría efectuado para evitar ser reconocido. En su resolución judicial, el juez de Instrucción de la 3ª Nominación, Luis María Caterina, convirtió en prisión preventiva la detención del muchacho de 20 años y ordenó que continuase la investigación a los fines de la individualización, localización y sometimiento a proceso de los restantes coautores.

Llamado mortal

Cerca de las 12 del viernes 3 de diciembre pasado, una persona ingresó al comercio Sanimax, ubicado en Irigoyen y Houssay, de la ciudad de Funes. Parecía un cliente más, y se puso detrás de un proveedor que estaba levantando un pedido. Pero en pocos instantes, reveló sus verdaderas intenciones. En forma rápida, saltó del otro lado del mostrador y sacó un arma, y comenzó a pedir el dinero de la caja. En ese mismo instante, y como si fuera un plan coordinado, ingresaron otras dos personas, también armadas, como apoyo, explicaron fuentes policiales.

A cara descubierta, llevaron a empujones hasta el baño a las seis personas presentes en el local y también a la propietaria, que en ese momento estaba en una oficina ubicada en la parte trasera.

En el baño todos fueron despojados de sus celulares y las llaves de sus autos y luego atados con precintos plásticos negros, que ellos mismos habían llevado, lo que indica cierta logística, mientras les decían que agacharan sus cabezas y no los miraran a la cara porque sino “eran boleta”, dijeron en su momento los voceros.

Luego, el trío de asaltantes vació la caja registradora y tomó de los estantes varios pomos de pegamento y sellador, que guardaron en una mochila.

Daniela, dueña del local, sostuvo que para ella buscaban una suma de dinero importante, quizás pensando que como era viernes y comienzos de mes, destinada al pago de salarios del personal. Pero dijo que se manejaba con bancos, así que en la caja sólo estaba “la plata del día”, remarcó.

Antes de ser llevada hasta el baño, la mujer apretó una de las dos alarmas silenciosas conectadas con el Comando Radioeléctrico de Funes, maniobra que no vieron los asaltantes.

El suboficial Ramón Agustín Flores, de 33 años, llegó en una moto hasta la puerta del comercio. Con el chaleco antibalas colocado, se bajó de la moto, se sacó su casco y lentes y los colgó del manubrio. Y no tuvo tiempo para nada más. En ese preciso instante salieron los tres ladrones y uno de ellos, sin mediar palabra, le dio un tiro en la cabeza. Flores cayó pesadamente al piso, dejando una gran mancha escarlata en la entrada misma del comercio, mientras los asaltantes se dieron a la fuga. Unos minutos después, una ambulancia trasladó al uniformado hasta el Sanatorio Laprida, donde ingresó en la sala de terapia intensiva y falleció poco después.

Esa misma tarde, personal de la comisaría 23ª de Funes arrestó a un joven de 19 años a quien le encontraron entre sus ropas un revólver calibre 32, una escopeta de caño recortado y uno de los celulares robados a los empleados de Sanimax.

Comentarios