Ciudad

Un obrero le da pelea a un instituto por ser estudiante

Narciso Cantero denunció que el Laplace, donde cursaba higiene y seguridad, ahora se negó a inscribirlo.

Por Guillermo Correa. El albañil Narciso Cantero, titular de la ONG Manos a la Obra, protagonizó ayer una nueva protesta, pero esta vez en la delegación del Ministerio de Educación: el motivo es que el Instituto Laplace, donde hasta fines de 2009 cursaba la tecnicatura superior en seguridad e higiene en el trabajo, le negó la posibilidad de inscribirse en el ciclo lectivo de este año para terminar la carrera. “Hay intereses oscuros que buscan que yo no me profesionalice”, denunció el obrero de la construcción, reconocido en el ámbito local por denunciar violaciones de las normas y falta de elementos de seguridad en obras, situación que provocó una decena de muertes en 2010 y tres víctimas fatales en el sector en los primeros dos meses de este año.

Cantero llegó ayer por la mañana al edificio de Alem y Gaboto para denunciar “la discriminación y persecución ideológica” contra su persona por parte de la dirección del Instituto Laplace, y con la idea de “encadenarse” a la sede si no obtenía respuestas. Según el albañil, la “discriminación” está vinculada directamente con su actividad como referente de la asociación civil Manos a la Obra, mediante la cual denuncia regularmente la falta de seguridad en las obras de construcción.

Cantero agregó que el Ministerio de Educación de la provincia, enterado del caso, ratificó que “no hay razón ni impedimento alguno” para impedir que continúe cursando. “Sin embargo en el Instituto Laplace se siguen negando a reinscribirme y permitirme que pueda cursar”, denunció. El albañil insistió en que, pese a que lo único que demanda es que se cumplan las reglas vigentes, sus denuncias “molestan a muchos”. Y también infirió que la negativa a recibirlo por parte del Instituto Laplace, más que una especie de revancha, tiene el objetivo de impedir que se capacite para solventar más y mejor sus reclamos. “Ya me habían dicho con todas las letras que yo, a la carrera, no la iba a terminar”, recordó, y apuntó como autor de la amenazante frase a un ex docente de la misma institución.

Pero, ¿cuál es el motivo por el que no lo inscriben? Este diario se comunicó ayer con el propio instituto: al otro lado del teléfono, una simpática voz de mujer respondió con un sonoro ¿qué? cuando se la consultó sobre la protesta de Cantero, y con un tajante “no” a la pregunta sobre si el albañil era alumno de la institución. Pero velozmente se desdijo y pasó a presentarse como “la mujer de la limpieza” cuando la consulta fue si el titular de Manos a la Obra había cursado antes en el instituto.

Llamativamente, más tarde una voz similar, pero que esta vez dijo no ser la encargada del aseo, explicó que Cantero no es alumno “en este momento”, sostuvo que la institución respeta la normativa vigente y aseguró que el Laplace no le cierra las puertas a nadie. Así pareció deslizar que el establecimiento privado de enseñanza finalmente le haría un lugar en el ciclo lectivo de este año al albañil, respetando la tradición que emana de su propio nombre: Pierre-Simón Laplace, como se llama el instituto Nº 9.250, fue un reconocido matemático francés que vivió en los siglos XVIII y XIX, nacido en Normandía, en el seno de una familia de campesinos.

Sin embargo, con el correr de las horas, la esperanza parecía haberse diluido: Cantero en persona llevó un documento del Ministerio de Educación a la institución de Lavalle 575, pero nadie se lo recibió. Y además dijo que las clases que debían comenzar a las 18.30 se habían suspendido.

De igual modo, la cartera educativa de la provincia seguirá de cerca el asunto. “Sabemos que Cantero estuvo cursando en el Instituto y que dejó de hacerlo por una situación particular. Pero ahora tiene la intención de seguir cursando, cuenta con el dinero para hacerlo y no debería haber ningún impedimento para que continúe sus estudios”, explicó a El Ciudadano Germán Falo, titular del área de Enseñanza Privada del Ministerio de Educación.

Empero, el funcionario confirmó que, a pesar de ello, la institución se negó a inscribir al albañil. ¿Puede hacerlo? Todo indica que no: el mismo funcionario explicó que hasta ahora las tratativas se hicieron “en forma oral”, y que la respuesta seguía siendo negativa, aunque “ambigua”, a la hora de explicar el porqué. “Ante ello decidimos pedir que la institución se explique formalmente y por escrito”, confirmó Falo, quien de igual modo dijo tener confianza en que el tema “se resuelva” en buenos términos, mientras se cumplen los plazos para el nuevo trámite.

Por lo pronto ese final feliz parece distante: anoche el titular de Manos a la Obra seguía apostado frente al instituto –ya vacío– y evaluaba quedarse allí “en una carpa” hasta que le recibieran el escrito que portaba.

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