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“La pobreza es el desafío más importante del país”

Monseñor Casaretto, de la Pastoral Social, reconoció avances en la materia pero dijo que aún “falta”.

Si bien reconoció los “avances sociales” de los últimos años, el presidente de la comisión episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Casaretto, aseguró ayer en Rosario que la Iglesia cree que “sigue siendo la pobreza el desafío más importante de los argentinos”. Instó a impulsar el “diálogo como instrumento de la construcción de la democracia” y a arribar a acuerdos mínimos para seguir avanzando, a la vez que insistió con la necesidad de “perdón y reconciliación”, una controvertida posición de la Iglesia argentina sobre los crímenes de la última dictadura.

Casaretto cerró ayer en el teatro El Círculo las conferencias del Primer Congreso Nacional de Doctrina Social de la Iglesia, que se inició un día antes y concluye hoy en la sede local de la UCA, y que tuvo como principal expositor al cardenal africano Peter Turkner, presidente del Consejo Justicia y Paz del Vaticano.

Organizado por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y la Pastoral Social, la actividad está convocada bajo la consigna “Unidos para promover el desarrollo integral y erradicar la pobreza”.

También estuvieron presentes el nuncio apostólico, Adriano Bernardini, el arzobispo rosarino José Luis Mollaghan, el gobernador Hermes Binner, el intendente Miguel Lifschitz, y obispos de todo el país.

“Ha habido una respuesta de numerosos planes sociales, hemos valorado mucho la Asignación Universal por Hijo, y haber extendido este programa a las mujeres embarazadas nos ha parecido algo realmente muy positivo”, dijo Casaretto sobre los aciertos del gobierno nacional.

“Ahora bien –completó–, creemos que sigue siendo la pobreza el desafío más importante de los argentinos”. Casaretto aclaró que “cuando decimos esto no estamos hablando en contra de nadie, sino que estamos diciendo que esto sigue siendo un gran problema”.

También se refirió a lo que consideró un problema argentino. “Lo primero que quiero decirles es que evitemos la queja, los argentinos somos excesivamente quejosos”. Sostuvo que durante la apertura del congreso el viernes, en el trabajo en mesas temáticas, le pareció que “había un exceso de visión de lo negativo”. “No quisiera que nos quede una visión negativa de lo que la Iglesia está haciendo, porque he recorrido mucho la Argentina y creo que en todas las regiones la Pastoral Social, Caritas, la Iglesia en general está dando muchas respuestas”, pidió.

También planteó “la necesidad de priorizar el diálogo como el gran instrumento de la construcción de la democracia”, y exhortó a tener “una actitud dialogal que nos lleva a superar un clima de constante controversia y hasta enfrentamientos que agudizan nuestra fragmentación”.

En ese sentido, reconoció que aunque lo pregona, también en la Iglesia en ocasiones escasea. “A veces nosotros también escuchamos algunas quejas, como si faltara un poquito de diálogo intereclesial, bueno, estamos dispuestos, tenemos que seguir trabajando el diálogo en nuestras instituciones, en nuestra Iglesia”, dijo el titular de la Pastoral Social.

El religioso añadió que “este diálogo siempre debe buscar los acuerdos, porque necesitamos llegar a ciertos acuerdos básicos que se concreten en políticas perdurables”.

“Se hace cada vez más urgente llegar a concretar algún gran acuerdo entre los argentinos. Si uno se imagina una Argentina que tenga motivaciones y que tenga proyectos, solamente se puede imaginar esa Argentina basada en algunos acuerdos fundamentales, por eso esto tiene que seguir siendo una gran línea de trabajo de todos nosotros”, advirtió.

Además, dijo que “muchas veces se desvirtúa lo que nosotros queremos hacer” y “muchas veces se nos quiere enfrentar con las autoridades. No es el deseo nuestro, nosotros tenemos que seguir trabajando, reconociendo todo lo bueno que se está haciendo en la Argentina, lo que está haciendo el gobierno, pero no podemos dejar de ver que falta mucho, y que este drama de la pobreza tiene que seguir golpeando a nuestros corazones”.

Por último, insistió en la “dimensión del perdón y de la reconciliación” que, dijo, “es algo que caracterizó al cristianismo”. “Aquí me detengo, porque lamentablemente se desvirtúa mucho el significado de la reconciliación, que es algo tan esencialmente cristiano”, indicó Casaretto.

“Lo hemos dicho hasta el cansancio pero lo repetiremos una vez más: reconciliación es sinónimo de búsqueda de verdad y justicia y es también superación de la sola justicia en la caridad”, añadió el titular de la Pastoral Social.

“Los argentinos debemos volver a tratarnos como hermanos y no como enemigos. No podemos elaborar el presente mirando solamente al pasado, debemos centrarnos en el presente y encarar el futuro con renovadas esperanzas”, concluyó.

Por su parte, Mollaghan sostuvo que “la Doctrina Social de la Iglesia puede orientarnos para ofrecer una respuesta a diversos interrogantes sobre la familia, el trabajo digno, la pobreza, la seguridad, el flagelo de la droga, sabiendo que ello proviene de una profunda reflexión a la luz de Evangelio”.

En tanto, el nuncio apostólico Adriano Bernardini señaló que “en una sociedad marcada por el individualismo, la Iglesia no puede echarse atrás en su misión de iluminar las acciones de los hombres de buena voluntad”.

Tras la actividad en el teatro El Círculo, el congreso continuó con el trabajo en las 20 mesas temáticas, de donde surgirán las propuestas sobre los diferentes ítems que aborda el debate religioso. Participan del mismo unas 1.200 personas de diversos puntos del país. El Congreso quedará cerrado oficialmente hoy al mediodía, con una misa a cargo del cardenal y presidente de la CEA, Jorge Bergolio, que tendrá lugar en la sede local la Universidad Católica Argentina.

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